Aunque ha reconocido a los piqueteros como interlocutores válidos, e incluso se ha reunido con algunos de ellos, Eduardo Duhalde también quiere marcar diferencias. “En el movimiento de los piqueteros creemos que hay una parte auténtica de protesta cada vez menor, y otra financiada por agrupaciones extremistas. A nosotros nos dicen que el financiamiento puede venir de las FARC de Colombia, o sea del narcotráfico”, aseguró ayer el Presidente.
La relación del Gobierno con los nuevos líderes de la protesta social es muy diferente a la de la gestión anterior: mientras que Fernando de la Rúa optó por ignorarlos, el peronista no tuvo más remedio que admitir su presencia y sentarse a negociar con ellos. De hecho, ha mantenido reuniones con Luis D’Elía y Víctor Alderete, los capitanes de la protesta piquetera.
“Cuando cortan una calle que tanto nos enoja, y con razón nos enoja, debemos pensar que la gente que está cortando la calle es emergente de los sectores humillados, postergados, a veces hambrientos de la sociedad”, defendió Duhalde a los piqueteros.
Sin embargo, subrayó la diferencia entre la protesta que definió como “legítima” y las supuestas infiltraciones. Por la mañana, el Presidente ratificó una denuncia formulada dos días atrás por Miguel Angel Toma, quien –sin aportar elementos concretos– había asegurado que la guerrilla colombiana se había infiltrado en el movimiento de los piqueteros.
Por la noche, Duhalde aclaró que no creía en la existencia de una relación permanente entre los piqueteros y las FARC. De todos modos agregó: “Ellos vienen a activar, están en su derecho, pero nosotros queremos vivir tranquilos. Más de una vez he comentado que algunos dirigentes de las FARC estuvieron en el país. No ahora, no recientemente, pero en los primeros cortes. Inclusive hemos tenido algún tipo de problema para que entraran o salieron del país”.
Pero no fue la única declaración del Presidente. A pesar de los consejos de algunos funcionarios, que le recomendaron moderar sus apariciones mediáticas, Duhalde se refirió al envío de ayuda militar a Colombia (ver recuadro) y a la decisión de su Gobierno de votar en contra de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
“Tenemos que afirmar lo que es nuestra concepción del derecho humano”, explicó. Sin embargo, aclaró que “no es la línea norteamericana: nuestra concepción es mucho más amplia, y la concepción socialista no tiene en cuenta muchos derechos, entre ellos la de peticionar, el entrar y salir de un país, transitar libremente, inclusive derechos políticos totalmente distintos a los nuestros, así que yo tengo una posición tomada, y es histórica”, aseguró.
Finalmente, sostuvo que se siente respaldado por los gobernadores, con los que el sábado pasado mantuvo un encuentro en Misiones. “Me siento muy apoyado. Como yo tengo mucho conocimiento de cómo se manejan las provincias, trato de ayudarlos, de atenderlos permanentemente. Nos ayudamos en lo que podemos y estamos juramentados para poner a Argentina nuevamente en marcha”, concluyó.