Sáb 24.01.2004

EL PAíS  › LA JUSTICIA PROCESO POR COHECHO A DE SANTIBAÑES, GENOUD, PONTAQUARTO Y CANTARERO

“Fue probado lo afirmado por Pontaquarto”

El juez Canicoba Corral dictó ayer el procesamiento de los dos ex senadores, del ex titular de la SIDE y del arrepentido que confesó el pago de sobornos para sancionar la Ley Laboral en el Senado. Además fueron embargados por 10 millones de pesos cada uno. Está pendiente la situación procesal del ex presidente Fernando de la Rúa.

› Por Victoria Ginzberg

El juez Rodolfo Canicoba Corral está convencido de que “el 18 de abril de 2000 el entonces secretario parlamentario Mario Luis Pontaquarto retiró de la SIDE la suma de cinco millones de pesos en efectivo con el objetivo de entregarlos repartidos los días 26 y 27 de abril entre dos senadores (Emilio Cantarero (PJ) y José Genoud (UCR)), a efectos de que éstos, junto a otros, aprobaran la Ley de Reforma Laboral”. Con esta certeza firmó ayer el procesamiento de los dos ex legisladores, del arrepentido y del ex jefe de los espías, Fernando de Santibañes. Cada uno de los cuatro fue embargado por diez millones de pesos. No fueron arrestados, pero no podrán ausentarse de su domicilio por más de 24 horas sin avisar al juez, ni salir del país sin su autorización. Antes de retirarse del edificio de los tribunales federales, Canicoba Corral aseguró que está investigando “la participación” en el hecho del ex presidente Fernando de la Rúa.
Estos son los primeros cuatro procesamientos de una causa que se inició en agosto de 2000 sobre la base de versiones periodísticas que indicaban que varios senadores habían recibido dinero para aprobar la Ley de Reforma Laboral. El expediente se reactivó el 12 de diciembre pasado cuando Pontaquarto confesó su participación en el hecho. Ayer, después de rechazar las recusaciones que habían formulado los abogados de De Santibañes, Genoud y Cantarero, el juez sostuvo que el relato del ex secretario parlamentario fue “corroborado” por otros indicios.
Las pruebas obtenidas por Canicoba Corral y el secretario Marcelo Sonvico se componen de –entre otras cosas– registros oficiales, entrecruzamientos de llamadas, inspecciones oculares a los sitios en los que ocurrieron los hechos, análisis de las cuentas de la SIDE y declaraciones testimoniales.
Para el juez, el pago de los sobornos se concretó debido “a las ansias e interés del gobierno nacional por obtener la sanción de la ley, ya sea por demostrar fuerza y manejo de la gobernabilidad aun en la Cámara alta donde no tenía mayoría, así como también por presiones externas existentes al momento, fundamentalmente del Fondo Monetario Internacional”.
En la resolución se menciona explícitamente que al darse por “probado que el dinero utilizado provino de la SIDE, se comprueba la versión de los dichos de Pontaquarto” respecto de que el ex presidente (De la Rúa) dijo “eso arréglenlo con De Santibañes”, en referencia a ciertos “incentivos” que necesitaban los peronistas para votar la ley. Esas palabras habrían sido pronunciadas en una reunión en la Casa de Gobierno llevada a cabo entre fines de marzo y principios de abril de 2000. El paso siguiente del juez será indagar acerca de la realización de este encuentro, del que habrían participado los senadores Genoud, Augusto Alasino y Alberto Tell.
El “Tato”
Pontaquarto fue procesado como partícipe necesario del delito de cohecho, que tiene una pena de uno a seis años de prisión. Al declarar ante la Justicia, reveló que el 18 de abril fue a la SIDE durante la tarde para concertar la entrega de los cinco millones de pesos. La plata le habría sido suministrada esa noche por la secretaria de De Santibañes, Gladys Mota. El “arrepentido” señaló que el 26 de abril le dio a Cantarero, en la casa del ex senador, cuatro millones trescientos mil pesos que fueron repartidos entre otros legisladores peronistas y que un día después le proporcionó a Genoud, en su despacho del Senado, 700 mil.
El hecho de que Pontaquarto se autoincriminara “como coimputado sin exculparse” convirtió su declaración en un elemento jurídicamente confiable. Más aún, al ser confirmado con otras pruebas.
u Las llamadas del celular de Pontaquarto señalan que la noche del 26 de abril habló con Cantarero desde la esquina de la casa de éste (para que le abriera el garaje) y que más tarde se comunicó con el secretario privadode Genoud. También hay llamadas a Mota, quien aseguró que no lo conoció hasta que De Santibañes dejó la SIDE.
u En el registro de visitas a la SIDE figura su entrada del 18 de abril, así como otras posteriores.
u El juez señaló que “por el cargo que ocupaba es razonable que resultara ‘elegido’ a los efectos de materializar ‘la operación’ y que, por qué no decirlo, quizás sus condiciones personales, harto descriptas por los descargos brindados por Cantarero y Genoud, también colaboraron para considerarlo como la persona indicada”.
u Canicoba Corral recordó que el ex senador Daniel Varizat manifestó en su declaración –pre “arrepentido”– que Alasino le había dicho que la ley debían votarla todos y “que la sanción no iba a ser gratis”.
Fernando de Pilar
De Santibañes fue procesado como autor del delito de cohecho activo –es decir, por haber ofrecido y pagado las coimas– que se reprime con uno a seis años de prisión. En el juzgado consideran que es el acusado contra el que se reunieron más cantidad y más solidas pruebas.
Cuando declaró ante el juez, el ex banquero aseguró que de acuerdo a los registros contables de la SIDE la plata “no pudo haber salido” de allí. Canicoba Corral y Sonvico hicieron un detallado análisis de las cuentas del organismo y llegaron a la conclusión de que “el 18 de abril de 2000 había en el tesoro de la Secretaría en efectivo la suma de 5.699.845”, reunido en base a una extracción de cinco millones de pesos del Banco Nación del 13 de abril, pocos días después de haber retirado un millón y medio de la misma entidad. De Santibañes justificó haber realizado dos cobros con diferencia de días a que, debido a que había frecuentes huelgas bancarias, “se aprovecharon los momentos disponibles”. Pero esa información fue desmentida oficialmente por el Banco Nación. El juez también tuvo en cuenta que “existía en ese entonces una gran informalidad en el manejo de fondos”.
Las cuentas del organismo de inteligencia no son los únicos indicios en contra de De Santibañes; además hay contradicciones que surgen de su descargo. Por ejemplo, el ex “señor cinco” aseguró que no conoció a Pontaquarto hasta después de dejar la SIDE, pero aun Genoud, otro de los acusados, reconoció que el 27 de abril de 2000 De Santibañes habló con el “arrepentido” en el salón VIP del aeropuerto de Ezeiza. Los registros de la SIDE y las llamadas telefónicas entre el ex secretario parlamentario y Mota también comprometen al ex banquero.
Finalmente, Canicoba Corral evaluó las declaraciones de la secretaria y el chofer del ex jefe de la SIDE, quienes fueron denunciados por falso testimonio: “No sólo no han servido para la defensa de De Santibañes sino que por el contrario han puesto de manifiesto las intenciones de encubrir el conocimiento de Pontaquarto, como así también de negar el relato de éste, dado que de esta forma colaboran con la situación de quien dependen económicamente como así también se deslindan de su relación con la comisión del hecho ilícito en cuestión”.
Cantarero
El ex senador fue procesado como autor del delito de cohecho pasivo, es decir, como receptor de la coima. La pena prevista es de uno a seis años.
Cantarero admitió que estuvo en su casa la noche de 26 de abril de 2000 porque –adujo– se retiró temprano del recinto con un ataque de asma. De esta manera justificó las conversaciones telefónicas con Pontaquarto y otros legisladores: todos estaban preocupados por su salud. “Al imputado –señaló Canicoba Corral– no le ha quedado más remedio que buscar una excusa para el llamado que se encuentra registrado y casualmente no tiene una respuesta para explicar por qué motivo llamaría Pontaquarto a su celular para interiorizarse de su estado de salud desde la esquina de la cuadra donde se encuentra el departamento de Cantarero.” El juez tambiénse preguntó “si ante un ataque de asma de tal entidad que lo obligó a retirarse del Senado” igual podía hablar por teléfono con varias personas. Cantarero reconoció hace tres años haber cobrado para votar la Ley de Reforma Laboral. Lo hizo en una nota que salió en La Nación con reserva de su nombre. Luego de que él mismo respondiera públicamente, el diario reveló que el salteño era quien había admitido la coima.
Genoud
Como Cantarero, fue procesado como autor del delito de cohecho pasivo. En su declaración indagatoria reconoció que estuvo en su despacho del Senado el 27 de abril de 2000. El juez restó importancia al argumento del mendocino acerca de que un día antes de supuestamente recibir la coima dejó una cuenta bancaria en rojo. “Como fachada es bastante inteligente siempre cubrirse ante eventualidades que luego puedan sobrevenir, pero como ya se dijo respecto de los otros imputados, quizás la actitud hacia afuera, lo que podríamos llamar ‘la vidriera’ registra un patrón de conducta, pero en realidad la verdadera actitud subyace en actividades que se encubren, tapan u ocultan”, señaló. Canicoba Corral entendió que existía una relación cercana entre Pontaquarto y Genoud que este último intentó refutar. Pero no tuvo en cuenta el lapsus del mendocino, quien aseguró en el careo con el “arrepentido” que “para lo único que servía Pontaquarto era para llevar las valijas”.
Antes de continuar la investigación, el juez esperaría que la Cámara Federal confirme estos procesamientos. Funcionarios judiciales aseguraron que ya se ordenaron algunas medidas para intentar chequear la reunión en la que De la Rúa habría hablado con senadores peronistas sobre la ley. Por el momento, sin embargo, no se produciría ninguna citación importante. De hecho, no sólo falta profundizar en el rol del ex presidente sino también en el de los otros legisladores entre los que se habría repartido la coima. Algunos nombres aparecían en un “recibo” que Cantarero le dio a Pontaquarto. Los procesados, mientras tanto, seguirán en libertad, situación que podría cambiar si son condenados en un juicio oral.

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