El fiscal Federico Delgado reiteró el pedido para que Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors, sea indagado por tráfico de influencias, por su rol como operador judicial del gobierno de Mauricio Macri. La investigación se centra en la decisión de Norberto Oyarbide de dejar su cargo de juez: el fiscal sostiene que la renuncia fue producto de una charla con Angelici. Delgado identificó llamados entre ambos y recordó que fue la diputada Elisa Carrió quien declaró que Angelici le pidió al juez que dejara el cargo. La decisión está en manos del juez Sebastián Casanello.

El fiscal, que había pedido la indagatoria en marzo, incorporó nuevos elementos. Detectó que el 4 de diciembre del 2015 salió una llamada del teléfono de Claudio Blanco, pareja de Oyarbide, hacia el de Fernando Pontoriero, empleado de Angelici en World Games SA, y que otra llamada en dirección contraria se produjo el 12 de diciembre. En ambos casos los teléfonos se encontraban en zonas cercanas a Comodoro Py, lo cual le resultó sugestivo. También relató que el periodista Carlos Pagni declaró que “Oyarbide le dijo a mucha gente que había recibido la visita en su juzgado de Angelici, con el detalle de que se quejaba de que Angelici le `tiraba el humo en la cara´”.

El fiscal recordó que Carrió “realizó una genealogía de operadores”, dijo que Angelici “tenía diálogo con el juez Oyarbide, a quien le solicitó que deje el cargo y se acoja a la jubilación”, y que “almorzaba con jueces y fiscales vinculados a Boca Juniors y que decía que ‘ayudaba’ al presidente de la Nación sin cumplir ninguna función institucional”. El dictamen repasó las declaraciones del ministro de Justicia, Germán Garavano, y del secretario Santiago Otamendi sobre la reunión del 7 de abril, cuando el juez les presentó la renuncia, y concluyó que “Oyarbide se comportó de un modo que resume su trayectoria como juez: ofreció el cargo con el que fue honrado para hacer lo que le pida el Gobierno”.