Vie 16.09.2016

EL PAíS  › INSISTE EN DESTRUIR LOS 60 MIL KITS DE MOISES Y SACOS DE DORMIR DEL PLAN QUNITA

El juez Bonadio no entiende razones

El magistrado rechazó el pedido del fiscal Eduardo Taiano de buscar la forma de “acondicionar y adecuar”. Pese al repudio de neonatólogos y pediatras contra su decisión, reafirmó que es “riesgosa la utilización de dichos elementos”.

El juez federal Claudio Bonadio sigue firme con su intención de destruir los 60 mil kits de moisés y sacos de dormir del plan Qunita, inutilizados desde abril por decisión del Gobierno. Pese al repudio que generó su resolución entre médicos neonatólogos y pediatras, Bonadio rechazó ayer un pedido del fiscal Eduardo Taiano para buscar la forma de “acondicionar y adecuar” los posibles defectos del kit, a fin de salvarlo. “No ha lugar”, dice el fallo de ayer del juez, que reafirma que es “riesgosa utilización de dichos elementos” para los bebés, el mismo argumento esgrimido por el Ministerio de Salud para suspender el programa.

Bonadio había ordenado destruir los moises y las bolsas de dormir amparado en un informe del INTI y en recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, que alertan sobre los riesgos que podrían implicar un mal uso de los elementos, pero que de ninguna manera dictaminan que deben dejarse de repartir o que deban ser incinerados. Como la factibilidad o no de su uso continúa siendo tema de opinión entre especialistas, el fiscal Taiano intentó hacer entrar en razón al juez y le propuso que ordene al Ministerio de Salud corregir los posibles defectos del kit. Esa misma idea había propuesto el prestigioso neonatólogo Alejandro Jenik, quien había elaborado el informe sobre las fallas en las bolsas de dormir. “Hay que sacarle a la discusión toda implicancia política”, le dijo a Página/12.

En su escrito, Taiano –el mismo fiscal que pidió llevar a juicio oral al ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández– le pide a Bonadio que tenga en cuenta “el insumo de dinero que implicó para el Estado la adquisición de las cunas y los sacos”, y “la utilidad y la necesidad de los sacos de dormir como herramienta útil para prevenir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante”. En opinión del fiscal, el kit aún puede resultar de “gran provecho y bien público”.

Según consta en el expediente, el informe del INTI –fue pedido por el Gobierno anterior– critica que la cuna puede desarmarse si el peso del bebé supera los 9 kilos. El ex ministro de Salud, Daniel Gollán, dijo a este diario que el moisés está pensado para los primeros meses de vida del niño, es decir, antes que llegue a ese peso. “Así buscábamos salvar dos mil muertes de bebés por año que se producen por colecho”, explicó. “Era una gran ayuda para las familias pobres, que no pueden comprar las cunas. No tener una cuna es mucho más riesgoso”, aseguró la neonatóloga Alicia Benítez, ex jefa de la maternidad Sardá.

Respecto de las bolsas de dormir, tanto la SAP como Jenik habían advertido que el diámetro del cuello podría provocar “sofocación mecánica” y “estrés térmico”. Sobre este punto, Taiano pidió a Bonadio que convoque a expertos de la Facultad de Medicina de la UBA y de la SAP para que “determinen el talle (adecuado) de los sacos para eliminar el riesgo que podrían generar”.

El ministro de Salud, Jorge Lemus, mantuvo hasta ahora un llamativo silencio. “Hacer justicia es entregar las cunas, no destruirlas”, dijo la diputada del FpV Ana Carolina Gaillard, quien presentó un proyecto de resolución condenando lo dictado por el juez. “Mandan a quemar moisés tal como la Libertadora destruyó los pulmotores de la fundación Eva Perón un año antes de la epidemia de poliomielitis”, graficó Gollan.

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