EL PAíS › DIEZ JOVENES MILITANTES FUERON DETENIDOS DURANTE 12 HORAS POR HACER UNA PINTADA Y REPARTIR VOLANTES
La policía arrestó a los jóvenes de La Cámpora, les armó una causa por “daño agravado” y los mantuvo presos durante 12 horas.
Pintar un mural puede ser interpretado como una acción política “desestabilizadora”. Diez militantes territoriales kirchneristas fueron detenidos por ese motivo: pintaban una pared de una plaza del barrio porteño de Once con consignas que buscaban concientizar sobre el consumo problemático de drogas cuando fueron abordados por efectivos de la comisaría octava de la capital. Les requirieron documentos, les armaron una causa por “daño agravado” y los mantuvieron presos durante 12 horas, desde el miércoles a la tarde hasta ayer a la madrugada, cuando fueron finalmente liberados. “Esto no pasaría si no bajara un discurso oficial que habilita a las fuerzas represivas a avasallar los derechos políticos de la gente”, indicó a Página/12 la legisladora porteña del FpV Paula Penacca.
Los militantes, de entre 18 y 22 años, pintaban un mural colectivo sobre una de las paredes de la plaza Velasco Ibarra junto a vecinos de la zona. Promocionaban una jornada deportiva que tendrá lugar el sábado, como parte de las actividades barriales que coordinan distintas agrupaciones kirchneristas de la comuna 3, entre ellas La Cámpora y Nuevo Encuentro. La consigna llamaba a hacer deporte y a alejarse del consumo de drogas, y la coronaba una frase de Salvador Allende: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. Mientras dibujaban la pared, efectivos de la Federal se los llevaron detenidos, no sin antes exigirle que muestren sus documentos, lo que se convirtió en una práctica habitual entre las fuerzas de seguridad.
La causa, por daño agravado (con una pena máxima de 4 años de prisión), la armó la fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N° 40 porteña, a cargo de Matías Michenzi. Los jóvenes permanecieron cuatro horas retenidos en la fiscalía y luego fueron trasladados a la comisaría octava, donde estuvieron presos hasta las seis de la mañana de ayer. “Hay una intención cada vez más fuerte de amedrentar a la militancia, para que los que se organizan sientan que es peligroso”, denunció Penacca.
El agravante, según contaron los militantes, es que sólo dos de ellos se encontraban pintando la pared: el resto repartía volantes y se dedicaba a charlar con los vecinos, como sucede normalmente en una actividad política en un espacio público. Además, pintar una pared puede llevar a una contravención, pero no a una causa penal. Por eso, desde La Cámpora denunciaron “persecución política” y enmarcaron los hechos dentro de los distintos ataques que sufrieron unidades básicas de la organización en los últimos meses.
“Esto se da en el marco de un discurso que estigmatiza a la militancia política. Ese discurso del oficialismo habilita a que las fuerzas represivas tomen este tipo de medidas. La conducción política de la seguridad es Patricia Bullrich, quien hace los planteos públicos que hace, lo que le da vía libre a la policía para avasallar los derechos políticos de la gente”, sostuvo Penacca.
“Mientras el Gobierno sale a hacer declaraciones avalando la justicia por mano propia, la policía se dispone a cumplir tareas de persecución política”, dijo la legisladora porteña por el Frente para la Victoria Andrea Conde.
En sintonía, el titular de la comisión de Derechos Humanos de la legislatura porteña, José Cruz Campagnoli (FpV), denunció que “el gobierno de Macri promueve un discurso que estigmatiza a la militancia, y los fiscales, jueces y fuerzas de seguridad se agarran de ese discurso para llevar adelante una política persecutoria”. Campagnoli recordó que este tipo de ataques “pudo derivar en una tragedia” el 5 de marzo pasado, cuando un francotirador identificado como Alejandro Fabián Sidero disparó con balas de plomo sobre 400 militantes kirchneristas durante la inauguración de un local en Palermo e hirió a dos militantes mujeres. “Quieren ocultar el plan de ajuste persiguiendo a la militancia kirchnerista”, resumió el legislador.
Los jóvenes que fueron privados de la libertad eran, además, familiares cercanos de periodistas y de militantes con trayectoria dentro del peronismo. “Más que generarles miedo, que es lo que buscan con este tipo de actos, los chicos salieron fortalecidos”, contó Penacca.
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