Juan Cabandié (FpV), Miryam Bregman (FIT-PTS) y Alicia Ciciliani (Partido Socialista).
Imagen (centro): Lucía Grossman.

Desde el Frente para la Victoria, el socialismo y el Frente de Izquierda, entre otros bloques opositores, realizaron varias críticas al proyecto de reforma electoral que impulsa el Gobierno Nacional, en especial a la implementación de la boleta única electrónica. Los diputados alertaron sobre la vulnerabilidad del sistema y reclamaron el uso de mecanismos alternativos como la boleta única en papel o la incorporación de tecnología pero sin chip como el que se utilizó en la Ciudad de Buenos Aires y en Salta. “El sistema electrónico solamente está al alcance de una casta ilumniada de personas preparadas y formadas en tecnología, no está al alcance de todos. Es muy vulnerable”, señaló ayer el kirchnerista Juan Cabandié, quien puso el acento en las dificultades para auditar y controlar la votación.

Luego de varios meses de negociaciones, de marchas y contramarchas, el oficialismo logró acordar su proyecto con el sector más afín de la oposición, incluído el massismo, el Bloque Justicialista y otras bancadas más pequeñas. Sin embargo, distintas fuerzas opositoras expresaron un fuerte rechazo a la reforma, que tiene como punto cental la implementación del voto electrónico. “Las mujeres no reclaman reforma política, sino bajar la inflación, combatir la inseguridad y más trabajo”, sostuvo la peronista rionegrina Emilia Soria, quien consideró que el nuevo sistema “no viene a mejorar el actual, sino que introduce una herramienta peligrosa”. El chaqueño Juan Manuel Pedrini, también del FpV, cargó contra el presidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Via: “¿a quién le vamos a dar el escrutinio provisorio? ¿a un irrespetuoso absoluto que dijo que hay seis o siete provincias que no podían hacer elecciones?”, se preguntó, y pronosticó que “ahora que (el escrutinio) quede en manos de la Justicia van a comenzar los problemas”. El entrerriano Juan Manuel Huss, advirtió que la iniciativa “puede ser una reforma electoral pero no política” y puso de relieve que el voto electrónico “está en retroceso” en el mundo, al afirmar que “estamos hablando de un fetichismo de la tecnología”. “En 10 años va a estar en desuso, es una cuestión de coyuntura”, remató. En el bloque existían anoche dos posturas, por un lado la presentación de un dictamen de rechazo absoluto y por el otro la presentación de un dictamen alternativo con la implementación de un sistema de voto sin chip para asegurar que no haya fraude. Hasta hoy a las 10 de la mañana hay tiempo para presentar las firmas de los dictámenes, por lo que todavía podía alcanzarse una posición unificada.

Si bien elogió otros puntos como la implementación de la paridad de género, la socialista Alicia Ciciliani también cuestionó la Boleta Única Electrónica. La diputada solicitó “dejar atrás boleta partidaria y pasar a boleta única papel provista por el Estado”. “La incorporación de tecnología no puede contemplar trasmisión de datos”, aseguró Ciciliani, ya que permite “una enorme vulnerabilidad y la posibilidad de poder fraguar la elección en la trasmisión de datos, vamos a sostener esta posición”.

La diputada Miryam Bregman, del PTS-FIT, advirtió sobre una cuestión de técnica legislativa, que podría traer obstáculos en el futuro. Alertó que el proyecto contempla “delitos” y “penalidades” para quienes infrinjan la ley pero sin embargo del debate no participó la comisión de Legislación Penal, por lo que la iniciativa podría judicializarse de ser sancionada. En una postura totalmente extrema, el diputado Néstor Pitrola, del PO-FIT, calificó la iniciativa como “reaccionaria y encubridora de la corrupción”. Además, se opuso al proyecto de paridad de género: “el cupo es utilizado para encubrir el retroceso en los derechos y agravamiento de la situación de las mujeres”, afirmó.