EL PAíS
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La Justicia está en el banquillo
Por Nora Cortiñas *
Todavía quedan muchas cosas por conocer sobre la última dictadura militar. Participar de las audiencias del Jury que se le siguió al camarista salteño Ricardo Lona fue encontrarme con una de esas terribles sorpresas que se ocultaron debajo de la alfombra. Algo que solo pudo realizarse con el visto bueno del poder político de turno.
Escuché testimonios directos que no dejan dudas de que este personaje tuvo algo más que complicidad con la dictadura. Fue partícipe. Sin su intervención no se hubieran podido realizar los fusilamientos de 12 presos políticos en la localidad salteña de Palomitas. Tuvo un rol activo en los hechos por los que se lo acusó.
Haber consentido el ocultamiento y la quita de identidad de un niño, delito penado por la ley y la moral, ofende la conciencia de las personas. Eso no fue por error u omisión. Aunque el obispo de Salta testimonió en favor de Lona, esto no hace más que recordarme la participación de la Iglesia en los años terribles del genocidio.
Fue impresionante para mí ver cómo defendían a este juez, el ex miembro del tribunal que condenó a las juntas militares, Andrés D’Alessio, y un abogado, Luis Lozano, que hoy es candidato a integrar el Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
D’Alessio, que supo ser nada menos que decano de la Facultad de Derecho, no pudo haber olvidado los testimonios que escuchó en esa misma sala. No puedo entender que ahora defienda a un personaje que aceptó la dictadura, las torturas y consintió hechos aberrantes del terrorismo de Estado. Hoy, lejos de ser ejemplo, este abogado se convirtió en una muestra de lo que éticamente no debe hacerse.
Sin creer lo que dijo Lona, que lo defendieron gratuitamente, esto me hace pensar que o recibieron mucho dinero o que tienen mucho estómago, o que son indiferentes a todo lo que sucedió y sucede alrededor de ellos.
Supongo que Lona será destituido y que además será investigada judicialmente su participación en la dictadura. La Justicia está todavía en el banquillo. Por eso no deja de alarmarme también que cuando hay una cauta, una tímida esperanza de cambio, aparezca el titular de la Corte Suprema, Enrique Petracchi, respaldando a un juez comprometido con la dictadura militar. ¿Cuál será el verdadero rostro de estos personajes? ¿El que tuvieron en los años de la dictadura, el que mostraron cuando volvió la democracia, o éste que ahora exhiben?
* Integrante de Madres de Plaza de Mayo. Línea Fundadora.