EL PAíS
› KIRCHNER PROPONDRA SU NOMBRE, EL TERCERO DESDE QUE ASUMIO
Highton, otra mujer para la Corte
Cuando menos se esperaba, el Presidente tomó la decisión. A Raúl Zaffaroni, ya en funciones, y Carmen Argibay, en proceso de examen público, se sumará la civilista Elena Highton de Nolasco, una experta en mediación que está en la carrera judicial desde 1973.
› Por Martín Granovsky
Al final, fue otra mujer. Y no penalista, como Carmen Argibay. Elena Inés Highton de Nolasco es la especialista en Derecho Civil que el Presidente Néstor Kirchner propondrá como nueva integrante de la Corte Suprema de Justicia para una de las vacantes que dejaron Guillermo López y Eduardo Moliné O’Connor.
Página/12 pudo saber que Highton estuvo ayer a la tarde en la Casa Rosada para entrevistarse con Kirchner y recibir el ofrecimiento. Lo primero que hicieron fue presentarse, porque el Presidente y la abogada jamás se habían visto personalmente.
Kirchner insistió en el mismo argumento que escucharon antes sus nominados anteriores, Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay.
–Quiero una Justicia independiente –le dijo a Highton según el relato recogido por este diario.
–Estoy segura, porque yo a usted no lo conocía –contestó la jueza.
En otro momento la propia Highton reivindicó la independencia judicial mientras aclaraba que, de todos modos, “el Poder Judicial también es parte del Estado”.
El argumento había sido esgrimido por Zaffaroni ante este diario cuando Kirchner lo propuso como el primer juez nuevo de la Corte Suprema.
–Sé que hay un cambio institucional y me gusta la idea de ser protagonista de ese cambio –dijo Highton.
La abogada, que cumplió 61 años el 7 de diciembre último, nació en Lomas de Zamora, vive en Palermo y es madre de dos hijos, se preocupó en todo momento de aclarar que no es una conservadora en materia de Derecho.
En julio último, la fundación privada Fores definió a Highton como “políticamente independiente, sin vinculaciones con el actual gobierno”, y dotada de “un nivel académico destacadísimo”, que “demostró su vocación por la reforma judicial a través del impulso de la mediación”.
“Por estas razones, la propuesta de la doctora Elena Highton de Nolasco para integrar la Corte es mucho más apropiada y conducente que la del doctor Zaffaroni, puesto que este último tiene una postura exageradamente crítica y hasta opuesta a la intervención del Estado en la delicada tarea de restaurar la Justicia y la convivencia armónica de sus habitantes”, decía el documento de la entidad que preside Alvaro Casalins.
Desde ese momento amigos de Highton registran una frase suya:
–No tengo nada contra Zaffaroni y me molesta que me usen para atacarlo a él.
¿Highton es peronista? Nadie, hasta ahora, le asigna militancia política. En todo caso su peronismo es prestado y está en los genes del marido, el ex médico de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Alberto Nolasco. Nolasco es sobrino de Arturo Jauretche, el escritor que llegó al peronismo desde el nacionalismo de Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (Forja) pero recién tuvo un cargo público, la presidencia de la editorial de la UBA, con el gobierno de Héctor Cámpora en 1973. Fue en ese año, justamente, que Jauretche recomendó a su sobrina política Elena Highton para iniciar la carrera judicial.
Su primer cargo fue el defensora oficial de incapaces y ausentes ante la Cámara Nacional de Apelaciones y Juzgados Nacionales de Primera Instancia Especial en lo Civil y Comercial. Siguió allí hasta 1979.
En mayo de 1979 fue jueza civil.
En 1994 ascendió a camarista civil.
Desde comienzos de la década del ‘90 participó en iniciativas en favor de la mediación y métodos alternativos en resolución de disputas, su especialización académica. De ahí su papel como vicepresidenta honoraria de la Fundación Libra.
Es docente en la Facultad de Derecho de la UBA, donde revista como titular, desde 1974. Decidido a colocar a otra mujer en la Corte, el Gobierno barajó el nombre de Elena Highton de Nolasco junto a los de Aída Kemelmajer de Carlucci, Hilda Kogan y Ana Figueroa.
Kemelmajer fue valorada, según relató un alto funcionario a Página/12, por su enfrentamiento en Mendoza con Raúl Moneta, pero el Gobierno temió que pudiera ser cuestionada por el poder del estudio de su marido. Hilda Kogan había ascendido en la consideración oficial. En su caso el temor fue que la designación apareciera ligada a presiones del duhaldismo y el radicalismo. Kogan no pertenece al “sistema” bonaerense. El miedo se basó en la imagen. Y con Figueroa el Gobierno no quiso sumar penalistas, tras Zaffaroni y Argibay.
Ayer, el Presidente confió a sus íntimos, que sin nombres nuevos en el candelero, prefería tomar la decisión y anunciarla.
Confía en que sean ciertas las informaciones recabadas por el Gobierno según las que Highton no tuvo actitudes en favor de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Un punto débil en este sentido es haber sido jueza en ese momento, pero el oficialismo pasó los cuestionamientos en el caso de Zaffaroni, que también fue magistrado en tiempos del gobierno militar.
Otro punto a favor que el Gobierno atribuye a Highton es que combina un perfil académico con la pertenencia a la familia judicial, sin estar ligada, a la vez, a grandes estudios de abogados.
“No pertenece a ningún lobby, y eso es básico”, fue uno de los razonamientos previos a su designación. “Y en términos concretos es partidaria de la doctrina del daño compartido entre deudores y acreedores privados, lo cual no es precisamente una idea conservadora”, fue otro argumento.
¿El Gobierno pensó que, con Highton, compensará el garantismo libertario de Zaffaroni y el garantismo laicista de Argibay? La respuesta obtenida para esta pregunta es que Kirchner no considera a Highton una contracara de aquellos dos ni la ve como una derechista que lo haga quedar bien con el establishment.
Sin embargo, en política es real lo real y también lo que muchos perciben como una realidad. Si Highton no ofrece ninguna arista irritante ni es conservadora, al Gobierno le vendrá bien como carta frente a la franja de centroizquierda, satisfecha ya por las designaciones de Zaffaroni y Argibay. Pero si, sin ser conservadora, lo parece, o si realmente un examen prolijo de los antecedentes de Highton termina ubicándola en el centroderecha, Kirchner sin duda aprovechará esta imagen ante los sectores de la población que más recelan del Presidente.