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› EL GOBIERNO RATIFICO LA CANDIDATURA DE HIGHTON
Un escenario menos polémico
Se anunció, tal como anticipó en forma exclusiva Página/12, el nombre de la jueza propuesta para reemplazar a Moliné. Su perfil augura que no recibirá ataques de la derecha, como sí sufrieron Zaffaroni y Argibay.
“Creemos que con la presencia de la doctora Elena Highton en la Corte Suprema estamos colaborando fuertemente a garantizarles a los argentinos una Justicia independiente y una Justicia de alta calidad.” Así presentó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, la candidatura de la camarista como reemplazante de Eduardo Moliné O’Connor en el máximo tribunal de la Nación.
Fernández y el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, fueron los encargados de hacer el anuncio formal de la postulación de Highton, anticipada ayer por Página/12. El nombre de la tercera persona propuesta por este gobierno para cubrir un cargo en el máximo tribunal se definió luego de que el lunes la jueza se reuniera con el presidente Néstor Kirchner y el jefe de Gabinete.
El Gobierno había informado que la reemplazante de Moliné O’Connor se iba a conocer a principio de año. Después de un par de amagues, la decisión se postergó. La demora se debía básicamente a que ninguna de las candidatas que se analizaban despertaba el entusiasmo que en su momento motivaron Eugenio Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay. Lo único inamovible era que el cargo sería cubierto por otra mujer, lo que implicará que –si Argibay y Highton pasan los controles– por primera vez en su historia el tribunal contará con dos mujeres entre sus miembros.
La especialidad jurídica y los antecedentes profesionales y académicos fueron los que terminaron de convencer al Presidente de que Highton era la indicada. La camarista se dedica a la rama civil del derecho y es considerada pionera en la instauración de la mediación obligatoria. Además, tiene una larga trayectoria en el Poder Judicial, donde ingresó en 1973 como defensora oficial de Incapaces y Ausentes ante la Cámara Nacional de Apelaciones y Juzgados Nacionales de Primera Instancia en lo Civil y Comercial. Actualmente, es miembro de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, la Sociedad de Profesionales en Resolución de Disputas, el Consejo de Honor de la Fundación Libra y la Consultora Internacional del Banco Mundial para el Departamento Técnico de América latina.
Con esta postulación, el Gobierno contará con una ventaja adicional. Todo indica que ésta será una candidatura menos conflictiva que las anteriores. Desde que trascendió que era una de las posibles aspirantes a ocupar un lugar en el máximo tribunal, Highton fue presentada como conservadora. Si bien ella misma lo negó ante el Presidente en su reunión del lunes, su perfil no está llamado a generar grandes rechazos entre quienes impugnaron e hicieron campaña contra Argibay y Zaffaroni. Podrán dormir tranquilos los que se sintieron agraviados porque los anteriores candidatos eran solteros. Highton está casada con Alberto Nolasco –sobrino del escritor peronista Arturo Jauretche– y es madre de Elena Cristina y Martín Facundo.
La simpatía que despertaría este nombramiento en la centroderecha podría, además, bajar el nivel de confrontación hacia Argibay, elegida como blanco sobre todo por la Iglesia debido a sus declaraciones favorables a la despenalización del aborto. La jueza del Tribunal Penal Internacional que juzga los crímenes cometidos en la ex Yugoslavia aún debe pasar el filtro del Senado, a donde Kirchner debe enviar su pliego antes de fin de mes. Ayer, al anunciar la postulación de Highton, Fernández volvió a respaldarla.
El jefe de Gabinete, uno de los impulsores de la candidatura de Highton, señaló que la posición de Argibay sobre el aborto es “personal” y “no necesariamente son las opiniones del Gobierno”, pero aseguró que aquello “no empalidece sus condiciones morales y éticas”. Resaltó que tanto Argibay como Highton son personas de “una moral intachable” y que por ello el acceso de ambas al máximo tribunal no puede ser cuestionado.
La candidatura de Highton quedará ahora durante 30 días puesta a consideración de la ciudadanía, tal como lo prevé el decreto 222/03, que autolimitó las facultades del Poder Ejecutivo para la designación de nuevos integrantes a la Corte Suprema. Tal como precisó Beliz, se darán aconocer los antecedentes profesionales, patrimoniales y académicos de la mujer, así como las publicaciones que desarrolló a lo largo de su carrera. Luego se recibirán los apoyos e impugnaciones y el pliego tendrá que ser avalado finalmente por el Senado.
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