El diputado duhaldista José María Díaz Bancalari se recuesta sobre su sillón. El aire acondicionado está fuerte, como si sintiera más calor del que realmente hace. El legislador fuerza una sonrisa y dice: “Todo está bien; las noticias que llegan de Monterrey son buenas”. Se queda unos segundos en silencio, mira a sus interlocutores y lanza: “En serio se los digo”. Afuera, en los pasillos y despachos del Congreso el clima es diferente. Legisladores del mismo PJ, pero no alineados con el duhaldismo, aventuraban pronósticos funestos. “El final está cerca. Hay que llamar a elecciones”, dijo un diputado de peso en la conducción del bloque. Fue un viernes complicado para los diputados justicialistas. Para calmar los nervios y reordenar la tropa, el bloque oficialista tiene previsto reunirse hoy con Eduardo Duhalde poco después de su llegada de México.
Nadie en el Congreso está tranquilo. Los duhaldistas buscan animar a sus compañeros. Por un lado arreglaron que hoy los presidentes de los bloques de ambas cámaras se encontrarán con el Presidente en Olivos. Consideran que algunas noticias de la boca de Duhalde pueden ser el mejor remedio para contener a los legisladores. Para acompañar esa promesa, los duhaldistas no cesaron de repetir que “no hay que creer en lo que dicen las agencias de noticias”. Ello no evitó que las reuniones se sucedieran. El titular del cuerpo, el también duhaldista Eduardo Camaño recibió en su despacho al presidente del bloque, Humberto Roggero, al secretario de Hacienda, Oscar Lamberto y a Díaz Bancalari. El funcionario realizó una descarnada descripción de las dificultades que tiene el gobierno para frenar la escalada del dólar. Les advirtió que todo se complicará aún más si la ayuda externa no llega.
Difundida esta información, los nervios entre los diputados que estaban en el Congreso no se calmaron. Mucho menos la interna partidaria.
Por caso, el sector relacionado con el gobernador José Manuel de la Sota aseguró que la única salida “son las elecciones”. Otros, en cambio, prefirieron especular sobre los recambios en el gabinete nacional. “Al equipo económico lo derrotó el dólar”, se escuchó. Inmediatamente comenzaron decir que lo que se viene “es la dolarización”. “Y pensar que Duhalde era antimodelo”, ironizó otro legislador que no responde al cordobés pero tampoco al Presidente.
Los únicos que hablaron sin esconder su identidad fueron los menemistas. Desde la riojana Anillaco, Adrián Menem no dudó en reflotar la propuesta de su tío al sostener que “hay que dolarizar”. Mientras acompañaba al ex presidente en una reunión con jóvenes menemistas del norte argentino, el legislador aseguró que “fue un error terrible salir de la convertibilidad. Ya lo habíamos anticipado porque la gente está acostumbrada al dólar”.
Díaz Bancalari no escuchó estas declaraciones. Sin embargo, sostiene que el gobierno de Duhalde tiene las herramientas necesarias para frenar la disparada de la divisa norteamericana. “Habrá que reducir la cantidad de dólares disponibles en los bancos. Y se les deja un encaje mínimo”. Suena fácil, pero ayer a los radicales eso no les modificó el ánimo.
Durante un reunión que mantuvieron con Camaño le anticiparon que si no hay cambios en el gobierno, “si no hay anclaje del dólar”, el radicalismo abandona la coalición. Quieren además tener más injerencia en las decisiones de gobierno: “No queremos ser convidados de piedra”, escuchó Camaño de sus colegas de la UCR. Los justicialistas buscaron apaciguar las aguas al comprometerse incluso a tratar de adelantar para el domingo la reunión con Duhalde prevista para el lunes.
En lo único que coincidieron radicales y peronistas fue en que “de ninguna manera habrá llamado anticipado a elecciones”.