Al final, la cuenta suiza de 650 mil dólares no era lo único que Carlos Menem ocultaba. Tampoco incluyó en su declaración jurada sus acciones en Telefónica de Argentina y en Telefónica Móviles, dos aviones ultralivianos y dos cuentas en el Banco de La Rioja. Así lo estableció el juez federal Norberto Oyarbide quien, con los datos en mano, confirmó ayer que el riojano deberá presentarse a declarar el 23 de marzo aunque sus abogados sigan haciendo planteos para evitarlo y él se escude en su brazo fracturado. Y no sólo tendrá que ampliar su indagatoria por la omisión maliciosa de los depósitos en el exterior: será interrogado por todos los nuevos descubrimientos que, además, debilitan su argumento quejumbroso de que no tiene bienes para cubrir el embargo que le impuso Su Señoría.
A Menem la Sala II de la Cámara Federal ya lo procesó por omisión maliciosa por no haber incluido en su declaración jurada patrimonial una cuenta en la Unión de Bancos Suizos (UBS) de Ginebra, con dinero a nombre de Zulema Yoma y Zulemita que él mismo reconoció. Ahora resulta, según detectó la investigación judicial, que el ex presidente tiene otros bienes que tampoco mencionó:
u Cerca de mil acciones de Telefónica y trescientas de su rama de telefonía celular, Telefónica Móviles Argentina S.A. Según información con que cuenta el juzgado, la cuenta accionaria de Menem fue abierta en 1991, después de la privatización de la ex ENTel. Al parecer, el 50 por ciento de su paquete está embargado en el juicio de divorcio –concedido por la Justicia en 1995– de su matrimonio con Zulema.
u Un avión ultraliviano marca Flightstar, modelo Aviastar (serie PB-FSB-041) y otro, Pioneer International Aircraft, modelo Dualstar (serie DS-146 matrícula LV-U043). Al parecer, tiene al primero desde 1989 y al segundo desde 1986.
u Dos cuentas en el Nuevo Banco de La Rioja, con los números 1100001/7 y 1200001/0, que no tendrían montos significativos. Menem comparte la titularidad de ambas con su actual esposa, Cecilia Bolocco, según allegados a la pesquisa. La conductora chilena de TV también es investigada por Oyarbide.
Ya la semana pasada, Menem decía que no pensaba ir a ampliar su indagatoria el martes de la semana que viene, como dispuso el juez según medida impulsada por el fiscal Carlos Stornelli. “No me presentaré porque estoy imposibilitado físicamente, he sufrido una fractura en mi brazo derecho”, se justificó el ex mandatario desde Chile. Aportó entonces un certificado expedido por sus médicos de la clínica Las Condes que señala que necesita cinco meses para recuperarse del accidente que tuvo jugando al golf. Como el certificado no decía que la lesión le impedía viajar, Oyarbide le pidió las radiografías y mandó a hacer evaluar el parte médico a los especialistas forenses.
El viernes pasado el abogado del riojano, Alejandro Novak, pidió que se suspenda la citación, pero invocó razones jurídicas: alegó que la ampliación de la declaración había sido pedida mucho tiempo atrás por el propio Menem y que ahora no tiene ningún interés en eso. Entonces Oyarbide rechazó las presentaciones, cantó retruco y dijo que no sólo lo cita por la famosa cuenta en la UBS, sino porque “se han incorporado nuevas pruebas al proceso que permiten sospechar la comisión de otros delitos”. Tendrá que viajar a Buenos Aires sí o sí, “la audiencia se mantiene”, advirtió el magistrado.
Ahora la situación de Menem se vuelve más complicada: la omisión maliciosa que ya le imputaron pasaría a abarcar también sus aviones no reconocidos, otras cuentas y sus acciones en una de las empresas de telefonía que hizo ganancias extraordinarias gracias a la privatización del sector dispuesta por su gobierno. Eso es lo que detalla la resolución que el juez Oyarbide notificó ayer. El delito de omisión es excarcelable, pero prevé la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos. Para el ex mandatario ya tuvo como consecuencia, también, un embargo de 1,5 millón que, como dijo no poder cumplir, derivó en una inhibición general de sus bienes. No puede mover fondos ni hacer operaciones.
De todos modos, la omisión ya no es lo único por lo que se investiga al ex presidente: el mes pasado Oyarbide agregó a la carátula del expediente las figuras de lavado de dinero y falsedad ideológica. De hecho, las novedades que fueron apareciendo resultaron de un nuevo rastreo que había ordenado hacer la Cámara en diciembre y que podría traer todavía más sorpresas: están bajo investigación 57 posibles testaferros y un largo listado de sus propiedades en Argentina y quince países. La formalización de la hipótesis del lavado no es un dato menor: en Suiza ya se lo investiga a Menem por eso y allí ese es un delito gravísimo con penas de hasta quince años de cárcel. En el Ministerio de Justicia saben son por lo menos tres las cuentas ligadas a él que detectaron los tribunales helvéticos.
Antes de que sea el turno de Menem, esta semana el juez Oyarbide escuchará como testigo a Zulema, citada para mañana. La ex primera dama ya dijo ante el juez en lo penal económico Julio Speroni que desconoce el patrimonio de su ex. El jueves está prevista la declaración de Elisa Carrió y el viernes, la de la titular de la actual PAMI, Graciela Ocaña. Ambas fueron denunciantes de los negocios menemistas en ocasiones varias.
En otra causa, por irregularidades en la administración fondos en la construcción de cárceles, Menem está citado como sospechoso para el 25 de este mes. Si no concurre, el juez Jorge Urso alertó que lo declarará en rebeldía y podrá quedar detenido. En teoría, Oyarbide debería hacer lo mismo si, como parece que ocurrirá, tampoco se presenta dos días antes en su juzgado.