No era el eje de la reunión. Pero Felipe Solá puso la propuesta sobre la mesa. Y finalmente el resto de los mandatarios la hizo propia. Por eso, el miércoles 24, los gobernadores justicialistas darán el presente en la ESMA. Y fortalecerán la decisión del Presidente de transformar ese ex centro clandestino de detención y torturas en un museo de la memoria. Tampoco la situación del PJ Capital figuraba entre los temas a tratar, pero la masiva renuncia de los kirchneristas del distrito puso al cuestionado Toma al borde del K.O. (ver nota aparte).
Solá abordó el tema durante la cumbre partidaria de Córdoba, donde los máximos representantes distritales peronistas aceleraron los pasos para renovar su conducción. El gobernador bonaerense, últimamente en línea con la prédica kirchnerista, planteó la necesidad de no dejar solo al Presidente en este tipo de iniciativas.
“Con nuestra presencia en la ex ESMA queremos dar un mensaje claro de solidaridad con las víctimas que tuvimos en esa etapa tan oscura y difícil que vivió nuestro país”, señaló al término del encuentro el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota.
La decisión de transformar la Escuela de Mecánica de la Armada en museo produjo controversias. Sobre todo en sectores militares. Pero también surgieron voces disonantes en el mundo político. Ayer sumó la suya Ricardo López Murphy. “Lo que no puede haber allí es una visión hemipléjica de lo que ocurrió al país”, dijo a Radio Cooperativa. No hizo más que reflotar la teoría de los dos demonios, al igualar el terrorismo con la represión de Estado.
La decisión de los gobernadores de participar del acto de 24 se convertirá en una muestra de alineamiento partidario con Kirchner. Pero la presencia en esa muestra de repudio al golpe militar del ’76, que culminará con un recital de León Gieco, Víctor Heredia y Joan Manuel Serrat, no será el único gesto hacia la Casa Rosada.
Ayer mismo se terminó de armar la grilla de la nueva conducción partidaria dentro de los andariveles marcados por el Gobierno. Así, el gobernador jujeño Eduardo Fellner asumirá la presidencia del Consejo Nacional Justicialista. Su entronizamiento significará el desplazamiento formal de Carlos Menem del control del PJ.
En los papeles, el ex mandatario se presenta aún en estos días como titular del Consejo Nacional. Por eso durante la campaña presidencial el antimenemismo creó la Comisión de Acción Política (CAP), un órgano paralelo de conducción que duhaldistas y kircheristas dejaron en manos de Fellner.
Desde el próximo 26, todo volverá a sus cauces normales, ya que la mayoría de los gobernadores acordaron ayer modificar la carta orgánica del PJ y formalizar los nombramientos del mandatario jujeño como número uno del partido y de sus pares Solá, Jorge Obeid (Santa Fe) y De la Sota como vicepresidentes.
Los cambios cuentan con el respaldo del “poder real” del PJ. Es decir, de una amplia gama de gobernadores y jefes distritales que se reunieron ayer en el quincho de la residencia del mandatario cordobés.
Salvo Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Nina Juárez (Santiago del Estero) y Carlos Rovira (Misiones) –quienes se ausentaron sin aviso aunque previsiblemente–, estuvieron allí el anfitrión De la Sota, Fellner, Solá, Obeid, Mario Das Neves (Chubut), José Alperovich (Tucumán), Jorge Busti (Entre Ríos), Angel Maza (La Rioja), Sergio Acevedo (Santa Cruz), Juan Carlos Verna (La Pampa), José Luis Gioja (San Juan), Gildo Insfrán (Formosa), Juan Carlos Romero (Salta) y Eduardo Galantini (Corrientes).
Al grupo se sumaron el presidente del bloque del diputados del PJ, José María Díaz Bancalari, el presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño, y el titular de la Unidad Presidente, Juan Carlos Mazzón.