Los jueces del fuero comercial, aquel donde discurren los intereses de grandes empresas, parecen intocables. Un severo dictamen de acusación por mal desempeño contra el juez Favier Dubois terminó archivado ayer por decisión del plenario del Consejo de la Magistratura. En una votación reñida, se decidió no impulsar el juicio político y pasar las actuaciones a la Comisión de Disciplina.
Dubois había sido denunciado por supuestas irregularidades en el trámite de la quiebra de una embotelladora de Pepsi, en el concurso de supermercados Hawai y por el desorden y extravío de expedientes que una auditoría había hallado en su juzgado. Las designaciones sospechosas de interventores, peritos y síndicos fueron algunos de los señalamientos más repetidos. El dictamen aprobado por la Comisión de Acusación el año pasado hablaba incluso de “intercambio de favores”. Recomendaba su suspensión preventiva al calificar su gestión como “inoperante, ilegítima y profundamente sospechosa”.
El trámite del expediente, que había llegado al Consejo en 1999, estuvo rodeado de operaciones en las sombras y mensajes cruzados. En el plenario de ayer, hubo siete votos por el cierre de las actuaciones y nueve por la elevación al jurado de enjuiciamiento, pero esta mayoría era insuficiente. Los consejeros resolvieron no abrir el juicio político, que podía costarle a Dubois la destitución, sino enviar el expediente a una comisión que deberá decidir si corresponde o no aplicar alguna sanción al magistrado.
Durante la sesión de ayer, los consejeros también decidieron archivar una denuncia contra el juez Claudio Bonadío –que había promovido María Julia Alsogaray– y otra contra el juez en lo penal económico Julio Cruciani.