Dom 28.03.2004

EL PAíS  › ELISA CARRIO VERSUS GRACIELA OCAÑA

La pelea

Antes inseparables, se fueron alejando hasta que el ingreso de Ocaña al Pami produjo el portazo definitivo. Esta semana volvieron a chocar.
Las acusaciones de Carrió y la defensa de Ocaña. Y viceversa.

› Por José Natanson

“La están usando como reemplazo de Alberto Fernández”, aseguró Elisa Carrió cuando Página/12 la consultó por las declaraciones de Graciela Ocaña, que la semana pasada descartó la denuncia del ARI por la supuesta participación de la empresa Conarpesa en la campaña de Néstor Kirchner. Amigas durante años, la relación entre las dos mujeres ha llegado a un punto de no retorno: cerca de Carrió aseguran que Ocaña está políticamente perdida y que su gestión está destinada a naufragar. La titular del PAMI acusa a su ex jefa de llevar sus diferencias políticas a un plano personal, dice que su gestión avanza viento en popa y que no está sola, sino acompañada por importantes dirigentes como José Vitar y Horacio Viqueira.
La denuncia
El lunes pasado, la titular de la obra social de los jubilados minimizó la jugada política más fuerte de Carrió desde que asumió el nuevo gobierno. En un intento por recuperar la ofensiva, la líder del ARI había asegurado que la empresa pesquera Conarpesa había participado de la campaña de Kirchner. Ocaña, que cuando comenzó la investigación aún trabajaba junto a Carrió, descartó la denuncia. “Nunca encontré un elemento que lo ligara con el Presidente. Si tuviera alguna duda jamás habría aceptado el cargo”, aseguró. Y a continuación dijo que no sabía por qué su antigua jefa había decidido lanzar semejante denuncia. “Quizás esté dolida por mi decisión de aceptar este cargo, pero la verdad es que lo hice no para dañar a nadie, sino por un compromiso para solucionar la vida de la gente. A mí nadie me compra ni me coopta”, agregó.
El eje de la discordia es ahora una vieja reunión, realizada el 20 de enero del año pasado en Puerto Madryn, de la que participaron Carrió y Ocaña, en ese entonces compañeras de ruta, y otros dirigentes del ARI. El encuentro se realizó en Pesquera San Isidro, la empresa de Raúl Espinosa, de cuyo posterior asesinato fueron luego acusados los directores de Conarpesa.
La versión de Ocaña es que Espinosa no habló en forma concreta sobre la participación de Conarpesa en la campaña de Kirchner. “Yo estuve en esa reunión. Espinosa habló de la pesca, de los permisos en la provincia de Chubut. Dijo que dos días antes había estado Kirchner en Puerto Madryn y que había visto micros con la propaganda de la campaña. Eso fue todo”, aseguró la titular del PAMI. “Después, cuando volví a la Capital, me puse a investigar el tema y no encontré nada. No es cierto que Carrió me haya dado unas carpetas con información. Se las habrá dado a otro diputado, porque a mí no me dio nada. ¿Cómo me va a dar eso si hacía meses que no me hablaba?”, agregó Ocaña.
Carrió asegura que Espinosa denunció el vínculo entre Conarpesa y la campaña de Kirchner en la reunión del 20 de enero. Al mismo tiempo, la chaqueña aclara que nunca habló de aporte concreto de dinero por parte de Conarpesa a la campaña de Kirchner, y que en todo momento desvinculó al Presidente en forma personal. La denuncia se basa en la “participación” de la compañía pesquera en la campaña del santacruceño, concretada de diversas formas: por ejemplo, aportando micros para trasladar a militantes a los actos y publicidad en el equipo de básquet de la compañía.
Desencuentros
El cruce por el caso Conarpesa es un capítulo más de la historia de desencuentros entre las dos mujeres. Se hicieron amigas cuando Ocaña, en ese entonces diputada frepasista, se sumó a la Comisión de Investigación de Lavado de Dinero que lideró la chaqueña. En aquella época Ocaña solía pasar las noches en el departamento de Carrió en la avenida Santa Fe, entre papeles y documentos. Fue una de las autoras del famoso preinforme y se ganó el apodo de “hormiguita” por su capacidad de trabajo a prueba de balas. Con el tiempo, Ocaña se convirtió en la mano derecha de la chaqueña, que le encargó una tarea de máxima confianza: el manejo de los fondos de la campaña.
La relación se rompió unos meses más tarde, cuando Ocaña se bajó de la candidatura a gobernadora bonaerense, con el argumento de que Carrió le prohibía cerrar acuerdos con otras fuerzas políticas. Indignada, la líder del ARI le retiró el saludo y, aunque aceptó ubicarla en la lista de diputados nacionales, dio instrucciones para congelarla políticamente.
Ocaña se refugió en el Congreso, pero se encontró con que el ARI había generado un vacío político en torno de ella. Aguantó un tiempo, hasta que Néstor Kirchner la llamó y le ofreció la dirección del PAMI: aunque Carrió había dado instrucciones a sus seguidores para rechazar las ofertas del Gobierno, Ocaña aceptó.
Cruces
“Esto es una operación del Gobierno de la que no voy a participar. Está ocupando el lugar de Alberto Fernández”, aseguró Carrió a este diario. Y, aunque se negó a seguir hablando sobre el tema, uno de sus asesores aseguró que es mentira que esté enojada personalmente con su ex mano derecha. “Cuando Lilita se enteró de que Graciela se sumaba al Gobierno le pidió a algunos compañeros, como Fabiana Ríos y Elsa Quiroz, que la ayudaran todo lo posible. Dijo que políticamente no podíamos hacer nada, porque ella ya había tomado una decisión, pero que podíamos ayudarla en lo personal”, dicen que dijo Carrió.
Los asesores de la chaqueña aseguran que lo grave no es que Ocaña haya aceptado el cargo, sino la forma en que lo hizo. “Se convirtió en un soldado del kirchnerismo. Es peor que Alberto Fernández”, sostiene un dirigente del ARI. Y agrega que la situación de Ocaña en el Pami –con un presupuesto de 3100 millones de pesos, 10 mil empleados y una estructura desorganizada, ineficiente y corrupta– es complicadísima. “Es un lugar para desembarcar con gente, con un equipo fuerte y capacitado. Ella no tenía eso y entonces tiene muy poco margen de maniobra. Ahora está en manos de Granero”, sostiene un dirigente cercano a Carrió, en referencia al kirchnerista y número dos de la obra social, José Granero.
–¿Qué opina de las acusaciones de Carrió, que sostiene que usted se está prestando a las operaciones del Gobierno? –le preguntó Página/12 a Ocaña.
–Es injusto que diga que estoy en el Gobierno, que estoy en el lugar de Alberto Fernández. Antes decía que yo me vendía, ahora me quiere ensuciar diciendo que traicioné al partido. Yo pertenezco al ARI y voy a seguir perteneciendo. Hay gente del ARI que me acompaña en la gestión, todos los días me llaman diputados nacionales, legisladores provinciales, dirigentes del interior para consultarme y ofrecerme ayuda. No soy kirchnerista, no soy peronista. Voy a pelear porque creo que nuestro partido merece el debate y no que se escuche una sola voz. Pero sigo en el ARI.
Contra lo que sostienen los operadores de Carrió, la titular del Pami asegura que su gestión marcha viento en popa a pesar de las dificultades, que está implementando nuevos mecanismos para terminar con las mafias de las gerenciadoras y que esta semana le elevará al Presidente el proyecto de ley para normalizar la obra social. “Estamos trabajando con bajo perfil, porque lo importante no es salir a hacer declaraciones sino tratar de organizar este quilombo”, aseguran los asesores de Ocaña, que sumó a dos ex integrantes del ARI a su equipo: José Vitar, a cargo de coordinar las unidades de gestión, y Horacio Viqueira, flamante titular del área jurídica.
“Lo más fácil hubiera sido quedarse como diputada, pero decidió aceptar el cargo porque era una buena oportunidad de demostrar que puede gestionar. Sería injusto no admitir que este gobierno está haciendo muchas cosas buenas. Hay momentos en que la historia cambia, y no tiene sentido no reconocerlo”, concluyen cerca de Ocaña.

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