EL PAíS
› UNO DE LOS ASESINOS DE CABEZAS BUSCA SALIR
Auge se quedó sin condicional
› Por Raúl Kollmann
La Cámara de Apelaciones de Dolores rechazó el pedido de libertad de José Luis Auge, uno de los asesinos de José Luis Cabezas. De acuerdo con el cálculo de la llamada ley del dos por uno, el ladrón del barrio platense de Los Hornos estaba supuestamente en condiciones de pedir la libertad, dado que habría cumplido con dos tercios de su pena, pese a que fue condenado a 18 años de cárcel y sólo pasó siete entre rejas. La Cámara denegó la libertad por el informe del Servicio Penitenciario bonaerense en el que consta que el hornero tiene buen comportamiento en la cárcel, pero que según los psicólogos, en libertad podría ser peligroso. El defensor de Auge seguramente apelará ante la Cámara de Casación, pero un fallo anterior de ese tribunal hace presumir que también le denegará la libertad.
El defensor de Auge, Juan Martín Cerolini, pidió su libertad condicional por considerar que el fallo en contra del hornero no está firme, ya que hay varias apelaciones y recursos no resueltos. Para Cerolini es aplicable el dos por uno en cuyo cómputo se calculan simples los dos primeros años de prisión y doble los siguientes. Como Auge lleva siete años preso, los dos primeros cuentan simples pero los siguientes cinco se computarían doble, con lo cual llevaría preso el equivalente a doce. Dado que la condena es a 18, ya tiene dos tercios cumplidos y pide la libertad.
La Cámara de Dolores optó por la solución más simple. La condicional no es obligatoria sino que requiere de un informe favorable del SPB. En verdad, Auge está desde el principio en un pabellón evangelista y según informan los penitenciarios –cuyos informes muchas veces son truchos– no registra sanciones de envergadura. Aun así, se convocó a una Junta de Calificaciones, con la presencia de psicólogos forenses, que evaluaron que Auge sería peligroso en libertad. Cerolini pedirá hoy o mañana que a su cliente le hagan una nueva pericia, pero con peritos de la Corte Suprema.
En forma paralela, también existe la polémica sobre si corresponde o no la aplicación de la ley del dos por uno a Auge. Cerolini dice que sí porque hace siete años que su defendido está preso y no hay sentencia firme. Una modificación votada la semana pasada en la Legislatura establece que una vez que un acusado es condenado en juicio oral, no se podrán computar como dobles los años de prisión siguientes, por más apelaciones que se hagan, ya que no se puede presumir la inocencia del imputado después que tres jueces de un tribunal oral lo hayan condenado. Sin embargo, esta nueva norma no es retroactiva y la mayoría de los juristas creen que no se puede aplicar a Auge.
De todas maneras, la libertad del hornero tendrá que ser resuelta por la Cámara de Casación bonaerense, el máximo órgano en la justicia penal provincial. Y allí es muy posible que Auge tropiece con otro elemento. En el último fallo sobre el caso Cabezas, la Cámara de Casación destinó 26 páginas de su resolución a evidenciar que los enormes atrasos en la resolución de la causa se debieron a apelaciones, recusaciones y nulidades presentadas por los defensores, por lo cual podrían denegar la aplicación del dos por uno básicamente porque las dilaciones respondieron –según Casación– a los abogados de Auge y los demás condenados. La apelación del fallo Cabezas tardó nada menos que tres años y medio, pero el tribunal hizo una larga enunciación en la que, por ejemplo, algún defensor pidió prórroga de una audiencia porque ese día tenía que asistir a otro juzgado, se pidió la nulidad porque uno de los abogados defensores no tenía matrícula vigente, se recusó a jueces de Casación y una larga serie de incidentes que, casi seguro, serán usados para denegarle la libertad a Auge. Si no se admite el dos por uno, Auge podría pedir su libertad en 2009 y la condena recién estará cumplida en el 2017.