El vicepresidente chileno, José Miguel Insulza, descartó que la crisis de abastecimiento de gas argentino se deba a la mala voluntad de las autoridades del gobierno de Néstor Kirchner y reiteró que su país no recurrirá a un arbitraje u otra acción internacional para dirimir el diferendo. Chile sufrió un recorte de 4 millones de metros cúbicos diarios en el volumen de gas que recibe de Argentina.
“Nosotros vamos a seguir conversando (con la Argentina), porque el problema no es de buena o mala voluntad, sino de escasez. Romper relaciones me parecería absurdo, por la cercanía”, declaró Insulza. El vicepresidente chileno descartó, asimismo, un eventual arbitraje u otra acción internacional. “Uno puede hacer un arbitraje pero una vez que se corte el gas. Hay que quedarse tranquilo, porque lo que la gente quiere es calentar sus casas y, por ahora, no hay ninguna emergencia”, aseguró.
Desde el Palacio de La Moneda, el gobierno chileno anunció que no aplicará sanciones arancelarias a Argentina como le está pidiendo la oposición, y llamó a la Alianza por Chile a actuar con responsabilidad y a no jugar con la política exterior en un año electoral. El ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, sostuvo que el planteamiento hecho por el líder de la oposición, Joaquín Lavín, implica una “guerra comercial” que no soluciona los problemas.