Mié 05.05.2004

EL PAíS

Parrilli y Cafiero recrearon la pelea entre Kirchner y Duhalde

El senador Cafiero dijo que la transversalidad “está enfermita”. El secretario general de la Presidencia respondió que “ser peronista no es hacer un mausoleo”. La pelea se produce después de la foto de Duhalde con Scioli, Obeid y De la Sota.

› Por Martín Piqué

Primero fue una foto de Néstor Kirchner con los intendentes “transversales” de Rosario y Córdoba, Miguel Lifschitz y Luis Juez. Cuatro días después, Eduardo Duhalde retrucó con otra foto que lo mostraba al lado de los gobernadores Jorge Obeid y José Manuel de la Sota, adversarios declarados de ambos intendentes. Esa imagen –que lo mostraba a Duhalde como anfitrión de los dirigentes más distanciados de Kirchner– fue interpretada como una demostración de fuerza. Desde el Gobierno rechazaron con cautela esa visión: “Fue una reunión de compañeros”, minimizó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Pero la prudencia se terminó cuando el senador Antonio Cafiero criticó la idea de “asociarnos con otros partidos de la izquierda”. “Ser peronista no es hacer un mausoleo”, le contestó el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
La foto que había despertado suspicacias mostraba a Duhalde, Obeid, De la Sota, el vice Daniel Scioli, el titular de Diputados Eduardo Camaño y la intendenta Brígida Malacrida de Arcuri saludando desde el vagón que usaba Evita para llevar ayuda por todo el país. Con esa imagen se clausuró un encuentro en la quinta “17 de Octubre” de San Vicente, convocado para presentar el mausoleo que guardará los restos de Perón y Evita. La comisión que impulsa la iniciativa está presidida por Cafiero. El senador cumplió con algo que le había prometido a Duhalde: organizó un acto en la quinta histórica para explicar el proyecto de construcción del mausoleo.
Duhalde aprovechó la invitación de Cafiero y la hizo extensiva a varios gobernadores y legisladores del PJ. Convidó a De la Sota y Obeid –que estaban muy enojados por la reunión de Kirchner con los transversales– a comer un asado y, luego, a ver los planos de las obras que se harán en San Vicente. Según contó a Página/12 un hombre muy cercano de uno de los organizadores, los dos gobernadores estaban enojados porque era la tercera vez que el Presidente recibía a Lifschitz y a Juez en la Casa de Gobierno. “Es la tercera vez que los recibe, mientras que nosotros, que somos gobernadores, sólo estuvimos en actos oficiales”, se quejó uno de ellos. Esa conversación se produjo en el asado con Duhalde.
“Duhalde les prestó la oreja”, analizaban desde el entorno de un senador bonaerense que conoce desde hace años al ex presidente. Según esa interpretación, Duhalde no azuzó la bronca con Kirchner pero sí se dedicó a escuchar con atención los lamentos de Obeid y De la Sota. “Al no darles bola a los gobernadores, Kirchner está agrandando la figura de Duhalde, que es el que los contiene”, opinaban desde el círculo íntimo del ex presidente. Aunque ocupado por sus tareas del Mercosur –hoy iniciará una gira por Colombia, Venezuela y Bélgica–, Duhalde no para de hacer gestos para contener a los dirigentes enfrentados con Kirchner. Ayer, por caso, envió a Alfredo Atanasof a Rosario para que se reuniera con Obeid. Y el santafesino no dudó en avanzar un paso más.
Un día después de reunirse con Duhalde, Obeid se despachó con unas declaraciones que sonaron como un claro desafío al Presidente. Consciente de que Kirchner está atento al posible surgimiento de una oposición de centroderecha dentro del PJ, Obeid dijo que Carlos Reutemann es “la reserva moral” del país. Además, en diálogo con Rosario/12 atribuyó la transversalidad a “un legado de una persona bastante nefasta de la política argentina, como Chacho Alvarez”. De la Sota, el otro gran protagonista de la reunión con Duhalde, prefirió no hablar. Ante un llamado de este diario, desde la secretaría de prensa de la gobernación de Córdoba informaron que De la Sota había decidido no hacer declaraciones por unos días.

Cafiero vs. Parrilli

Pero el debate sobre la transversalidad no se terminó allí. A la mañana, en una entrevista radial, el senador Cafiero agitó las aguas diciendo lo que algunos dentro del PJ piensan y no se animan a decir. Y lo dijo de una forma que irritó profundamente a los funcionarios del Gobierno. “La transversalidad está enfermita. Si algunos hombres del entorno del Presidente están con esa idea, se la pueden ir quitando de la cabeza. Esto de asociarnos con otros partidos de izquierda, esto de hacer del Partido Justicialista una variable de la socialdemocracia, todo eso en el pensamiento del justicialismo no tiene patente”, dijo el senador.
Las frases de Cafiero enseguida empezaron a circular por los despachos de la Rosada. Durante unas cuantas horas nadie contestó pero, a la noche, la respuesta llegó de boca de Parrilli. El secretario general de la Presidencia no es un hombre afecto a los micrófonos, sólo habla cuando Kirchner quiere que diga algo. Y así fue también esta vez. Después de que el Presidente –de viaje en Nueva York– leyera las declaraciones de Cafiero, llegó la instrucción de salir a responder. “Ser peronista no es hacer un mausoleo”, dijo Parrilli a modo de respuesta. “Llama la atención de que después de haber apoyado las políticas de Menem nos quiera cuestionar a nosotros de incorporar a otros sectores para solucionar los problemas del país”, cargó el funcionario kirchnerista.
La réplica de Parrilli tuvo un rápido impacto en el duhaldismo y otros sectores del PJ. Algunos la consideraron “desafortunada” porque cuestionaba el mausoleo que, aparentemente, tiene un significado especial para muchos dirigentes justicialistas. Esos mismos dirigentes recordaban que Parrilli había emigrado del PJ al Frente Grande y le quitaban autoridad para hacer afirmaciones de ese tipo. “Quiero aclarar que yo no quiero ofender al mausoleo”, aclaró luego Parrilli a Página/12.
–¿Kirchner le dijo que le contestara a Cafiero? –preguntó este diario.
–Puede hacer la interpretación que crea conveniente. Pero no me parece bien que se agiten fantasmas del pasado, o que se hable de la izquierda.
–¿El enfrentamiento Kirchner-Duhalde está en escalada?
–No. Ni hay una mala relación entre Kirchner y Duhalde. Lo que hay son visiones distintas. Nosotros no escondemos que pensamos distinto. Ellos tienen una visión del peronismo que nosotros no compartimos. Esto de cerrarse, de no abrirse, no es lo que nosotros pensamos. Si desde afuera del peronismo quieren apoyar la política que está llevando adelante el Presidente, no les vamos a decir “váyanse”. Tienen que sumarse.
–Dirigentes del PJ lo criticaban a usted por haberse ido del PJ.
–Con orgullo, yo puedo decir que no voté a Menem en el ‘95. Pero no me fui del peronismo. Dije que no lo apoyaba públicamente. Me intentaron expulsar pero no se animaron ni siquiera a eso. Y hoy el peronismo de Neuquén está compartiendo la política del Presidente.

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