EL PAíS
El BID se comprometió a proveer ayuda financiera a la Argentina
Lo hizo ayer su titular, Enrique Iglesias, en una reunión que mantuvo con Kirchner en Washington. El presidente del organismo de crédito internacional se desgranó en elogios que llegaron a empalagar. Viajará al país para instrumentar el primer tramo de un crédito de 5 mil millones de dólares.
› Por Felipe Yapur
Enrique Iglesias, el titular del BID, recibió ayer al presidente Néstor Kirchner con la mejor de sus sonrisas. El patagónico no perdió tiempo y, frente al directorio de la entidad, consideró como necesaria “la colaboración” del BID para afianzar el crecimiento económico y en la solución de “la crisis energética”. En este sentido, el Presidente les dio una pista sobre dónde destinar el aporte: la represa de Yacyretá. Iglesias no sólo continuó sonriéndole sino que, además, adelantó que a mediados de junio viajará al país para comenzar a discutir la instrumentación de la primera cuota de un crédito a cinco años de 5 mil millones de dólares.
Antes de participar del encuentro con los 14 directores del BID, Kirchner se reunió a solas con Iglesias. Esto sirvió como una primera aproximación de lo que el Presidente iba a decir poco después, pero también sirvió para distender la relación entre ambos. A Kirchner todavía le queda un sabor amargo de aquella vez en que Iglesias favoreció el ingreso a la Cepal del ex ministro de Economía de la Alianza, José Luis Machinea, en desmedro del candidato del patagónico, el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez.
Ya en el salón donde se reúne el directorio, Kirchner volvió a recibir elogios de Iglesias: “El futuro de su país es promisorio. Lo felicito por la evolución económica. Las cifras son más que elocuentes”, dijo con tono ya casi empalagoso. No terminó allí Iglesias, quien agregó ante Kirchner que “fue él quien le devolvió al país la autoestima”. Recién después de esta frase llegó la que esperaba el Presidente: “El banco está a la orden de la Argentina y vamos a colaborar de la manera más útil”.
El miércoles, durante la reunión del Council of the de Americas, Kirchner aseguró que, a pesar del crecimiento económico que estaba viviendo el país, los organismos internacionales de crédito continuaban dándole la espalda. Ayer, y luego del anuncio de Iglesias, el Presidente morigeró su discurso. “Vinimos a pedir un poco más de mano solidaria y que nos ayuden más”, reclamó Kirchner. Luego, y como repitió en los encuentros anteriores, el patagónico desarrolló un rápido panorama de la actualidad de la economía argentina, en la que destacó el descenso de 24,5 a 13,2 por ciento en los índices de la desocupación. Cada dato positivo que surgía de la boca de Kirchner provocaba que el presidente del BID asintiera con su cabeza. Parecía que la discusión que habían mantenido el año pasado en Bolivia por el caso Cepal había sido superada.
En los últimos días, Kirchner había evitado referirse a la situación energética como una crisis. Sin embargo, ayer frente al directorio del BID no dudó en calificarla de esta manera. Indicó que el Gobierno tiene todo listo para “solucionar en el 2004, estabilizar en el 2005 y profundizar en el 2006 la ecuación energética”, pero aclaró que para ello es necesario una ayuda del BID. Para encarar la falta de gas, Kirchner dijo que se realizarán los gasoductos en el noroeste, nordeste y la zona de la cordillera sur y se mejorará el sistema de transporte. No habló esta vez de extorsiones; en esta oportunidad buscó mostrarles a los directivos del BID hacia dónde podrían dirigir sus aportes económicos. Así, les propuso –aunque de una forma algo indirecta– la posibilidad de respaldar las obras que faltan para poner en marcha la represa de Yacyretá, a la que calificó curiosamente de la misma forma que lo había hecho el ex presidente Carlos Menem: “El monumento a la corrupción”. Kirchner señaló que son necesarios “unos 800 millones de dólares” para poner finalmente en funcionamiento la obra que le permitirá obtener “una rentabilidad anual de 1600 millones de dólares”.
Durante la reunión, el Presidente no sólo reconoció que se vivía una crisis energética sino que, además, avanzó en un tema que no había tocado desde que llegó a los Estados Unidos: la inseguridad. Introdujo el tema al referirse a los avances que está realizando su gestión en lo que respecta a la lucha contra la corrupción. Dijo que, por un lado, la inseguridad está relacionada por el crecimiento de la pobreza. Aunque advirtió también que la proliferación de secuestros extorsivos está ligada con “la corrupción institucional y de las fuerzas de seguridad”. Kirchner sostuvo que esto es la consecuencia de haber llevado adelante “la equivocada decisión de no mirar el pasado”.
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