EL PAíS
› PUJA DE LOS LOBBIES PROVINCIALES CONTRA LAS RETENCIONES A PRODUCTOS PRIMARIOS
Remes quedó retenido por las retenciones
Los gobernadores provinciales se convirtieron en los principales lobbistas de los exportadores contra las retenciones. A las gestiones de Sobisch en favor de las petroleras, ahora de suman las de De la Sota por los aceiteros y las de Reutemann por los sojeros. La medida saldrá, pero deshojada.
› Por David Cufré
Así como en su momento la presión de los gobernadores Néstor Kirchner y Jorge Sobisch demoró la imposición de retenciones a las exportaciones petroleras, el actual intento de Jorge Remes Lenicov de aumentar las retenciones a un amplio arco de productos está frenado por el “lobby descomunal” de los dos gobernadores más poderosos del peronismo: Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota. Esa es la versión que daban anoche en el Ministerio de Economía para explicar por qué todavía no hay definición respecto de la suba del gravamen a los exportadores. La acusación demuestra el nivel de conflicto dentro del partido gobernante, donde los mandatarios con aspiraciones presidenciales acompañan el reclamo de los productores agropecuarios, el jefe del Palacio de Hacienda busca mejorar la caja para cumplir con el FMI y Eduardo Duhalde se siente tironeado por intereses contrapuestos, sin poder resolver y confesando, con ello, que su gestión está marcada por la debilidad política con que nació.
La pretensión inicial de Remes Lenicov de elevar a 20 por ciento las retenciones a los productos primarios y a 10 por ciento las de bienes industriales contaba anoche con escasas chances de concretarse en esos términos. La aspiración de máxima de los ruralistas es bloquear cualquier modificación a los valores actuales. Sin embargo, en la Casa Rosada admitían que llegar a ese extremo acarrearía un elevado costo político y, lo que era evaluado como más grave, complicaría seriamente las negociaciones con el FMI, de por sí nada fáciles. La misión del organismo de crédito que comenzó su desembarco en la Argentina reclama el alza de las retenciones para garantizar el cumplimiento de las metas fiscales.
De tal modo, Duhalde se inclinaría por practicar retoques selectivos en las retenciones. Productos que han aumentado fuertemente sus precios internos, como aceites y harinas, serían alcanzados con el 20 por ciento. Con ello se buscaría contener esos incrementos y, eventualmente, forzar a retrotraerlos. Los bienes industriales pasarían a pagar el 10 por ciento, mientras que las producciones que sustentan a las economías regionales quedarían con el 5 por ciento.
A pesar de tanta ingeniería para conformar a todos, ese esquema mereció cuestionamientos generalizados. Los más duros partieron de las filas de Remes Lenicov. “De la Sota hace lobby contra las retenciones porque es socio político de Roberto Urquía, y Reutemann porque es sojero”, acusó, fulminante, un operador del ministro. Urquía es el presidente de uno de los complejos exportadores más poderosos del país: la Aceitera General Deheza. El empresario cordobés vive aferrado al bajo perfil, pero en la provincia mediterránea se menciona que es uno de los principales apoyos del gobernador. Con respecto a Reutemann, el escudero del ministro de Economía aseguró que posee 40 mil hectáreas en Santa Fe y que su condición de productor de soja determina su oposición al aumento de retenciones.
“Sabíamos que Economía preparaba una campaña de difamación”, fue la respuesta que escuchó este diario desde trincheras que responden a Reutemann. El secretario de Agricultura, Miguel Angel Paulón, intentó acercar posiciones. Elevó una propuesta a Duhalde para elevar las retenciones a 13,5 por ciento para la mayoría de los productos agropecuarios e industriales, mientras que la carne, los bienes regionales y los de alto valor agregado, como calzados, quedarían con el 5 por ciento. Paulón era el secretario de Agricultura santafesino, hasta que Reutemann lo colocó en el mismo cargo en el gobierno nacional.
Sin embargo, las señales que llegaron desde Santa Fe fueron contradictorias. Mientras Paulón ofrecía un mínimo ajuste a los gravámenes del agro, el secretario de Hacienda, Oscar Lamberto fue el único ausente en la reunión de gabinete económico de ayer. Aunque oficialmente se explicó que Lamberto tuvo complicaciones con los vuelos que le impidieron llegar a tiempo , el hecho de que haya formulado declaraciones en contrario a la opinión de su jefe actual –el ministro de Economía– y en favor de su jefe político –el gobernador– demuestra quien está arriba en su ranking de fidelidades.
Lamberto dijo que “las retenciones son siempre un tema complicado, no son un buen impuesto y se utilizan cuando hay problemas cambiarios y, especialmente, cuando hay aumento de precios internos”. El gobierno de Córdoba limitó su reclamo público a la producción de maní y papa. En una nota dirigida a Remes Lenicov, su par cordobés, Juan Schiaretti, pidió que “la producción de papa y maní reciba el mismo tratamiento que la de otros productos regionales”, tales como “limones, arroz, peras, manzanas y aceitunas”, que tendrían retenciones del 5 por ciento.
En esta pelea, los que quedaron desdibujados en su presión frente al Gobierno fueron los industriales. En la UIA hubo recuerdos nada gratos a la figura del ministro de la Producción, José de Mendiguren, que en medio de esta pelea se fue a una gira por China. Los ruralistas, en tanto, confían en sus fuerzas y hoy se reunirán las cuatro entidades representativas del sector, bajo la amenaza de lanzar medidas de fuerza si hay incrementos generalizados.
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