EL PAíS
› EL MAPA DEL DELITO PERMITE UBICAR FRECUENCIAS, HORARIOS Y ZONAS MAS COMUNES PARA LOS CRIMENES
Fecha, hora y lugares para el delito porteño
Es la primera vez que se mapea el crimen en tanto detalle, y los resultados sorprenden. Apenas un tercio de las denuncias por piratería es verdadero, el resto son estafas o arreglos.
Los robos son más frecuentes viernes y sábado y al final de la tarde. Hay menos delitos en la ciudad.
› Por Raúl Kollmann
Los datos que surgen del primer mapa del delito que se hizo en la Capital Federal arrojan conclusiones sorprendentes. Del total de hechos de piratería del asfalto –robo de camiones con su mercadería– se ha probado que el 33 por ciento son casos falsos y el objetivo es cobrar el seguro; otro 33 por ciento también es falso, pero en este caso se trata de entregas de la mercancía a los ladrones, o sea que se trata de choferes infieles; en tanto, el restante 33 por ciento corresponde a gente a la que realmente le roban el camión y la mercadería. En general, los casos de robo a mano armada y la mayoría de los homicidios en ocasión de robo se producen los viernes y sábados, cuando los ladrones buscan recaudar dinero para el fin de semana. También es notorio el aumento en la cantidad de delitos en los primeros días del mes y en los últimos días del mes, por cuanto el delincuente suele buscar dinero en esa fechas para pagar cuentas. Contra lo que se cree, la mayoría de los robos se produce a la tarde y en las primeras horas de la noche (de 12 a 24), que es cuando más gente circula por la calle y entra y sale de su casa. Las violaciones, en cambio, no suelen tener ningún patrón de día y hora, pero las denuncias suben en forma sorprendente cuando se producen hechos resonantes. Los datos del mapa del delito de Capital Federal indican una notoria baja en la mayoría de los delitos, entre ellos homicidios, secuestros, asesinatos de policías y robos, datos que son corroborados por la consultora Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, que lidera Rosendo Fraga y que de ninguna manera puede ser sospechada de oficialista.
El Sistema Unificado de Registros Criminales (Surc), que es el nombre técnico que recibe el mapa del delito de la Capital Federal, está dando sus primeros pasos (ver aparte) y las conclusiones, delito por delito, son asombrosas.
Homicidios dolosos
Este es sin duda el delito más grave porque se trata de la vida de ciudadanos. En el registro se incluyen, por ahora, tanto las muertes en ocasión de robo, los crímenes pasionales y lo que en la jerga policial llaman “en ocasión de truco”, o sea, producto de alguna pelea cuando se juega a las cartas, en una fiesta o cuando alguien está en estado de ebriedad. Del total de homicidios, aproximadamente la mitad es producto de un enfrentamiento por un robo y la otra mitad es de carácter pasional, intrafamiliar o por riña. “Como es obvio, en una ciudad grande siempre hay una cantidad de crímenes pasionales o por discusiones entre las personas. Esa cifra tiende a ser estable. Lo que se puede bajar es la cantidad de homicidios en ocasión de robo”, explica Rodríguez Varela, a cargo del Surc.
Lo concreto es que la cantidad de homicidios registra una significativa baja, desde 70 ocurridos entre enero y mayo de 2002 a 44 en este 2004. Este descenso en las cifras de asesinatos es corroborada también por lo que sucede con las muertes de policías que, en general, reflejan la tendencia existente en la población en general, por cuanto a la gran mayoría de los policías los matan cuando intentan robarles, especialmente el auto. Las cifras de la Secretaría de Seguridad indican que en lo que va del año murieron dos policías federales y ocho bonaerenses, lo que totaliza diez en cinco meses. El año pasado, el promedio mensual fue más del doble y en 2002 y 2003 más del triple.
Los homicidios pasionales o por peleas entre personas ocurren mayoritariamente los fines de semana, pero también los que se producen en ocasión de robo igualmente suceden mayoritariamente (60 por ciento) los viernes y sábado, que es cuando hay más intentos de robo a mano a armada. Está claro que las angustias en familias y parejas se producen cerca del fin de semana y está probado que los viernes y sábado aumenta la cantidadde robos porque –según creen policías, fiscales y especialistas en seguridad– el ladrón busca dinero para el fin de semana.
Desde el punto de vista de la zona de la Capital Federal en la que se producen los asesinatos, el 90 por ciento de los pasionales y por peleas ocurren en la zona comprendida entre avenida Rivadavia y el Riachuelo, o sea en el sur. Los homicidios en ocasión de robo está más repartidos, en general de acuerdo a la modalidad de robo de la que se trate.
Robos a mano armada
Las cifras, tanto del Surc como del CENM, demuestran que los robos bajaron notoriamente, especialmente porque hay una caída vertical en lo que era el robo mayoritario, el de autos. La ofensiva contra los desarmaderos tendrá ahora una nueva etapa (ver aparte), pero ha bajado fuertemente en el segundo semestre de 2003 y en el primero de 2004. El estudio de Nueva Mayoría, que abarca Capital Federal y Gran Buenos Aires, habla de una caída del 30 por ciento, de 7100 a 5200 autos robados. El Surc, que registra los datos de la policía, pero también los de las compañías de seguros, indican que en abril de 2002 hubo 640 robos a mano armada de autos en la Capital, contra 409 en 2003 y 167 en 2004.
Aunque las zonas de robo a mano armada de autos están bastante distribuidas, hay más casos en la zona más adinerada, es decir el norte porteño, que en la zona sur. También ocurre que se roban más autos los viernes y sábados que el resto de la semana y esto tiene que ver con que son los días en que el ladrón anda buscando hacer dinero para el fin de semana, pero también porque muchas veces el vehículo se utiliza para concretar otro robo, que obviamente sigue el patrón de que son más numerosos los viernes y sábados. Lo mismo ocurre con los días del mes: sobre todo al principio de cada mes se produce la mayor cantidad de hechos, también –según parece– producto de que los ladrones buscan dinero para hacer frente a pagos. El horario típico es entre las 18 y las 24, que es cuando la gente llega a dejar el auto en su casa. En ese horario se produce más de la mitad de los casos.
El descenso en la cantidad de robos también es ostensible en lo que se refiere a los robos de bancos. El gráfico de Nueva Mayoría demuestra categóricamente cómo se pasó de 6,4 robos de banco por mes en 2001 a 1,8 banco por mes en 2003. Lo fundamental fue la decisión del Banco Central de obligar a las entidades financieras a dejar muy poco dinero en las cajas y las demás medidas de seguridad –incluyendo la mejoría en las cámaras de video– de los bancos.
Violaciones
Es el delito que menos se puede analizar a través del mapa del delito, ya que los propios investigadores sostienen que sólo se denuncia un diez por ciento o menos de los casos que se producen. Esto tiene que ver con que, en su mayoría, se trata de violaciones dentro del marco de la misma familia y, además, la víctima de una violación debe pasar por un proceso policial y judicial insoportable. Aun así, sobre las base de las denuncias existentes y los informes de Medicina Legal, la mayor cantidad de denuncias se producen en tiempos en que hay un caso resonante. En esos momentos parece que las víctimas se animan un poco más.
Por ello, en el mapa del delito aparecen notorios incrementos en el período que va de mayo a septiembre de 2003 y en febrero de este año. En el primer período ocurrió la violación y asesinato de Lucila Yaconis en Belgrano. Se habló mucho del Triángulo de las Bermudas, como la zona entre vías de tren donde se producían numerosos casos. Después tuvo muy fuerte impacto lo ocurrido con las dos chicas que iban en un remise por la avenida Lugones y se dijo que el chofer intentó violarlas y por ello chocó. Después se supo que no hubo violación sino un ataque de epilepsia.Pero la repercusión trajo un aumento notorio en las denuncias. Y, por último, en febrero pasado estuvo el caso de Marela, la niña de Avellaneda, brutalmente asesinada por el ahora detenido Nene Fernández.
Más allá del pico de denuncias en esos momentos, el delito de violación tiende a no subir ni bajar y se denunciaron alrededor de unas 70 en los períodos de enero a mayo del 2002, 2003, 2004. Las violaciones suelen producirse en un 40 por ciento entre las 6 y las 12 de la mañana, cuando el violador y su víctima, pertenecientes a la misma familia, se quedan solos en la vivienda. También hay cerca de un 25 por ciento entre las 0 y las 6 y hay un leve aumento durante el fin de semana.
Desde el punto de vista de las zonas, el delito de violación coincide absolutamente con la marginalidad: el 90 por ciento de los casos –o al menos de los casos denunciados– se da en sectores muy empobrecidos.
Piratería del asfalto
El Surc ha detectado que los camiones con mercadería suelen robarse los martes, miércoles y jueves, principales días de distribución de comida. Sucede que el 90 por ciento de los casos de piratas del asfalto se centran en el robo de comestibles y en verdad es a pedido. Siguiendo las causas judiciales, los hombres de la Secretaría de Seguridad determinaron que los robos son a pedido de una especie de mayoristas o distribuidores de los comestibles robados. El producto de la piratería del asfalto se suele vender en una especie de cadenas de supermercados que no están sólo en manos de ciudadanos de origen chino o coreano, como se cree. Del total de robos de camiones y mercaderías, el 33 por ciento directamente son fraudes al seguro. El propietario dice que le robaron las cosas, pero no es verdad. Otro 33 por ciento es un arreglo entre camioneros y delincuentes, en el cual los primeros les entregan a los segundos su cargamento a cambio de una paga. Esto ocurre mucho con el combustible. Por último, hay un 33 por ciento de robo verdadero. La piratería es un fenómeno típico de la zona sur de la Capital Federal, en especial Barracas, Soldatti, Lugano, Pompeya, la Boca y demás lugares donde justamente estos camiones circulan. El horario más habitual, entre las 6 de la mañana y las 12, pero también hay casos por la tarde.
Robos, especialmente
en viviendas
Se trata de casos conocidos en el argot de la delincuencia como escruches, o sea entrar a una vivienda cuando no hay nadie (la otra variante son los robos a mano armada). En el idioma técnico se llama robo en ausencia de moradores. Aumentó en abril y aunque los cómputos de mayo no están terminados podría registrar también un aumento. En la mayoría de los casos, el robo se produce en sábado o domingo, cuando el ladrón tiene estudiado que los dueños de casa se ausentan. Por supuesto que es un fenómeno mucho más habitual en la zona norte, con mayor poder económico, que en la zona sur de la Capital Federal. Se produce en casi cualquier horario, pero es extraño que ocurra entre la cero hora y las seis de la mañana, una franja en la que cualquiera aparece como sospechoso.
Secuestros
El Surc no discrimina entre los llamados secuestros extorsivos y los exprés. Todos se computan como secuestros a partir de que existe una llamada pidiendo dinero para dejar en libertad a una persona. El estudio oficial coincide con lo detectado por Nueva Mayoría: hay una caída muy notoria de este delito. Nueva Mayoría dice que los secuestros hechos públicos totalizaron 21 por mes en 2002, 17 por mes en 2003 y 10 por mes en 2004, es decir que hay una reducción a la mitad. Debe contarse que Nueva Mayoría computa Capital y Gran Buenos Aires. En este caso, el Surc también monitorea la misma área, aunque agrega las denuncias policiales y judiciales que tal vez no llegaron a los medios. Las conclusiones son que en Capital hubo 16 casos denunciados entre enero y abril de 2003, mientras que la cifra bajó a cinco en el mismo período de 2004 en Capital. En el Gran Buenos Aires la progresión es similar, aunque las cifras son mucho mayores: 51 en los tres primeros meses de 2003 y 69 en igual período de 2004. Entre enero y marzo de este año hubo un incremento de los secuestros exprés bonaerenses, aunque todo indica que en los últimos dos meses la cantidad de hechos de esa naturaleza bajó mucho.
Mapa y prevención
Los datos del mapa del delito permiten determinar que no tiene mucho sentido la estrategia de poner en la calle la misma cantidad de policías en los distintos turnos ni distribuirlos uniformemente en los días de semana y en cada una de las zonas de la ciudad.
u El delito de la medianoche a las seis de la mañana es inhabitual.
u Los controles por camiones robados deben hacerse, por ejemplo, principalmente en Barracas y Pompeya y no en Palermo o Belgrano.
u Además, como el formato de la información abarca cada una de las 53 comisarías, el comisario a cargo queda expuesto. Si en su distrito le dan zona liberada a una banda, sus índices de robo aparecerán por encima de otra zona aledaña. Y en ese caso, supuestamente tendrá que dar explicaciones.
u La clave no está en elevar las penas a los apresados, sino en diseñar medidas de prevención que le impedirían, por ejemplo, al ladrón convertir en dinero un televisor, un auto o joyas robadas. En ese terreno, los reducidores cuentan hasta ahora con la protección policial y la batalla está aún por darse (ver aparte).
Sucede que hasta hace poco la única política de seguridad era la que llevaba adelante la Policía. Los gobiernos nunca diseñaron políticas reales en esa materia, por lo que todo se decidía entre hombres de uniforme, sin control político verdadero. No es extraño que hoy en día los comisarios estén molestos con tanto “inmiscuirse” de los civiles, aunque hoy ni los apologistas de la mano dura encuentran espacio para pedir que se les dé más poder a los comisarios. Y el mapa del delito, si está bien hecho, es la herramienta clave para que los civiles ejerzan algún nivel del control sobre el delito y la habitual asociación entre policías y ladrones.
Subnotas