El Gobierno retomó ayer su ofensiva contra el gobernador Felipe Solá en la pelea por la coparticipación y la deuda de 400 millones de pesos que la Nación tiene con la provincia. La ofensiva estuvo a cargo del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. En palabras inéditas por lo duras, Parrilli aseguró que los reclamos de Solá son “absolutamente inviables”. Las críticas al gobernador se produjeron el mismo día en que el kirchnerismo anunció –por primera vez desde la asunción de Néstor Kirchner– que competirá con el Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires. El lanzamiento de Confluencia Argentina se realizó en la Facultad de Ingeniería bajo el lema “Vamos por una provincia en serio”, un slogan provocador para Solá y el peronismo bonaerense.
La decisión de avanzar sobre la provincia se reflejó tanto en el acto kirchnerista como en las declaraciones de Parrilli, quien sólo hace declaraciones cuando se lo pide Kirchner. “El reclamo de Solá es absolutamente inviable. Primero porque la plata que él quiere hay que sacársela al resto de las provincias. Si no habría que elevar el superávit fiscal al 4 o 5 por ciento. Eso significaría menos plata para solucionar todos los problemas del interior. Solá anunció una reforma política que elimine los gastos del Estado, para lo cual habían propuesto suprimir una de las cámaras de la Legislatura. Hasta ahora no han hecho nada. Sería bueno que avancen en eso para eliminar los gastos burocráticos y destinen los fondos a las necesidades de la gente. La provincia de Buenos Aires ya ha recibido casi 1000 millones de pesos más, y si esta proyección sigue van a recibir cerca de 2000 millones”, dijo Parrilli ayer a Página/12.
Desde la provincia, la respuesta llegó del ministro de Economía, Gerardo Otero, quien consideró que “el diálogo con la Nación está cortado”.