EL PAíS
La concesión de Metropolitano ya está muy cerca de la terminal
El Gobierno no escalará la polémica por los “intentos desestabilizadores”. Pero avanzará en rever las concesiones de trenes.
› Por Fernando Cibeira
“Lo que no vamos a hacer es callarnos la boca en tanto estos tipos sigan hablando en esos términos”, aseguró el ministro del Interior, Aníbal Fernández, en referencia a los intentos de desestabilización denunciados por el Gobierno. Cerca del presidente Néstor Kirchner explicaban que el tema ya había quedado planteado ante la opinión pública, por lo que no había razones para seguir dándole vueltas durante este semana, que ahora llegaba el momento de actuar en consecuencia. Y que esta semana la consecuencia sería quitarle la concesión de las líneas Roca y San Martín al grupo Taselli. El Gobierno sospecha que el incendio ocurrido en la estación Constitución pudo ser un autoatentado del grupo que controla trenes Metropolitano, para colocarse en el papel de víctima luego de haber llevado adelante una concesión repleta de incumplimientos.
Kirchner volvió ayer a la tarde a Olivos luego de pasar un fin de semana de descanso en Río Gallegos. Pero, antes del descanso, realizó un acto en Río Turbio y recordó el paso de los Taselli por Yacimientos Carboníferos Fiscales. “Nosotros ya lo sacamos de la mina”, recordó Kirchner. Hacía referencia a Alberto Taselli, el hermano de Sergio, que es el concesionario de la empresa de trenes en conflicto.
Las pruebas que recolectó la Justicia demostraron que el incendio en Constitución fue intencional. La sospecha del Gobierno es que pudo haberlo realizado gente de la misma empresa que, entre otras ventajas, son quienes mejor saben en dónde se debía atacar para dañar el funcionamiento de la línea que –con suerte– en dos meses volverá a su ritmo habitual.
“Fue demasiada casualidad que eso sucediera justo cuando estábamos por tomar una decisión”, explicaba ayer un funcionario cercano al Presidente. Kirchner siguió rumiando bronca por el hecho durante el fin de semana y, según quienes compartieron algunos charlas con él, la decisión de quitarle la concesión ya estaría tomada. Hasta el momento sólo existe un identikit del sospechoso de haber iniciado el incendio así que, obviamente, lo del autoatentado es sólo una sospecha. Pero la cantidad de incumplimientos que cometió la concesionaria es tan alta que no será necesario buscar excusas para revocarla.
Será, anticipaban cerca de Kirchner, la noticia fuerte de esta semana y también la manera de retrucar a lo que bautizaron “intentos de desestabilización” de algunos sectores que quieren forzar una resistencia de tipo corporativo a los cambios que plantea el Gobierno. En la mezcolanza, los kirchneristas suman a sectores empresarios que hicieron grandes negocios en los ‘90, con la derecha económica y política, más sectores policiales y militares desplazados en las recientes purgas.
Los hombres del Gobierno explicaban que su intención no era seguir batiendo el parche sobre el tema pero que tampoco se quedarían callados cada vez que ciertos economistas que funcionan como gurúes del establishment –y tiran nombres como José Luis Espert o Jorge Avila– hacen pronósticos tremendistas sobre el futuro de la actual administración tanto aquí como en el exterior. “Es llamativa la actitud perversa que tienen respecto a los intereses argentinos”, respondió a Página/12 el ministro Fernández.
Kirchner se expresó en términos parecidos en las comidas con su gente cercana, allá en Río Gallegos. Lo acompañaron su mujer, la senadora Cristina Fernández, su hermana, la ministra Alicia Kirchner, el jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga y el gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo. Otro de los destinatarios de la bronca era el juez federal Juan José Galeano, quien recibió la denuncia del complot que tomó el fiscal Carlos Stornelli y citó a declarar al Presidente. “Si quiere investigar de veras lo que está sucediendo que vaya a ver las causas sobre el incendio en Constitución y sobre el robo a ‘Pepe’ Salvini. Ahí tal vez pueda hacer algo productivo”, decía uno de los amigos del Presidente. José “Pepe”Salvini es un histórico del kirchnerismo que fue asaltado y amenazado en su departamento por tres hombres que parecían conocerlo.