Por más que Carlos Menem se resista a dar explicaciones ante la Justicia, su indagatoria por sobreprecios en la construcción de cárceles debe seguir en pie y Jorge Urso puede continuar al frente de la investigación. Así lo dispuso ayer la Sala I de la Cámara Federal, que rechazó dos recursos presentados por el ex presidente entre sus variados intentos por dilatar la causa. Pero a pesar de este fallo, es la Corte Suprema de Chile la que resolverá –posiblemente esta semana– si acepta extraditarlo para que declare.
El 20 de abril al mediodía Urso esperaba a Menem para tomarle declaración. Por cuarta vez el riojano faltó. En su lugar aparecieron sus abogados con un pedido de nulidad del interrogatorio y un planteo de recusación contra el juez, que rechazó todo de inmediato y ordenó la captura internacional del ex presidente. La apelación de la defensa llegó a la Cámara Federal, que se pronunció ayer.
Para rechazar el reclamo de anulación de la indagatoria, los camaristas Gabriel Cavallo y Horacio Vigliani señalaron que quien “voluntariamente se sustrae a la acción de los jueces” no está facultado para hacer “peticiones” al tribunal que lo investiga. Esa regla, señalaron, se le aplica a Menem, que no se presentó ni a las citaciones de Urso ni a las del juez Norberto Oyarbide en la causa en que está procesado por la omisión maliciosa de una cuenta suiza en su declaración jurada.
La Sala I aclaró, además, que el ex presidente no puede invocar la garantía de defensa en juicio porque “el primer resguardo de ese derecho es la presencia del imputado en el proceso” y, sin embargo, él “a raíz de su conducta discrecional la ha desconocido”. No hay ninguna razón, dijeron, para “la creación de una situación de privilegio frente a los que obedecen la ley”.
En una resolución aparte, Cavallo y Vigliani rechazaron la recusación de Urso. Menem lo había acusado de “enemistad manifiesta, parcialidad y prejuzgamiento” por su actuación en el expediente sobre la venta ilegal de armas que lo llevó preso. “No corresponde apartar al juez por el contenido de sus resoluciones”, fundamentaron los camaristas. También sostuvieron que, para justificar un apartamiento, la enemistad “debe originarse en una situación personal y no provocada por medidas o actitudes derivadas de la actividad procesal”.
El fallo de la Cámara no modificará la decisión de Menem de quedarse atrincherado en Chile y seguir evadiendo las citas judiciales. Además, según dijo días atrás, está confiado en que la Corte Suprema de ese país deseche el pedido de extradición de Urso, algo que ya hizo con el de Oyarbide argumentando que no imputaba ningún delito.
Según publicó el diario trasandino La Nación, el ministro del máximo tribunal chileno Jaime Rodríguez Espoz resolvería esta semana qué pasará con el ex presidente y todo indica que firmará una resolución a su favor. La Justicia del país vecino generalmente rechaza extraditar a quienes no están procesados ni fueron aún interrogados. Esa es la situación de Menem en la causa que conduce Urso. Pero precisamente este magistrado pidió su captura –ante las repetidas ausencias del riojano– para poder indagarlo como sospechoso por la licitación irregular de los penales de Ezeiza y Marcos Paz, no está procesado ni fue interrogado todavía.
Si la Corte chilena vuelve a beneficiarlo, Menem sólo quedaría detenido en caso de salir de Chile. Es porque las órdenes de arresto libradas por los tribunales argentinos siguen en pie. Es probable, además, que otro pedido de captura con miras a extradición se agregue en un tiempo. El juez Sergio Torres ya le concedió una prórroga de la audiencia a la que tenía que haberse presentado el 26 de mayo a rendir cuentas por la venta ilegítima de terrenos de Parque Norte al Sindicato de Empleados de Comercio, liderado por Armando Cavalieri. Torres fijará una nuevaconvocatoria para agosto y si Menem la elude otra vez podría ordenar que lo traigan por la fuerza.
Otras dos tormentas se avecinan para el ex presidente: la Cámara en lo Penal Económico puede revisar su sobreseimiento en la venta de armas y, tarde o temprano, también sería citado en las causas por los sobresueldos distribuidos durante su década de gobierno.