EL PAíS
› ASAMBLEA DE LOS PIQUETEROS QUE RESPALDAN AL GOBIERNO
“Hay que hacer una nueva coalición”
Se reunieron en Parque Norte para ratificar su intención de conformar la “base social” del kirchnerismo. Participaron Tomada, Parrilli y Alicia Kirchner, miembros del gabinete. Habrá otro acto el 26 de julio.
No todo lo que hacen los piqueteros es un problema para el Gobierno. El sector de los desocupados más cercano a la Casa Rosada se reunió ayer para oficializar su apoyo al Presidente y ratificar su intención de conformar la “base social” del kirchnerismo. La Primera Asamblea Nacional de Organizaciones Populares no sólo convocó a dos mil delegados de movimientos sociales y sindicales de todo el país, también atrajo a los ministros Alicia Kirchner y Carlos Tomada y al secretario general Oscar Parrilli, quienes se acercaron a Parque Norte para llevar el aval oficial al nuevo frente. Tanto los discursos de los dirigentes como los cantos de los militantes hicieron blanco en el ex presidente Eduardo Duhalde, a quien acusaron de ser “uno de los que quiere que este nuevo proceso de acumulación no se profundice”.
Los micros provenientes de distintas ciudades del país comenzaron a llegar por la mañana al predio de la Costanera. Con banderas argentinas y luciendo el nombre de sus agrupaciones en el centro de sus pecheras, los delegados zonales de la Federación Tierra y Vivienda (FTV), Barrios de Pie (BdP), MTD Evita y el Frente Transversal Nacional y Popular de la CTA, se dividieron en siete comisiones para discutir el documento “La hora de los pueblos”. Al debate de los cuatro convocantes se sumaron otras 30 organizaciones que también ven con buenos ojos el proyecto del Gobierno. Cuando hacía algunas horas que la asamblea había comenzado, apareció en escena el apoyo oficial. Tres de los once integrantes del gabinete de Kirchner materializaron con su visita el visto bueno del Gobierno. “Nuestra presencia aquí significa venir a participar, a alentar y a propiciar este tipo de debate”, dijo el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien junto al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y a la titular de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, hizo una recorrida por las mesas de debate y saludaron a sus representantes.
Antes de terminar la caminata, interrumpida por la caída de la hermana del Presidente, que terminó con la fractura de su muñeca (ver aparte), Parrilli diferenció a los piqueteros “blandos” que convocaron a la asamblea de los “duros” que confrontan con el Gobierno. “Estos grupos sociales que hoy están trabajando aquí han entendido que hay una nueva realidad y una nueva Argentina. Que la etapa de los cortes de ruta y de calles generan incomodidades en la sociedad, no rinden ningún fruto y no ayudan a solucionar los problemas que la sociedad tiene”, expresó.
Luego del debate que determinó pequeñas modificaciones al documento inicial, los piqueteros se reunieron en el Salón Dorado para escuchar el cierre del acto. Las paredes del lugar, tapizadas con enormes banderas, y el retumbar de los bombos que acompañó cada canción, crearon el clima para recibir a los cuatro dirigentes. Con letras azules que pedían “Por una patria para todos” como telón de fondo, subieron al escenario Luis D’Elía (FTV), Jorge Ceballos (BdP), Emilio Pérsico (MTD Evita) y Edgardo Depetri (Frente Transversal). El cura Luis Farinello también se sentó en la mesa de los oradores y, al final del encuentro, fue quien bandera argentina en mano arengó a los militantes a cantar el Himno Nacional.
A su turno, cada uno de los cuatro dirigentes elogiaron al Presidente y cargaron contra su ahora adversario, Eduardo Duhalde. Los sectores de derecha y la líder del ARI, Elisa Carrió, fueron los otros dos blancos de las críticas piqueteras, junto a Carlos Menem. “Están agazapados, al acecho, que nadie crea que están muertos”, alertó el líder de La Matanza, de pie en el centro de la mesa y el último en tomar el micrófono. “La gran reforma política que pide el pueblo de la provincia de Buenos Aires es acabar con la mafia y con la corporación política. Nuestro único límite se llama Eduardo Duhalde, con toda claridad.”
D’Elía consideró, también, que la correlación de fuerzas no tiene que ver todavía con la realidad política, porque “el partido del Presidente es el de Duhalde, de Rodríguez Saá y de Menem. El partido que echó de este mismo lugar a Cristina Kirch-ner. Es un gobierno sin partido”. Por eso, evaluó necesario “construir una nueva coalición de fuerzas entre todos los que tenemos una visión patriótica, nacional, popular y revolucionaria”. En el mismo sentido se definió Jorge Ceballos, al resaltar la importancia de valorizar el papel del movimiento popular “para que el Presidente pueda hacer los cambios que este país necesita”.
El nuevo frente kirchnerista de organizaciones populares tendrá dentro de un mes una oportunidad para demostrar su convocatoria. Sus integrantes aseguran que el de ayer fue el primer paso en la construcción de un gran movimiento y que darán otro el próximo 26 de julio, cuando se reúnan en un estadio para recordar a Evita. “Si la oligarquía cree que estamos débiles les decimos que vengan el 26”, gritó eufórico D’Elía, mientras de fondo sonaba al ritmo de los redoblantes “es para Duhalde que lo mira por TV”.
Informe: Martina Noailles.
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