Por L. V.

En reclamo de la reestatización de los ferrocarriles, los piqueteros del Movimiento Resistir y Vencer bloquearon las boleterías de Metropolitano en la estación Constitución. La medida se extendió por dos horas, durante las cuales los pasajeros viajaron gratis. “Estamos pidiendo que los trenes vuelvan a ser del pueblo, que vuelvan al Estado y cumplan con su histórica función social de ayudar al desarrollo de la economía. Los concesionarios achicaron la red: de 70 mil kilómetros de vías en 1990 hoy sólo nos quedamos con 7 mil, en muy mal estado, sin servicios a la gente”, dijo durante la protesta el dirigente Gabriel Rodríguez.
A diferencia de los bloqueos del último mes, que estuvieron protagonizados por un conjunto de organizaciones muy críticas del Gobierno, el de ayer fue impulsado por un sector que se siente más cercano a la Casa Rosada que a la oposición. El Resistir y Vencer (y su organización política, el Movimiento Popular 20 de Diciembre) participó en el congreso piquetero kirchnerista de Parque Norte e integra el espacio político convocado por los diputados Miguel Bonasso y Francisco Gutiérrez.
Los desocupados elogiaron la creación de la empresa estatal de energía (Enarsa) y declararon que están dadas las condiciones para que el Gobierno reestatice la totalidad de los servicios públicos. Salieron a la mañana de la estación La Plata con banderas argentinas y pancartas contra las privatizadas. Al llegar a Constitución desplegaron otras contra las privatizadas.
El secretario de Transporte, Ricardo Jaime, criticó la medida. “No es el marco para expresar su crítica; la gente tiene otra carga de tensión”, consideró, para pedir a los manifestantes que “no alteren el orden público ni el funcionamiento de un servicio tan importante como el ferroviario”.
Los piqueteros anunciaron que en los próximos días continuarán con protestas a otras empresas, como Aguas Argentinas y Edesur. Sus dirigentes dicen que se ha abierto una nueva etapa para el movimiento de desocupados, en la que la protesta debe enfocarse contra las multinacionales más que contra el Estado. Seducidos con algunos aspectos de la gestión kirchnerista y críticos en otras, su posición se expresó con nitidez en el acto en la ESMA del 24 de marzo. Participaron del acto en respaldo a la política de derechos humanos, pero cuando llegó el Presidente desplegaron una bandera de 10 metros de alto con la consigna “30 mil razones para no pagar la deuda externa”.