EL PAíS
› ANGEL ROZAS, PRESIDENTE DE LA UCR
“El radicalismo es mucho más que De la Rúa”
El gobernador chaqueño dio por cerrado el “luto” y anuncia la vuelta a la actividad del partido. Reuniones con Duhalde.
› Por Fernando Cibeira
Como presidente del radicalismo post Fernando de la Rúa, Angel Rozas pidió a sus correligionarios llamarse a silencio y, luego, guardar luto. Pero enseguida comenzó a acumular críticas por un exceso de bajo perfil que hacía que algunos llegaran a preguntarse para qué había buscado tan afanosamente convertirse en el sucesor de Raúl Alfonsín al frente de la UCR. Tal vez un poco por eso, el gobernador de Chaco anuncia en esta entrevista que el luto terminó y que su partido se pondrá en marcha esta semana con una serie de encuentros regionales que comenzarán en su provincia. También en Chaco, el viernes y el sábado tuvo como huésped a Eduardo Duhalde para un encuentro con gobernadores de la Alianza que terminó con teléfono descompuesto. Duhalde dijo que recibió un respaldo explícito mientras que Rozas sostiene que no es tan así.
–¿De qué se quedó hablando a solas con Duhalde el viernes?
–De temas de estricta actualidad como la marcha de la economía y de la situación del Chaco, que es un poco la situación de todas las provincias. Que hoy la recaudación no tiene piso y los ingresos son menores.
–¿De los pedidos del Fondo Monetario no conversaron?
–Sí, obviamente. Yo digo que desde el punto de vista fiscal las exigencias del Fondo parecen razonables, pero si vemos la realidad nos damos cuenta que esas recetas son más recesivas. Los bonos que pusimos en marcha en la provincia no obedecen a un capricho sino a circunstancias que se han ido generando. Bajó la recaudación y el compromiso que tenía el Gobierno con las provincias no podía cumplirse. Teníamos que hacer algo para que la vida continúe. El FMI no puede pretender que de un día para el otro los saquemos de circulación. La diferencia es que el Fondo mira la realidad desde un punto de vista fiscal y los gobernadores además tenemos que ocuparnos de la gente.
–¿Qué le respondió Duhalde?
–Encontré una actitud muy receptiva de su parte. Lo mismo nos ocurrió en la reunión de los gobernadores con el ministro Remes Lenicov. Comprenden que no es un problema de ideología, que estamos frente a gravísimos problemas socio económicos y que los gobernadores tratamos de garantizar la paz social. Las exigencias del Fondo hoy son contradictorias con las necesidades de la gente. Yo no tengo mucho que pensar: o trato de defender a los chaqueños o cumplo con el Fondo.
–¿Los gobernadores de la Alianza apoyaron las negociaciones con el FMI como dijo Duhalde?
–No. Nosotros no le pedimos al Gobierno que rompiera con el Fondo pero sí que tratemos de definir un proyecto de contenido nacional y que luego venga el acuerdo con el FMI. Si no, todos los proyectos dependen de una resolución mágica del Fondo y eso nos hace cada vez más dependientes. –¿Usted apoya lo realizado por el Gobierno hasta ahora?
–En algunas cosas desde luego que no. Por ejemplo, en el tema Cuba estoy por la abstención. Mi posición no es nueva, ya disentí con De la Rúa por este tema. La UCR tiene una posición mayoritaria por la abstención, así que no descarto que hagamos una declaración. Votar contra Cuba es un exceso de alineamiento con Estados Unidos además de una intromisión fuerte con un país que el 90 por ciento del pueblo argentino quiere como es Cuba.
–¿Hasta cuándo el radicalismo tiene que seguir de luto?
–Ya hemos dejado pasar un tiempo prudencial de análisis y de una actitud de rechazo de la gente hacia nuestro gobierno. Yo decía de guardar luto como una actitud de respeto a la decisión del pueblo argentino frente al fracaso del gobierno. Por supuesto que el radicalismo es mucho más que De la Rúa y que cualquiera de nosotros.
–¿Y de la denuncia de De la Rúa acerca de un complot de dirigente peronistas y radicales para obligarlo a renunciar?
–No puedo saber si tiene pruebas de lo que denuncia. Lo que opino es que es tardío, esto tendría que haberlo dicho mientras gobernaba. Si estas denuncias se hacen en forma tardía terminan pareciendo una excusa.
–¿Usted imagina que Duhalde, Ruckauf y Alfonsín, o gente cercana a ellos, pueden haber planeado en secreto el fin de De la Rúa?
–No voy a responder por Ruckauf y por Duhalde pero sí por Alfonsín que estoy seguro que jamás pudo haber participado de un complot de esa naturaleza. Alfonsín está lejos de cualquier sospecha.
–¿Usted no está de acuerdo con que se expulse a De la Rúa?
–No se puede hacer política en las superestructuras y a espaldas de la gente. La gente ubicó definitivamente a De la Rúa en un lugar. ¿Qué puede hacer la superestructura del radicalismo frente a eso? Los problemas del radicalismo van mucho más allá porque están rotas las relaciones con la sociedad. Este es el dilema: ver cómo nos reinsertamos. Esto de hacer un campeonato por izquierda a ver quién es el rey de los progresistas o a ver quién es el más crítico con De la Rúa me parecen de oportunismo político.
–¿Y expulsar a De la Rúa no sería una forma de reconciliarse?
–La gente le va a abrir la puerta al radicalismo según lo que hagamos por el país. Acá no nos vamos a salvar culpando al vecino. Puede haber una escala de responsabilidades, pero eso es del radicalismo hacia adentro. Hacia afuera, la gente no hace diferencias. Yo he sido muchas veces fuertemente crítico, y más que los que cacareaban, pero lo he hecho en Olivos, hacia adentro. Pensar que ahora me puedo salvar cargando las tintas sobre De la Rúa entraría en ese oportunismo político que critico. –¿El radicalismo tiene chances de ganar el año que viene?
–Es muy difícil, pero la UCR no tiene que bajar los brazos ni perder su vocación de poder. Tenemos que meter los pies en el barro y salir de la superestructura, y en cuanto la sociedad nos vea caminando al lado –pero no desde los medios sino desde la calle– nos vamos a recuperar.
–¿Y lo haría en alianza con otros partidos o conservando su identidad?
–Por la situación de extrema gravedad que vive el país, el radicalismo tiene que orientarse a la búsqueda de una gran coalición de partidos con sectores identificados con el progresismo, pero uno auténtico.
–Dentro del espacio progresista Lilita Carrió hoy es la figura de mayor aceptación. ¿El radicalismo haría una alianza con ella?
–Es prematuro hablar de eso. Carrió ha venido diciendo las cosas que la gente venía reclamando, y esto está vinculado a su buena imagen. Lo que pasa es que una cosa es la valoración y otra que después te voten.
–¿Usted sigue con la idea de ser candidato a presidente en el 2003?
–Siempre dije que tengo aspiraciones de ser Presidente y las mantengo intactas. Pero nunca determiné que mi tiempo era en el 2003 y esto no está vinculado a una especulación. Lo dije antes y lo repito ahora.