EL PAíS
› RADIO PASILLO: HASTA EL INFINITO
Misceláneas
Menem, entre amenazas y aprietes. El compañerito de Alí. Las propinas del defensor de De la Rúa. Los gustitos de Fernández. Ocaña, corresponsal sorprendida. Montiel, cerca del juicio político. La puja entre Manzano y Gabrielli. Los hombres de López Murphy. Y mucho más.
› Por Diego Schurman
Demostración de fuerza
No sólo tiene miedo a los escraches. También teme por su vida. Es que Carlos Menem fue amenazado de muerte en las últimas semanas y por eso sus movimientos se han limitado al máximo. Hasta ahora el ex presidente ha optado por no decirlo en público para no asumir el papel de “víctima”, tan detestado por aquellos que suelen verse como todopoderoso. Para colmo, la detención de Domingo Cavallo amenaza con alterar sus días de “libertad”, acotada a la provincia de La Rioja. Si bien Julio Speroni no pertenece al lote de “telejueces”, una modalidad que el ex magistrado de San Isidro, Alberto Piotti, supo crear, su silencio no garantiza tranquilidad: Menem teme que el culebrón de los desfiles de ex funcionarios por prisión le tenga reservado un papel principal. Es que, además del encuentro donde el Gobierno pidió la detención de Cavallo, tal como ayer publicó Horacio Verbitsky en Página/12, en Tribunales aseguran que existieron contactos directos con Speroni para que dirigiera la investigación hacia Menem si éste se niega a asegurar la “gobernabilidad” de Eduardo Duhalde.
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¿Estamos todos locos
o qué?
La cárcel es dura. Y si lo sabe Emilio Alí. El dirigente piquetero tuvo la desgracia de pasar un año y medio de prisión por exigir comida en un supermercado. Como si fuera poco, debió compartir su celda en Gorina con “El Loco del martillo”. Se trata de un asesino serial de la década del ‘60, conocido por matar a martillazos y rematar a sus víctimas con un clavo. ¿Cómo pasaban sus interminables horas Alí y El Loco? Muchas veces miraban películas, con otros reclusos, gracias a la señal de cable que generosamente habían instalado los amigos del piquetero. Todo iba viento en popa hasta que llegaban los films cargados de sangre. Era ahí que El Loco dejaba estupefacto a su partenaire involuntario con frases como: “Así no se muere, es mentira, así no es como se muere”.
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Dar es dar
Habrá estado extenuado. No debe ser tarea fácil defender simultáneamente a Fernando de la Rúa y al juez de la Corte, Adolfo Vázquez. Menos fácil aún sostener la teoría de la “conspiración” bonaerense esgrimida el martes por el ex presidente ante la jueza María Romilda Servini de Cubría. Por eso, ese día, cerca de la medianoche, Virgilio Loiácono se redimía en un escondido box de Edelweiss, un clásico restaurante de Libertad y Corrientes. El abogado no dejó ver el menú, ni tampoco la compañía. Pero los otros comensales, y sobre todo el maître de bigotes y nariz aguileña, coincidieron en calificar que a la hora de las propinas, la generosidad estuvo a la altura de sus honorarios. Se ve que la decisión de sus defendidos de crear y mantener el corralito no hizo mella en su efectivo.
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Sobre gustos...
El despacho de Aníbal Fernández es bastante más sobrio que el que lucía Alberto Kohan. Al menemista le gustaba exponer sin tapujos sus fotos en campos de golf y también los retratos junto a personalidades internacionales. Al actual secretario general de la Presidencia le apasionan los partidos de hockey y prefiere hacer saber, desde su mismo escritorio, su devoción por los Redonditos de Ricota. Uno es fanático de Boca, el otro de Quilmes. En donde coinciden es en el amor por el verde, pero el de los árboles y las plantitas. Mientras el amigo de Menem se desvivía mostrando cómo crecía el banano de la residencia de Olivos, el bonaerense suele jactarse ante los periodistas de tener un profesor de bonsai. Como dice el proverbio popular italiano: “Se non é vero, é ben trovato” (quizá no es verdad, pero tiene gracia).
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Eramos tan pobres
Por un momento se convirtió en una corresponsal de la radio y televisión extranjera. Contestó sobre el corralito, los cacerolazos, el precio del dólar y el gobierno de transición de Eduardo Duhalde. Pero cuando la estaban despidiendo, la dirigente del ARI, Graciela Ocaña, sintió que se había quedado corta con su descripción. “Nosotros le decimos que rezamos diariamente por su pobre país”, le espetó el conductor del ciclo... iraní.
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Cuando el cielo se cae
Sergio Montiel debe tener más de una razón para preocuparse. La última semana, una comisión de la Legislatura provincial desestimó un recurso que buscaba frenar su juicio político. El gobernador radical asegura que ese proceso no está reglamentado. Pero el resultado de la maniobra fue catastrófico, ya que hubo dos hombres de su propio partido que, junto a cuatro justicialistas y un frepasista, rechazaron la presentación. A esta altura, se sabe, no son pocos lo que quieren que Montiel sea enjuiciado por “irregularidades” en su administración, a lo que se suman las quejas por la falta de pago de sueldos y la falta de servicios de la obra social. Por ahora se conocen tres presentaciones: una del PJ, otra del Frente Nacional Contra la Pobreza (Frenapo) y una tercera de una asociación de amas de casa local. ¿Podrá esquivar semejante embestida?
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Juventud, divino tesoro
Finalmente, Ricardo López Murphy renunció al radicalismo para construir un movimiento que sostenga su candidatura presidencial. El problema es que –según coinciden tanto las encuestas como los consejos de sus amigos– su imagen pública es la de un hombre honesto, pero muy ligado al poder y a la derecha económica. Por eso, López Murphy matiza su discurso económico con referencias a la importancia de la educación. Y ha logrado sumar a sus equipos de trabajo a Francisco Delich, ex interventor de la UBA, secretario de Educación y director de la Biblioteca Nacional. Aunque, conforme con la adquisición, López Murphy sabe que se trata de un dirigente veterano, y por eso también intentó un acercamiento con su hijo, Andrés Delich, ex ministro de Educación de la Alianza. Sin embargo, hasta el momento no obtuvo muchos resultados, y el joven prefiere seguir trabajando con Patricia Bullrich.
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Segundo round
La resolución del conflicto con la empresa alemana Siemens, que se quedó sin el redituable negocio de la confección de DNI, sigue generando una fuerte puja. A tal punto que un sector que le responde a José Luis Manzano le declaró la guerra a Rodolfo Gabrielli. El ex funcionario menemista y reconocido lobbista empresario fogonea la idea de alcanzar un laudo jurídico externo (que históricamente resulta desfavorable para el Estado argentino), mientras que el ministro del Interior insiste en que el tema debe ser resuelto en el país. No por casualidad en estos días volvieron a surgir los rumores sobre el futuro de Gabrielli, a quien el manzanista Miguel Angel Toma, aspirante a la cartera de Interior y también a la titularidad de la SIDE, buscaría desbancar. La pelea entre los mendocinos promete nuevos capítulos.
* Con Felipe Yapur,
Laura Vales, José Natanson
y Adriana Meyer.