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ESTUVIERON EN EL ACTO POR EL ASESINATO DE CISNEROS
“Es nuestra sangre y nos dicen violentos”
Las distintas agrupaciones de desocupados marcharon juntas en La Boca a una semana del asesinato de Martín Cisneros, de la FTV. El acto fue multitudinario. Pedidos de Justicia y críticas a la criminalización de la protesta.
Hubo lágrimas y abrazos profundos, puños apretados y globos de color negro. A una semana del asesinato del militante de la Federación de Tierra y Vivienda, Martín “el Oso” Cisneros, el dolor y la bronca hicieron latir el barrio de La Boca. El pedido de justicia por la muerte del coordinador del comedor Los Pibes pudo más que las diferencias entre las agrupaciones piqueteras, que junto a la CTA realizaron un acto multitudinario para exigir el castigo de los responsables “materiales e ideológicos” del crimen. “A los agresores los alcanzará la Justicia, y sus mandantes serán desenmascarados”, dijo el líder de la FTV Luis D’Elía, quien volvió a acusar a “la vieja política”. El cielo gris, las palabras del padre Luis Farinello y representantes de otras comunidades religiosas, y la voz de Teresa Parodi en el cierre, decoraron una ceremonia cargada de emotividad.
“Nos han hecho tanto daño que hasta nos han quitado la ilusión de vivir y nos han regado de mártires; porque siempre la sangre es nuestra y encima nos acusan de violentos.” Sin levantar demasiado la voz y abriendo los brazos, el padre Farinello lanzó estas palabras con las que resumió casi sin darse cuenta el sentimiento de los miles de manifestantes que acudieron a la cita.
Según indicaron los organizadores, todo salió según lo planeado. Todo excepto una cosa: la convocatoria. “Esto supera cualquier expectativa”, aseguró el dirigente de la FTV Luis Borello, fundador del comedor Los Pibes y viejo compañero de militancia de Cisneros. “Se cumplió lo que él hubiera deseado, que es transformar todo este dolor en alegría e impulso para seguir adelante”, aseguraron a Página/12 quienes compartieron el trabajo barrial con el piquetero asesinado.
Desde las 13, las agrupaciones piqueteras se acercaron hasta el Parque Lezama, antes de marchar hacia el cruce de Almirante Brown y Benito Pérez Galdós, donde estaba instalado el escenario para la ceremonia. El mismo canto que se hizo conocido luego de la muerte de Walter Bulacio, el joven asesinado por balas policiales a la salida de un recital de los Redonditos de Ricota, se escuchaba con el nombre de el Oso. “Yo sabía, yo sabía, a Cisneros lo mató la policía”, entonaban las columnas.
Como no ocurría desde las movilizaciones contra el gobierno de Fernando de la Rúa, todas las organizaciones del arco piquetero se concentraron de manera unificada, a lo largo de más de seis cuadras. De este modo cumplieron con uno de los objetivos centrales de la jornada: dejar de lado cualquier diferencia para esta ocasión.
Las banderas del Bloque Piquetero Nacional, de la Asamblea Nacional de Trabajadores, la FTC y el MST se mezclaban con las de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el MIJD de Raúl Castells, y con las de la FTV, Barrios de Pie y el MTD Evita, más cercanas al gobierno de Néstor Kirchner. La CTA, que realizó un cese de actividades desde el mediodía, también marchó hacia las cinco esquinas de La Boca. “La muerte es el límite”, decía un enorme cartel que encabezaba la columna de la regional Capital de la Central de Trabajadores.
Estaban además el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Abuelas de Plaza de Mayo y la Asociación Madres de Plaza de Mayo y Madres Línea Fundadora, junto a otros organismos de derechos humanos. “El Gobierno tiene que hundir el cuchillo hasta el fondo para castigar a los responsables, porque el policía no dispara por voluntad propia, sino porque alguien se lo pide”, exigió antes del acto Hebe de Bonafini.
Las fotos del Oso Cisneros y los crespones negros se multiplicaban en las pecheras de los militantes de la FTV. Las banderas del comedor en el que trabajaba el piquetero dibujaban el fondo del escenario.
Tal como estaba previsto, el acto fue inaugurado con un oficio religioso que compartieron Farinello, el representante de la comunidad musulmana, Abdul Karim Paz, y el párroco de la Iglesia de la Santa Cruz, Carlos Saracini.
Luego D’Elía y Borello leyeron un documento titulado “Honrar la vida”, en el que mantuvieron la línea que la FTV expuso desde que se produjo el asesinato del piquetero. “Cisneros –dijeron– fue elegido y ejecutado por los violentos que trafican con la muerte. Queremos desenmascarar a quienes urdieron este crimen político. Por eso no nos alcanza que se demuestre la autoría material en la persona del asesino. Queremos saber quién era Juan Carlos Duarte (el principal acusado), quién lo protegía y para quién trabajaba. No se puede estar prófugo tres años sin complicidad política, policial y judicial.” La ausencia de nombres propios en el texto también coincidió con los intentos del Gobierno de disminuir el tono de las acusaciones, en especial hacia Eduardo Duhalde.
Más tarde, fuera del escenario, el líder de la FTV reafirmó la idea de que la muerte de Cisneros fue un producto de “las mafias enquistadas en la vieja política”.
D’Elía y Borello lanzaron críticas además hacia los sectores que buscan criminalizar la protesta social y quienes exigieron la intervención del Gobierno cuando los vecinos de La Boca tomaron la Comisaría 24ª, en reacción al asesinato del militante. “Desde la derecha política y económica, y ciertos medios de comunicación, una verdadera usina del caos y la desestabilización, pretendieron igualar a la víctima con el victimario. Se escandalizaron por los vidrios rotos y pasaron por alto el valor sagrado de la vida”, expresaron. Entre las banderas de las agrupaciones, decenas de carteles exhibían los nombres y retratos de víctimas del gatillo fácil.
A pesar de la confluencia armónica de todo el campo piquetero, las diferencias entre ellas no estuvieron del todo ausentes. Algunos cantitos contra el gobierno no cayeron bien entre las agrupaciones más alineadas con el kirchnerismo. Del mismo modo, en el discurso leído por D’Elía y Borello se destacó la voluntad de ese sector de ratificar los compromisos asumidos en la Asamblea Nacional de Organizaciones Populares que se realizó en Parque Norte, y que contó con el aval explícito de varios miembros del gabinete que asistieron al encuentro.
De todos modos, el líder de la FTV agradeció en reiteradas oportunidades la asistencia de las agrupaciones con las que está distanciado, con párrafos especiales para la CCC de Juan Carlos Alderete y el Polo Obrero de Néstor Pitrola. “Por importantes que sean nuestras diferencias –dejó en claro–, ante la agresión física, la cárcel, la muerte o cualquier forma de criminalización de la protesta, responderemos unidos y con todos los recursos políticos y legales a nuestro alcance.”
Cuando los líderes de la FTV terminaron de leer el documento, el cielo era una masa uniforme de nubes grises. Cuando Teresa Parodi hizo sonar los primeros acordes, todos se olvidaron del cansancio de una jornada larga y difícil, y cantaron “A mis compañeros”.
Informe: Alfredo Ves Losada.
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