EL PAíS
“Néstor y yo sólo pensamos en la política grande”, dice Duhalde
El Presidente y el ex dijeron que sus diferencias eran “saludables” y que no les impedía hacer política en el Mercosur. No hubo encuentro entre ambos. Sí una foto de oportunidad que no se dio a conocer. Los dirigentes y los entornos. Una cena con Cristina.
Por F.Y.
Desde Puerto Iguazú, Misiones
Tanto el presidente Néstor Kirchner como Eduardo Duhalde dijeron que las diferencias entre ambos existen pero aclararon que son “saludables”. Cada uno por su lado dice que no hay razones para hacer lecturas apocalípticas. En rigor de verdad, esto puede ser considerado como la única coincidencia política que tuvieron durante la Cumbre del Mercosur. De todas formas, el ex presidente le dio una vuelta de tuerca a su intento por bajar los decibeles al asegurarle a Página/12 que las expresiones y reacciones de algunos dirigentes se produjeron porque no entienden “la gran política” y por ello las calificó de “pelotudeces”.
La frase del ex presidente fue precedida por otras afirmaciones que realizó a este diario minutos después de que finalizara la Cumbre. Bajó sonriente por la escalera que desemboca en el hall central del Grand Hotel Casino Iguazú. Detrás suyo comenzaban a salir los presidentes y sus delegaciones. Duhalde se mostró distendido y, a diferencia del día anterior, no tuvo problemas en acercarse a la prensa.
–¿Al final, se reunió con Kirchner? –preguntó este diario.
–Todo está bien. Nos encontramos en las reuniones y hablamos de generalidades. Es verdad que tenemos diferencias pero como cualquiera, no hay pelea como dicen algunos.
–De todas formas hay duhaldistas, como Daniel Basile, que no dejan de hacer declaraciones que dan cuenta de la disputa.
–Mire, esa sensación de pelea la ven los de abajo y reaccionan ante estas diferencias.
–Su esposa también hizo fuertes declaraciones.
–Insisto, son reacciones. Yo no soy así, yo pienso en la política grande. Néstor y yo pensamos en la política grande. La Argentina tiene problemas más importantes que estas diferencias de criterios. Las otras cosas, esas declaraciones, son pelotudeces –dijo y se fue a charlar amigablemente con el ministro del Interior, Aníbal Fernández.
Duhalde confirmó lo que era un secreto a voces: no hubo reunión a solas. Los cruces con Kirchner fueron circunstanciales y nadie habló siquiera de una foto. Sin duda, la existencia de un registro gráfico del reencuentro hubiera sido la prueba de que algo cambió. Todo indica que a los habitantes de la Rosada esa posibilidad no les interesa. Y la cumbre dio más de un ejemplo.
Eran algo más de las cinco de la tarde. La cumbre formalmente había finalizado. Faltaba la foto oficial y la conferencia de prensa. Así, los mandatarios comenzaron a salir del salón Las Orquídeas. El primero en hacerlo fue Kirchner. Duhalde se retrasó saludando a Alberto Fernández cuando desde atrás una voz cascada obligó al bonaerense a retomar la marcha: “Duhalde, Duhalde, vamos Duhalde”, le dijo el presidente brasileño Lula da Silva mientras le agarraba la cintura con sus manos. El ex presidente salió como disparado por la sorpresa y de repente se encontró al lado de Kirchner. Esa fue la oportunidad que uno de los fotógrafos oficiales aprovechó para enfocar con su cámara. Instintivamente Duhalde estiró su mano. Kirchner, como al descuido, se la estrechó. Duró apenas unos segundos. Luego ambos descendieron por las escaleras sin dirigirse la palabra. La fotografía no se dio a conocer.
Una buena oportunidad para registrar los fugaces cruces entre Kirchner y Duhalde fue sin duda la cena de gala del miércoles o el desayuno de ayer. El primero ocurrió minutos antes de la cena. Mientras esperaban la llegada de los presidentes, departieron unos instantes con el mexicano Vicente Fox. Hablaron de fútbol, de la Copa América y de los ajíes de las comidas de México. Luego, cuando Kirchner finalizó el discurso que dio ante los comensales, el bonaerense aplaudió y le estrechó la mano “de manera muy protocolar, sin ningún guiño, ni palabra extra ni una sonrisa”. No hay registro gráfico de ese momento.
Según confesó a este diario uno de los participantes de la cena, Duhalde se mostró nervioso e inquieto: “Para los que no los conocen pudo haber sido todo normal, pero no fue así. Duhalde no podía estarse quieto”. Para colmo, entre Kirchner y el bonaerense estaban Lula y Roxana Spotorno, esposa del gobernador Carlos Rovira. Demasiada humanidad como para entablar una conversación. Frente al ex presidente se ubicó la recién llegada Cristina Kirchner. El bonaerense no lo dudó y “le dio conversación todo el tiempo, le preguntaba sobre la sesión, sobre el pliego de Carmen Argibay. Ella le contestaba bien, pero nada más”, señaló un testigo privilegiado de la charla.
La Cumbre del Mercosur concluyó y, como aseguró un hombre cercano al Presidente, “las relaciones entre ellos siguen tan frías como el glaciar Perito Moreno”.