Dom 18.07.2004

EL PAíS  › DOS DOCUMENTALES TELEVISIVOS SOBRE EL ATENTADO A LA AMIA

Buscando respuestas en la pantalla

Atentado a la AMIA, 10 años sin respuesta, de Infinito, y AMIA: el informe secreto, de América, intentan echar luz sobre el caso.

› Por Emanuel Respighi

Fueron diez años que arrasaron con toda esperanza de justicia. Una década en la que el dolor por las pérdidas, lejos de apaciguarse, se incrementó ante una investigación plagada de intereses políticos, sobornos y presiones. A la solidaridad desesperada en aquella fría mañana del 18 de julio de 1994, en la que un atentado terrorista voló la sede de la AMIA y acabó con la vida de 85 personas, le siguieron diez años de impunidad. Una herida que permanece abierta en la sociedad argentina y que la TV abordará esta noche a través de dos documentales: Atentado a la AMIA, 10 años sin respuesta, que se emitirá a las 22 por Infinito, y AMIA: el informe secreto, que América exhibirá a las 24. Dos programas que pese a perseguir la misma idea, que la sociedad no olvide el atentado, utilizan caminos diferentes para lograr su objetivo.
Atentado a la AMIA, 10 años sin respuesta es el documental que el periodista Román Lejtman realizó para la señal de cable. A la búsqueda de entregar un programa ascético y objetivo con una causa que tuvo infinidad de idas y vueltas, el programa de Infinito es un detallado y cronológico repaso de la investigación judicial. El embajador argentino en Suiza Guillermo González, el ex jefe de la SIDE durante el gobierno de Carlos Menem Miguel Angel Toma, el reducidor de autos Carlos Telleldín, el ex subcomisario de la Policía Bonaerense acusado de encabezar la conexión local del atentado Juan José Ribelli y la abogada de la DAIA Marta Larsellas son algunas de las personas que prestan su testimonio durante la hora que dura el programa.
Lejos de realizar algún aporte revelador a una causa que ya tiene miles de fojas y que se encuentra en juicio oral, Atentado a la AMIA... tiene la virtud de funcionar como un ayudamemoria a los espectadores, sin hacer juicios a favor ni en contra de ninguna de las líneas de investigación, que según el programa tiene más de 300 pistas, muchas de las cuales fueron incluidas para “ensuciar” la tarea de la Justicia. Como en cada documental realizado por el reconocido periodista, el programa prefiere hacer eje en los hechos que constan en el expediente, enmarcándolos en el contexto social y político en el que cada uno se llevó a cabo, dejando en manos de los televidentes las conclusiones sobre las motivaciones y los responsables intelectuales del atentado.
Por el contrario, AMIA: el informe secreto se basa en el informe de más de 1500 páginas que realizó la SIDE y que Néstor Kirchner decidió desclasificar. Repleto de nombres, lugares y fechas que se cruzan en un complejo rompecabezas, el informe es seguido al pie de la letra por el programa producido por el periodista Ariel Said. A diferencia del documental de Lejtman, el documental responde como cosa juzgada a las tres preguntas básicas que resuenan en la sociedad desde el mismo día del último atentado terrorista: ¿por qué hubo atentados terroristas en el país en la primera mitad de la década del ’90? ¿Quiénes fueron los autores intelectuales? ¿Cómo se financió y se preparó el atentado a la AMIA?
Estructurado en 10 capítulos temáticos, AMIA: el informe secreto refleja las conclusiones a las que llegaron los agentes de la SIDE luego de la investigación secreta realizada por dicho organismo del Estado. Un documental, entonces, que toma como verdad las conclusiones del informe de la SIDE, lo que no necesariamente refleja la realidad, dado el lugar que ocupó el organismo en la investigación. De hecho, el documental de Lejtman revela que en el 2002 un grupo de agentes de la SIDE se reunió con el famoso testigo “C”, que había afirmado que el gobierno de Teherán sobornó con 10 millones de dólares al ex presidente Menem para que la investigación no profundizara la “línea Irán”. Después de esa reunión, según el documental, los dichos del testigo “C” resultaron extrañamente mucho más ambiguos.
A 10 años del atentado, los supuestos partícipes locales permanecen sin condena; la conexión internacional aún no logró desentrañarse; los funcionarios sospechados de obstruir la investigación siguen evadiendo cualquier procedimiento judicial y la sociedad argentina exige justicia. Todavía resuenan, vacías de significado, las palabras que dijo Carlos Menem días después de producirse el atentado que se cobró al vida de 85 personas y causó centenares de heridos. “Como presidente de la República Argentina y como ciudadano, me comprometo nuevamente a no dejar impune este atentado.” La sociedad aún espera.

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