EL PAíS
› ENCONTRARON 45 CASSETTES QUE SE CREIAN PERDIDOS EN LA INVESTIGACION POR LA AMIA
Siguen apareciendo las pruebas de la infamia
Tal como adelantó Página/12 el domingo, el Gobierno halló 45 cassettes de escuchas telefónicas, efectuadas a Carlos Telleldín, que la SIDE y la Federal habían dado por perdidas; “por un lamentable error fueron borradas”, argumentaron. Ahora aparecieron intactas.
› Por Raúl Kollmann
Diez años después del atentado contra la AMIA, aparecieron 45 cassettes de escuchas telefónicas, que supuestamente estuvieron en poder de la Policía Federal y que entre esa fuerza y la SIDE fueron dados oficialmente por perdidos, ya que “por un lamentable error fueron borrados”. La apertura de los archivos de las fuerzas de seguridad e inteligencia, ordenada por el presidente Néstor Kirchner, derrumbó toda la historia oficial y no sólo se comprobó que le pagaron en forma ilegal 400.000 dólares al principal imputado en la causa, Carlos Telleldín, sino que ahora se demuestra que las cintas perdidas en realidad estaban ocultas.
En principio, las escuchas son las primeras realizadas a Carlos Telleldín, el hombre que tenía en su poder el vehículo que estalló frente a la AMIA. Por lo tanto, son posteriores al ataque. Pero podrían echar luz sobre el atentado si en alguno de esos diálogos aparece algún sospechoso. Lo que es seguro es que contendrán elementos que demostrarán la increíble trama de corrupción que rodeó el atentado, incluyendo negocios millonarios entre policías y delincuentes, motivo por el cual posiblemente hicieron desaparecer las cintas.
El domingo pasado, este diario se hizo 24 preguntas sobre el ataque contra la AMIA. La pregunta 13 y su respuesta fueron las siguientes:
“¿Es cierto que se encontraron las famosas cintas de audio en las que quedaron registradas las escuchas telefónicas a Carlos Telleldín de los primeros días?
–Es un rumor cada vez más extendido. Esas cintas, asombrosamente, se perdieron tanto en la SIDE como en la Policía Federal. ¿Por qué las hicieron desaparecer? Inicialmente porque allí quedaron patentizadas todas las maniobras de los primeros días, entre ellos los arreglos con el empresario del rubro automotor Alejandro Monjo. En las próximas semanas se confirmará la verdad del rumor: las grabaciones no desaparecieron, fueron mantenidas ocultas. ‘Usted sabe, cuando se hizo el primer informe interno de la SIDE sobre el pago de 400.000 dólares a Telleldín, la conclusión fue que no hubo tal pago. Cuando se abrieron los archivos de verdad, los agentes declararon lo que ocurrió y quedó constatado el pago a Telleldín. O sea que el primer informe fue una mentira. Lo mismo está por ocurrir con las cintas. Están escondidas, es una mentira que desaparecieron, le aseguró a Página/12 un funcionario del Gobierno.”
Ayer, el presidente Néstor Kir-chner confirmó el hallazgo en una reunión que mantuvo con los principales dirigentes del Comité Judío Norteamericano y el titular de la AMIA, Abraham Kaúl, quien pidió que el material fuera entregado al Tribunal Oral número 3, que es el que lleva adelante el juicio oral por el ataque contra la mutual judía. El hallazgo es parte de la apertura de los archivos sobre la investigación que fue impulsada por los familiares de las víctimas, especialmente los agrupados en Memoria Activa, que incluso tuvieron que chocar con buena parte de la dirigencia de la comunidad judía que se oponía a que se hicieran públicos documentos sobre la pesquisa original que, ahora se sabe, estuvo llena de elementos falsos. La desaparición de los cassettes de las primeras escuchas a Telleldín es parte de esa historia en la que intervinieron en esos años del mandato de Carlos Menem tanto la SIDE como la Policía Federal.
El hallazgo plantea varios interrogantes:
1¿Cuándo se intervino el teléfono de Carlos Telleldín, de cuándo son las escuchas?
- No hay escuchas anteriores al atentado porque no había personas investigadas, salvo algunos iraníes. De acuerdo con lo revelado el último domingo por Página/12, es mentira que recién el 25 de julio, siete días después del atentado, se haya sabido qué camioneta se usó para matar a las 85 personas en la AMIA. Un documento encontrado en la SIDE por el Ministerio de Justicia demuestra que en la tarde misma del ataque, una empleada de Jet Parking, el estacionamiento donde estuvo la Trafic, ya se comunicó con las autoridades para decirles que allí tuvieron una camioneta sospechosa. Esa misma tarde, por lo tanto, la SIDE –y también la Policía Federal– se llevó desde Jet Parking el número de la patente de la Trafic, con un error, ya que había una cifra equivocada. Sin embargo, no es descabellado que se hayan empezado a escuchar las llamadas de Telleldín al día siguiente del atentado, el 19. Hay un dato adicional que reforzaría esta hipótesis: en el expediente aparece una misteriosa foja, la 114, en la que la Policía Federal pide la intervención de teléfonos, entre ellos los de Telleldín. ¿Cómo es posible ese pedido si el motor que incriminaba a Telleldín se encontró recién el día 25? La dudosa respuesta del juez Galeano es que la foja 114 se traspapeló, se colocó demasiado adelante en el expediente por error. Entonces, el interrogante que queda por saldar con el encuentro de las cintas es de cuándo son las grabaciones: del 19 de julio en adelante –sería conocer diálogos totalmente inéditos– o del 26 en adelante, cuando ya había transcurrido una semana del atentado.
2¿Qué se puede encontrar en las cintas?
- Se escuchará a Telleldín hablando con su banda y, según lo revelado por este diario el domingo, es muy posible que el Enano, como le dicen a Telleldín, aparezca en diálogos con hombres del poderosísimo empresario Alejandro Monjo, un personaje íntimamente ligado a la Policía Federal y que fue acusado de comprar coches chocados o incendiados y después entregarlos a armadores truchos que, con la documentación legal, robaban partes de otras camionetas y armaban vehículos con papeles supuestamente en orden. Así era la camioneta que estalló en la AMIA. Sin embargo, las escuchas podrían mostrar involucramiento de personas cercanas a Monjo en todas esas maniobras y, según también adelantó este diario, hay un documento en la SIDE en el cual se dice que Monjo le pagó 250.000 dólares a la Policía Federal para limitar el allanamiento que le hicieron.
Hay otras dos versiones posibles.
- La primera es que aparezca algún llamado de un sospechoso de lo que se llama la conexión islámica local. O sea una comunicación con Foz de Iguazú –donde se cree que se armó el ataque con un colombiano convertido al Islam, que hoy es considerado por el Ministerio de Justicia como uno de los posibles artífices del atentado, o con Alberto Kanoore Edul, un empresario sirio-libanés que realizó una llamada extraña a Telleldín y que nunca pudo explicar–. El hermano de Carlos Menem, Munir, llamó al juez Galeano para pedir por Kanoore cuando lo detuvieron brevemente.
- La otra versión de lo que contienen las cintas viene de la defensa de Telleldín. El abogado Víctor Stinfale dio la siguiente explicación: “Estas cintas fueron ocultadas deliberadamente porque benefician a Telleldín. Como la historia oficial consistía en echarle la culpa a mi cliente, había que esconder esos diálogos que, ya verán ustedes, demuestran que no tuvo nada que ver. Es más, gran parte de las llamadas son los diálogos con Telleldín cuando éste estaba en Misiones, enseguida después del atentado, y lo convencieron de inmediato que vuelva y se entregue”.
Las cintas podrían poner en marcha nuevas pistas –sobre todo la que investiga el Gobierno y la SIDE, que está relacionada con Foz de Iguazú y un grupo que giraba alrededor de un colombiano convertido al Islam, casado con una secretaria del agregado cultural de Irán, Moshen Rabbani– o podría derrumbar las historias oficiales urdidas en los últimos diez años.
3¿Es cierto que existen trascripciones de esas cintas?
- Sí. La investigación fue tan escandalosa que no existe una sino dos transcripciones de esos cassettes. Y lo más grotesco es que no hay coincidencias en los textos que transcribieron la Policía Federal y la SIDE de esas escuchas originales que después desaparecieron. Un dato marca la forma en la que se manejó la investigación. A la jueza de Lomas de Zamora Silvia González le enviaron la transcripción de escuchas realizadas al ex comisario Juan José Ribelli, en que éste arregla con delincuentes, arma causas y recauda una fortuna manejando delitos comunes en apenas 20 días. La jueza terminó procesando a Ribelli por numerosas extorsiones. Lo llamativo es que la magistrada se dio cuenta de que las transcripciones que le enviaron tenían discrepancias increíbles con el casete original y que la desgrabación por escrito estaba hecha para favorecer al ex comisario y salvarlo de procesamientos y condenas. En la causa AMIA no sólo se hicieron desaparecer cassettes, además se realizaron maniobras escandalosas con las transcripciones.
4¿Dónde se encontraron los cassettes?
- Un equipo de jóvenes del Ministerio de Justicia, con un familiar de Memoria Activa y Carlos Susevich, que perdió su hija en el ataque a la embajada, dedican muchas horas a revisar, papel por papel, las 1700 cajas que por orden de Kirchner abrió la SIDE. Muchas tardes, el mismo trabajo se hace en un cuartucho, lleno de ratas, donde está la documentación de la Policía Federal. ¿Dónde se encontraron los cassettes? En ambos organismos se negaron a contestar esa pregunta. Lo último que se sabe de los cassettes es que fueron grabados por la SIDE desde el teléfono de Telleldín, que el original se entregó a la entonces división de Protección del Orden Constitucional (POC). De allí, se envió una copia a la SIDE para que hiciera la transcripción, pero en la SIDE dicen que se encontró recientemente –después de casi diez años– un remito por el cual los cassettes se los llevó el comisario Jorge Palacios –pasado a retiro hace muy poco por Kirchner– hacia el POC. La versión más difundida es que los cassettes fueron encontrados por la SIDE, pero en la Policía Federal.
Desde el atentado pasaron por la Casa Rosada tres gobiernos; ahora está el cuarto, el de Kirchner. En ese lapso dijeron que no se había pagado a Telleldín y el gobierno de De la Rúa hasta hizo un sumario interno y un informe oficial en el que concluyó que no se le pagó a Telleldín. Se probó que era mentira después de más de nueve años. En ese tiempo no se encontró documentación alguna sobre el pago, y ahora, tras la apertura de los archivos, aparecieron hasta las facturas del vino Luigi Bosca con que se celebró el pago a Telleldín. Durante diez años se dijo oficialmente que los cassettes desaparecieron, que fueron borrados. Ahora, tras la apertura de los archivos, salieron a la luz. Todo ello demuestra que la investigación del caso AMIA fue una maniobra manejada a su antojo por gobiernos, servicios de inteligencia y de seguridad.
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