Página/12
en Venezuela
Desde isla Margarita

“Nunca hacemos esperar mucho”, comenta a modo de pronóstico un estrecho colaborador del presidente Néstor Kirchner cuando se le pregunta cómo van a resolver los cambios en el área de Seguridad. Este fin de semana será clave para definir al reemplazante del secretario de Seguridad, Norberto Quantín, y decidir si la renovación termina allí. “Gustavo es un muchacho muy trabajador, lo que pasa es que lo traiciona su personalidad”, concede con bonanza. Gustavo no es otro que Beliz, el ministro de Justicia, al que durante toda la jornada los mentideros políticos lo dieron por hombre muerto. El motivo habían sido sus declaraciones apuntando contra la SIDE como responsable de haberle brindado un informe erróneo sobre lo que sucedería en la Legislatura porteña la semana pasada y haciéndole “operaciones” en su contra.
A primera hora de la mañana los teléfonos de la comitiva oficial empezaron a transmitir las malas nuevas desde Buenos Aires. Al primer relato de lo que dijo Beliz, los funcionarios empezaron a pedir desgrabaciones y analizar cada pregunta y respuesta del reportaje en el que el ministro no ahorró críticas a la SIDE y recordó los cuestionamientos al designado jefe de la Policía Federal por haber reprimido una manifestación de hijos de desaparecidos.
“Estoy ocupado en otros temas”, fue la evasiva respuesta del Presidente para no hablar de Beliz. “Está bien que Beliz y Scioli (Daniel, el vicepresidente) anuncien los cambios en la Federal mientras nosotros estamos acá... El Gobierno sigue funcionando”, habían explicado el día anterior creyendo que con el reemplazo de la cúpula policial se cerraba un flanco mientras preparaban el terreno para el relevo de Quantín. Pero las declaraciones de Beliz opacaron la jornada. Si la respuesta del Presidente actuara de pronóstico se puede inferir que el destino del ministro es incierto: hace diez días cuando se le preguntó sobre el desborde violento frente a la Legislatura había dicho “tengo temas más importantes de los que ocuparme”. Una semana después removió a la conducción de la fuerza y en Gobierno dejaron trascender el relevo del secretario de Seguridad.
Los que no lo quieren nada a Beliz le recordaron al Presidente que “te va hacer lo mismo que le hizo a (Carlos) Menem”. Al conocerse las declaraciones radiales, no dudaron en abonar esa hipótesis. Los más contemplativos apuntaron a la “personalidad” del ministro: “Se persigue, seguro que cuando hoy vio la tapa de los diarios con que se va Quantín pensó que era una campaña de la SIDE en su contra y se fue de boca”, repetían especulando también con que el Gobierno ya pagó el error por la falta de prevención en la Legislatura y no le conviene “entregar” a un ministro.
En el caso de Quantín ya no se cuidan en explicar que “es una cuestión ideológica. Nosotros le pedimos que haga algo en lo que él no cree”. En buen romance, le ordenan no reprimir a un hombre convencido de la necesidad de reprimir la protesta social. La incongruencia radica en que Quantín siempre fue Quantín.
Para el Gobierno, los desmanes en la Legislatura porteña marcaron un punto de inflexión tanto de la protesta como del modo de controlarla. Cree que el descrédito público de esos grupos violentos ayuda a marginarlos y, al mismo tiempo, da crédito a la necesidad de una mayor presencia policial en las calles, aunque sin armas de fuego. “Hay que hacer lo que hicimos ayer (por anteayer) en la Legislatura: prevenir”, repiten.
El clima en la comitiva oficial se enrareció por los dichos de Beliz. El Tango 01 partirá de la isla ocho horas antes de lo previsto. La urgencia se presta para todas las especulaciones pero los hombres del Presidente sólo admiten que el tema “lo vamos a resolver rápido”. De paso niegan queel adelanto del regreso haya sido Beliz. En horas más se develarán las dudas.