La imagen positiva del presidente Néstor Kirchner asciende al 70,5 por ciento, la regular es de 11,5 y la negativa alcanza al 16,5 por ciento. Estos datos arrojan una primera comparación: la imagen del Presidente contra la suya propia de un mes atrás, cuando estaba unos nueve puntos por encima de la marca actual. Un descenso es lo primero que se observa. Según la apreciación del autor de estas mediciones, el sociólogo Artemio López de la consultora Equis, para medir la fortaleza de un mandatario hay que tomar varias dimensiones. En ellas la resultante ofrece que la figura de Kirchner sigue siendo positivamente ponderada por la sociedad del área metropolitana. Kirchner mide mejor que todos sus contendientes en el escenario político, es la conclusión que arroja esta comparación.
El trabajo de Equis al que se hace referencia fue realizado entre el 17 y el 19 de julio de 2004, en base a entrevistas telefónicas a mayores de 18 años residentes en la región metropolitana (Capital Federal y Gran Buenos Aires). La muestra fue de 650 casos, y el estudio posee un margen de error máximo de +/- 3,84 por ciento.
La ponderación social del Presidente es un tema que se ha trajinado en las últimas semanas. Algunos consultores han marcado el descenso en la imagen positiva del mandatario como si fuese el inicio de una tendencia a la baja, de un tobogán. Esta idea es bien lejana a los datos que arroja el trabajo elaborado por López –habitual consultor de la Casa Rosada–, amén de que en el sondeo que aquí se presenta hay, en primera instancia, una baja en los guarismos. El 70,5 por ciento de imagen positiva que arroja el estudio es inferior en unos 8,5 puntos que había arrojado la medición anterior de la misma consultora. Así y todo, la marca es muy alta para un presidente con un año de mandato sobre sus espaldas.
Dicho esto, vale aclarar lo que el propio López explicó a Página/12 respecto de la popularidad presidencial. El sociólogo sostuvo que para analizar la imagen de un presidente se deben tomar tres dimensiones. “La primera –dice López– es una vertical que es la comparación en el tiempo. Aquí obtendremos siempre, por desgaste de gestión, un descenso. En el caso de Kirchner, es desde el 90 por ciento de imagen positiva cuando asumió su mandato, hasta el 70,5 de la actualidad.” En este parámetro, según las palabras de López, la imagen presidencial siempre irá en descenso, por el ejercicio del poder. Así y todo, acumular un 70,5 por ciento luego de más de un año de mandato es una marca envidiable a la luz de la experiencia.
Y en base a esa experiencia aparece la segunda dimensión en la cual medir la ponderación de los mandatarios. “Esta segunda dimensión –señala el titular de Equis– es más horizontal, es una dinámica que analiza la situación de fortaleza relativa con respecto a la competencia con los otros contendientes. Por ejemplo, tomemos a los candidatos de la última elección presidencial y comparemos la intención de voto. En este caso es confrontar la cantidad de votos que obtuvieron en las elecciones de 2003 y la intención de voto a nivel nacional que tienen ahora. Los números dan:
- Kirchner obtuvo el 22 por ciento de los votos y ahora tiene una intención de voto del 56 por ciento.
- Elisa Carrió obtuvo el 14 por ciento y tiene un 6 por ciento.
- Ricardo López Murphy sacó 16 por ciento y tiene 10 por ciento.
- Adolfo Rodríguez Saá obtuvo 14 por ciento y hoy tiene dos.
- Carlos Menem sacó el 24 por ciento y araña el tres por ciento.”
“Tomando en cuenta –continúa López– que Kirchner obtiene más del doble de lo que sacó y que sus competidores inmediatos cayeron a la mitad, en términos relativos el Presidente está prácticamente cuadruplicando su ascendiente en la ciudadanía.”
La tercera variante a tener en cuenta es la comparación histórica con los presidentes anteriores, vale decir, cómo está Kirchner en comparación a sus tres antecesores cuando cumplieron un año de mandato. El titular de Equis sostiene que “los índices de popularidad (imagen positiva) del presidente Kirchner son comparables con los que obtenía Raúl Alfonsín al año de su mandato, son, a su vez, muy superiores a los que acumulaba Carlos Menem en su primer aniversario como presidente, y son también muy superiores a la imagen positiva que atesoraban Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde en sus respectivos primeros años de mandato”.
Según López, “teniendo en cuenta estas tres dimensiones, que son las que hay que cruzar para evaluar cómo se aprecia al Presidente, la fortaleza de Kirchner es muy grande. A la vez, esto explica por qué su imagen positiva se mantiene firme cuando la imagen del resto del gobierno cae”.
Esta medición fue efectuada antes de realizarse la segunda marcha hacia la Legislatura porteña para repudiar el tratamiento del Código de Convivencia Urbana por parte de los piqueteros duros y, obviamente, antes de que Kirchner echara al jefe de la Policía Federal, Héctor Eduardo Prados y al ministro de Justicia, Gustavo Beliz.
Los guarismos que surgen evalúan las responsabilidades del episodio producido una semana antes en las puertas de la Legislatura, episodio que tiñó el criterio de los consultados sobre la política oficial hacia los piqueteros. Así y todo, sigue siendo una clara mayoría la de ciudadanos de la Capital y del Conurbano que, amén de repudiar las prácticas piqueteras y la política del Gobierno nacional hacia los desocupados, repudia a su vez cualquier tipo de represión sobre ellos (ver recuadros).