EL PAíS
› CRISTINA KIRCHNER MANDO UN MENSAJE ANTE HILLARY CLINTON
Para pagar hay que poder vender
Cristina Kirchner continuó su rueda de contactos en Boston. Compartió una mesa en un encuentro de mujeres con Hillary Clinton.
Cristina Fernández de Kirchner siguió ayer en Boston su rueda de contactos con figuras centrales del Partido Demócrata norteamericano y almorzó con Hillary Clinton. Ambas compartieron una mesa durante un almuerzo organizado por el National Democratic Institute –una institución que dirige la ex secretaria de Estado Madelaine Albright– y profundizaron los vínculos que habían establecido meses atrás, en ocasión de otra visita de la primera dama a Estados Unidos. La esposa de Néstor Kirchner también estuvo con la ex presidenta de Irlanda Mary Robinson y visitó a un grupo de investigadores argentinos que trabaja en esa ciudad.
Cristina y Hillary ya se conocían: en septiembre pasado la senadora había visitado a la esposa de Bill Clinton en su despacho del Senado en Washington, donde ocupa una banca por el estado de Nueva York.
La ex primera dama norteamericana todavía tenía presente aquel encuentro. “Hillary le dijo al encontrársela en el almuerzo que una de las razones por las que había decidido asistir fue porque se había enterado de que ella estaría presente”, destacaron colaboradores de la senadora Fernández de Kirchner.
A la mesa de Hillary y Cristina se sentaron también la ex primera ministra de Canadá Kim Campbell y la presidenta de Discovery Channel, Judith McHale. Entre las presentaciones de Albright y las disertaciones de cada una de las dirigentes que concurrió a este encuentro de mujeres líderes, el tiempo que quedó para dialogar cuestiones puntuales no fue demasiado, pero aun así las dos senadores pudieron intercambiar algunas palabras entre sí.
Fue en ese momento que la ex primera dama norteamericana le contó que en el homenaje que se realizó en el Central Park de Nueva York con motivo del décimo aniversario del atentado a la AMIA había mandado una carta recordando el encuentro que ambas habían tenido meses atrás. Fernández de Kirchner la puso al tanto del estado de la investigación del ataque a la mutual judía.
La esposa de Kirchner fue la última de las mujeres que habló en el encuentro y aprovechó el contenido de un documental sobre una mujer iraní que murió en prisión, víctima de torturas y malos tratos, exhibido previamente para señalar que “esas imágenes de gente golpeada por sus ideas es una fotografía que en nuestro país ya la vimos durante mucho tiempo, en regímenes militares”. Remarcó también que los dirigentes de los países centrales, como Estados Unidos, “pueden hacer mucho” en este sentido y los llamó a “establecer un liderazgo responsable que no debe estar basado en una cuestión militar”.
Al almuerzo organizado por el National Democratic Institute, la primera dama concurrió con Robinson. Previamente ambas estuvieron reunidas durante una hora en el hotel Lang Ham del centro de Boston y decidieron viajar juntas en el mismo coche desde allí hasta el lugar donde se realizó el encuentro de la entidad dirigida por Albright.
La senadora y la ex presidenta de Irlanda coincidieron en condenar la política de subsidios agrícolas aplicada por los países centrales y trazaron un paralelo al caso de la deuda argentina, al sostener que “no suena racional que a un comerciante le pidan que pague sus deudas y al mismo tiempo le prohíban que venda sus productos”.
“La ayuda que pueden dar los países desarrollados no tiene que ver con los sentimientos humanitarios sino con una lógica de absoluta racionalidad porque antes que nos den préstamos prefiero que nos dejen vender los productos nuestros. Esto es mucho más sano y transparentador”, dijo la primera dama al relatar su encuentro con Robinson, a quien le agradeció su apoyo a la reestructuración de la deuda argentina.
Entre quienes la acompañan cuentan que la senadora quedó encantada con Robinson y que tuvieron muchas coincidencias en su visión de los derechos humanos. Lo que evaluaron es que en la actualidad “son agredidos desde la economía” y que “a nadie le puede importar la democracia si no puede comer, tener salud y educación”.