Vie 30.07.2004

EL PAíS  › KIRCHNER ENCABEZO UN HOMENAJE A BALBIN EN LA PLATA

Un guiño a los compañeros radicales

En un giro a lo que ha sido su política hacia la oposición, el Presidente habló en un homenaje por el centenario de Balbín.

Por más simbólica que sea la figura de Ricardo Balbín en la política nacional, suena extraño que su recuerdo sea suficiente para acercar posiciones entre el gobierno de Néstor Kirchner y el radicalismo. Pero eso sucedió –al menos por un par de horas– en el Teatro Argentino de La Plata, donde el Presidente participó en un homenaje al viejo caudillo, al cumplirse 100 años de su nacimiento. Claro que el otro factor determinante fue la intención de marcar un giro por parte de Kirchner en su relación con el arco opositor. Sobre el escenario el mandatario lanzó los primeros intentos de acercamiento y llamados al diálogo desde la Casa Rosada hacia ese terreno y reivindicó la política como espacio de construcción “sobre la pluralidad y la diferencia”.
“Necesitamos revalidar la política que ponga el equilibrio donde hay desigualdades”, aseguró Kirchner. Marcando un quiebre en sus discursos hacia la oposición, el Presidente utilizó la figura de Balbín como referente de “una política, donde la discrepancia no debilita sino que fortalece la democracia, en un tiempo como el actual en el que se confunde la política con la acción de agredir y la baja intención de desacreditar”.
Luego del acto, entre el tumulto de quienes se acercaban al escenario, el Presidente reiteró la necesidad de “construir políticas unitarias en el marco de la diversidad y la pluralidad”. “Cuando corresponda vamos a reunirnos con el radicalismo, como hacemos con todos sus gobernadores”, respondió ante los periodistas que lo abordaron al final de la ceremonia.
Del mismo modo, Kirchner lanzó críticas hacia quienes “se juntan a hablar de peronistas y radicales como si fuéramos parte del pasado”. “Los que forman parte del pasado –dijo– son los que se colocaron la camiseta de nuestros partidos para robar y saquear la Argentina, aquellos que, con objetivos muchas veces inconfesables, generaron situaciones que llevaron la país al límite.”
Podría decirse que el homenaje en La Plata estuvo dividido en dos actos. El primero de ellos lo protagonizaron las más de 2 mil personas que colmaron la sala Alberto Ginastera del teatro, que chiflaban y aplaudían mientras aguardaban la llegada de Kirchner, que se demoró más de una hora. Durante la espera, algunos miembros de la Juventud Radical bonaerense coreaban sus esperanzas de resurrección. “Volveremos a ser gobierno, como en el ’83”, cantaban. Tal vez por la falta de rima, los militantes prefirieron no tomar como antecedente más reciente al gobierno de Fernando de la Rúa. Desde los altoparlantes, algún sonidista intentó hacer más liviano el tiempo muerto con temas del último disco de Los Babasónicos.
En la mesa dispuesta sobre el escenario, que parecía diminuta en la imponente arquitectura del teatro platense, hubo encuentros reiterados y otros novedosos. Por un lado, el gobernador bonaerense Felipe Solá se sumó al homenaje, en línea con las apariciones junto al Presidente que se vienen reiterando desde la gira por China.
Solá fue el primero en destacar la vocación dialoguista de Balbín, simbolizada “en el abrazo con Perón en Gaspar Campos en 1972”. “Ese hombre de traje cruzado y anteojos cuadrados –recordó– es el símbolo de la permanencia de lo institucional frente a los golpes de Estado, de la Hora del Pueblo, de la Multipartidaria. El permitió que radicales y peronistas nos encontráramos cuando lo fuimos a despedir en 1981, y es quien nos vuelve a reunir hoy.”
Luego las luces del teatro se apagaron y, aunque no hubo “satélites celestiales” ni conexiones con el líder radical desde el más allá, como ocurrió en los recientes recordatorios del general Perón, se proyectó un video con su histórico discurso frente al féretro del ex presidente en el Congreso de la Nación en julio de 1974.
Otro de los protagonistas del acto fue el diputado radical Leopoldo Moreau, impulsor de la convocatoria y de ley que bautizó Ricardo Balbín a la Autopista Buenos Aires-La Plata. Moreau, que hizo un extenso recorrido por la trayectoria política de Balbín, se movió como en un acto de campaña en el que concentró los mayores aplausos. La otra cara fue el intendente local, Julio Alak, silbado por los simpatizantes de su rival en la intendencia, Pablo Bruera, que coparon los palcos. Moreau lanzó incluso un mensaje a Kirchner a través del caudillo homenajeado, en el que devolvió los mensajes de acercamiento. “Si él viviera –señaló–, le diría al Presidente que mire en la UCR una oposición franca a la que puede mirar a los ojos. Sabemos que consenso no significa complacencia y que firmeza en la crítica no significa destrucción”.

Informe: Alfredo Ves Losada.

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