Eduardo Duhalde sostuvo que la Argentina “no es todavía un país normal” porque permite “que se hagan alusiones a la toma del poder”, como la que formuló la piquetera Nina Peloso. En declaraciones a Radio 10, el ex presidente hizo fuertes críticas a las organizaciones de desocupados. Refiriéndose a los jefes piqueteros, a los que calificó de “pseudodirigentes políticos”, Duhalde consideró que “no aportan nada positivo”, ya que están “tratando, por todos los medios, de generar un clima de levantamiento popular”.
El ex mandatario nunca tuvo una buena relación con el movimiento social. Durante su mandato atravesó los meses de mayor nivel de conflicto callejero y luego debió abandonar anticipadamente el poder por la represión en la que fueron asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Ayer, Duhalde se quejó de que los llamados a producir levantamientos sean “un tema remanido en los últimos años”, en especial “desde el 2001 en adelante”. “Una cosa son esas personas (por los desocupados) y otra son los dirigentes, con actitudes muchas veces violentas, o manifestaciones que no tienen nada que ver con el sistema democrático al que todos adherimos”, opinó.
Duhalde advirtió por otra parte que el presidente Néstor Kirchner “para poder llevar adelante los cambios que anhela y que la gente reclama” necesita “un partido fuerte que apoye las iniciativas y lo acompañe”.
Tras relativizar la importancia de la transversalidad política, dijo que eso “de ninguna manera quiere decir que no les abramos las puertas, como hemos hecho siempre, a dirigentes que estén de acuerdo con la línea que el Presidente le imprime a su gestión. Eso siempre va a pasar porque el justicialismo tiene una facilidad enorme para sumar y reconocer como propios a dirigentes que se incorporan”. Para Duhalde, la transversalidad “es el nombre moderno, en todo caso, de la idea movimientista del justicialismo. Es decir, un partido con una gran capacidad de absorber, de abrir sus puertas a dirigentes de otras extracciones políticas”.