En la noche del miércoles, una vez que finalizó la masiva protesta del arco piquetero opositor, el presidente Néstor Kirchner recibió en la Casa Rosada a Luis D’Elía y a otros líderes piqueteros cercanos al Gobierno. Ayer, D’Elía flexibilizó su disputa con el PJ tradicional y admitió la posibilidad de que Kirchner se convierta en el titular del PJ. “Puede contribuir a asegurar el rumbo político de construcción de un fuerte modelo alternativo al neoliberalismo conservador”, explicó.
Además del titular de la Federación Tierra y Vivienda, estuvieron en la Casa Rosada Jorge Ceballos y Humberto Tumini, de Barrios de Pie, Emilio Pérsico, del MTD-Evita, y Edgardo Depetri, de ATE. Se trata de los mismos dirigentes enrolados en la Asamblea Nacional de Organizaciones Sociales que realizó un encuentro en Parque Norte del que participaron los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Según explicó un dirigente piquetero, el encuentro del miércoles, del que también participó Parrilli, se realizó por la noche en Gobierno. Allí, Kirchner instó a construir una fuerza política de voluntad popular que implique una nueva representación y que evite las confrontaciones internas.
“La idea es que los referentes multisectoriales asuman las políticas del Gobierno como propias y se amplíen a otros sectores sociales, políticos y gremiales para la construcción de un gran frente nacional y popular que sea capaz de ir instalando los grandes temas y contribuir a resolverlos. Se trata de fortalecer la unidad del pueblo de cara a las presiones de los sectores de derecha y las negociaciones con el Fondo y con los acreedores privados”, resumió el dirigente.
Ayer, D’Elía moderó sus posturas fuertemente críticas al aparato del PJ y apoyó el diálogo político anunciado por Kirchner. “Lo nuevo se construye con lo mejor de lo viejo”, señaló el dirigente. En cuanto a la posibilidad de que el Presidente asuma la jefatura partidaria, D’Elía también moderó su posición. “Si el Presidente acepta conducir el Partido Justicialista, además de ser Presidente de la República va a permitir asegurar el rumbo político de construcción de un fuerte modelo alternativo al neoliberal conservador. Eso va a permitir asegurar la transversalidad, es decir, que el PJ después de 28 años de claudicaciones vuelva a tener una matriz movimientista, como la tuvo en las mejores épocas del pasado”, explicó.