EL PAíS
› TRAS LA CARTA DE LA MADRE, NICOLAS NO APARECE
Un mensaje aún sin respuesta
“Siento una angustia enorme”, señaló ayer el gobernador bonaerense, Felipe Solá, en referencia al secuestro de Nicolás Garnil, el chico de 17 años que desapareció el domingo 25 de julio pasado en San Isidro y del que hasta anoche no se tenía ninguna noticia. Solá aseguró, además, que siente “responsabilidad” de que este hecho ocurra en su provincia. Algunas versiones indicaban ayer que los secuestradores habrían mantenido un contacto con la familia del joven, pero hasta anoche el rumor no había sido confirmado.
Tras participar de un acto oficial en Casa de Gobierno, el gobernador manifestó que escuchó el jueves último con “enorme dolor” a la madre del chico, quien en un intento desesperado escribió una carta a los secuestradores pidiendo que liberaran al joven. Solá se comunicó en las últimas horas con la familia para ponerse “a su disposición”. Por su parte, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se manifestó ayer “consternado” por el pedido de la madre de Nicolás y rogó que el caso se resuelva “de la mejor manera y lo más rápido posible”.
Fernández evitó por “prudencia” dar precisiones sobre la marcha de las investigaciones en torno del secuestro del adolescente de 17 años, ocurrido en la localidad bonaerense en San Isidro, aunque sostuvo que el “trabajo” que se está realizando para dar con los captores es “mucho”.
Al iniciarse ayer el decimosegundo día de cautiverio del chico, en la casa de la familia Garnil no había noticias del adolescente. Así transcurrió todo el día, pese a que algunos se esperanzaban con la idea de recibir una noticia después del pedido de la madre, la ginecóloga Susana de Garnil, a los captores, tras 12 días de silencio.
“Lo necesito, no puedo vivir un día más sin él”, resaltó en la misiva la madre de Nicolás, quien además imploró “de rodillas” a los captores que liberen a su hijo. Antes de entregar la carta a la prensa en la puerta de su casa de la calle Julián Navarro 4243, de San Isidro, la mujer dijo entre lágrimas: “Nico, si me estás escuchando... ese domingo nos llevaron a los dos, y yo te tengo en mis brazos todo el tiempo”. Solá, de todos modos, dijo haber visto “entera” a la familia de Nicolás y aseguró que aguarda que el caso “se resuelva lo más rápido posible”.
Según las fuentes del caso, durante las comunicaciones telefónicas mantenidas a lo largo del cautiverio del chico para negociar el pago de un rescate de 300 mil pesos, los delincuentes dieron a la familia una prueba de vida, que habría sido recibida una semana atrás.
Desde que se conoció el secuestro de Nicolás, vecinos de La Horqueta, miembros de la Iglesia, de asociaciones civiles y Juan Carlos Blumberg, el padre del joven secuestrado y asesinado en marzo último, manifestaron su apoyo a la familia en distintos actos y en la parroquia de la zona.