Los senadores juraron ayer “administrar justicia con imparcialidad y rectitud” en el juicio político que la Cámara alta comenzó contra el juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez. Luego del juramento y cuando el titular de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto, reclamó que se convocara para el miércoles próximo a los diputados integrantes de la comisión de acusación, el radical Mario Losada dijo que ese punto no había sido acordado en la reunión de Labor Parlamentaria. Conclusión, la convocatoria se demoró una semana. Al igual que en el juicio político contra Eduardo Moliné O’Connor, los radicales terminaron dilatando el comienzo del proceso.
Los quince días hábiles que reglamentariamente tiene Vázquez para realizar su descargo corren a partir de que los diputados Ricardo Falú, Nilda Garré y Hernán Damiani formulen la acusación. Esto llevaba a varios legisladores a especular con que la suspensión para el integrante de la mayoría automática podría concretarse el próximo 15 de septiembre. Ahora la medida tendría que esperar cuando menos una semana más.
Vázquez insiste con que “de ninguna manera” piensa presentar su renuncia y promete una defensa escandalosa. Algo de ello realizó en sus presentaciones en los medios de comunicación. En una entrevista radial, Vázquez hoy puso en duda la limpieza del proceso que terminó con la destitución de Moliné. Concretamente dijo que “se habían pagado sobornos”. Y lo hizo en referencia a la riojana Ada Maza. Mencionó que La Rioja había recibido subsidios oficiales para dar su voto por la destitución. Lo cierto es que los giros de fondos distan mucho de ser un soborno. Y si Moliné le hizo ese comentario, el vicepresidente de la Asociación de Tenis no estaba obligado a presentar una denuncia pública, ya que había dejado de ser funcionario. Pero Vázquez lo sigue siendo. Así que cuando menos, el cortesano reconoció la omisión de denunciar un hecho que ahora califica de delictivo.