San Luis tendrá hoy el curioso privilegio de ser la primera en convocar a un plebiscito para decidir la continuidad de un programa asistencial, conocido como Plan de Inclusión Social, cuya sigla es PIS. Tras 24 horas de veda electoral y luego de los incidentes ocurridos el viernes a la noche en una protesta de docentes, se realizará hoy la consulta popular que decide el futuro político de la gestión de Alberto Rodríguez Saá. El propio gobernador admitió, en un reportaje, que si gana el No (al Plan de Inclusión Social, como se llama el subsidio a los desempleados) “el gobierno se cae”.
En San Luis están habilitados para sufragar 262.750 ciudadanos. Cada uno de los votantes deberá responder las tres preguntas que se detallan a continuación: ¿Está de acuerdo con el plan? ¿Está de acuerdo con la forma que se ha implementado? y ¿Está de acuerdo que continúe hasta que cada persona del plan consiga un trabajo mejor? En las últimas semanas, el gobierno de San Luis diferenció el subsidio que otorga en la provincia con los planes sociales que se aplican a nivel nacional. El subsidio de los Rodríguez Saá se llama Pico y Pala y consiste en un beneficio de 330 pesos mensuales en bonos canjeables en supermercados, cobertura social y seguro de riesgo de trabajo para más de 40 mil personas. La apuesta política es tan alta que un cuarto del presupuesto provincial se va en el Pico y Pala.
El plebiscito llevó a los Rodríguez Saá a desplegar una campaña de afiches por las calles de Buenos Aires con la leyenda “San Luis crea trabajo”. Sin embargo, a pesar de la publicidad, el plan quedó en medio de un debate cuando la oposición acusó a los Rodríguez Saá de instaurar un “sistema feudal” de claro clientelismo en torno de ese subsidio. Oportunamente, un grupo de beneficiarios se movilizó en apoyo al gobierno. La cuestión se fue complicando a medida que se profundizó el debate y al clientelismo de los Rodríguez Saá. En varias oportunidades las marchas de ambos sectores coincidieron por las calles y se produjeron incidentes.
La oposición, que varias veces fue reprimida, llegó a pedir la intervención de la provincia al gobierno nacional. Fue entonces que Alberto Rodríguez Saá aprovechó la tensión y tras acusar a los opositores de “discriminar a los pobres”, convocó a un plebiscito para supeditar el plan Pico y Pala a la opinión de la ciudadanía. El viernes a la madrugada la crisis llegó a uno de sus puntos máximos, cuando los docentes instalados frente a la gobernación y los judiciales que hacían una huelga fueron reprimidos por la policía provincial, que además intentó detener a los periodistas que cubrían los incidentes. El malestar entre los docentes y los Rodríguez Saá se acrecentó cuando el gobernador puntano intentó derogar el Estatuto del Docente que rige en la provincia.
La votación de hoy generó distintas interpretaciones en el oficialismo y la oposición agrupada en la Multisectorial. Los opositores, por caso, restaron importancia a los comicios argumentando que “no es obligatorio votar” en el plebiscito. La Justicia Electoral de San Luis, en cambio, afirmó todo lo contrario. La prensa de San Luis, en la que los Rodríguez Saá tienen mucha influencia –en la provincia les adjudican la propiedad de uno de los diarios–, pronosticó ayer que el Sí triunfaría “por un margen abrumador”. La sospecha de la Multisectorial es que El Alberto aprovecharía un resultado a favor del Sí para asegurar que los puntanos aprueban su gestión.