El intendente de Morón, Martín Sabbatella, lanzará su partido político el próximo 14 de septiembre, con un acto en el municipio que gestiona por segundo período consecutivo. La nueva fuerza aspira a rearticular las opciones dispersas en un nuevo espacio de centroizquierda, que apunta a convertirse en el futuro en una alternativa nacional.
Sabbatella fue elegido intendente por primera vez en 1999, como parte de la ola aliancista que le arrebató al PJ algunos municipios del conurbano. Con sólo 29 años, el frepasista asumió con banderas de transparencia -creó una oficina anticorrupción y convocó audiencias públicas para discutir las concesiones– y encaró una lucha abierta contra el aparato duhaldista. Cuatro años después, Sabbatella enfrentó el trauma derivado del colapso de la Alianza formando una fuerza vecinal –Nuevo Morón– y decidió pelear su reelección apostando al corte de boleta: obtuvo el 52,7 por ciento de los votos.
Ahora, decidido a dar un paso más, el joven intendente lanzará una nueva fuerza política. En los últimos meses, Sabbatella y un puñado de dirigentes recorrieron diferentes distritos de la provincia, dialogando con fuerzas vecinales, dirigentes sin partido, referentes sociales. Entre otros, se contactaron con los referentes de Nuevo Ituzaingó, una agrupación construida a la imagen y semejanza de Sabbatella en el municipio lindero. Hablaron, también, con los integrantes de Encuentro Popular, la fuerza fundada por Rodolfo Rodil, el experto en armados territoriales que fue la mano derecha de Graciela Fernández Meijide en su frustrada aventura bonaerense.
La idea es lanzar una nueva fuerza, que comenzará en Buenos Aires pero que aspira a transformarse en una opción nacional, articulando un diálogo con sectores políticos de diferentes provincias. “Va a ser una convocatoria abierta, para que se sumen diferentes sectores, dirigentes y personas. Dentro de unos meses vamos a hacer un primer congreso y a partir de ahí analizaremos cómo sigue la historia”, explica Sabbatella a Página/12.
En principio, es inevitable que la fuerza gire alrededor de la figura del intendente, que el 14 será el único orador en el acto fundacional que se llevará a cabo en un club de Morón. Aunque asegura que por ahora no tiene nada decidido, e insiste en que no es momento de hablar de estos temas, todo indica que Sabbatella encabezará las listas bonaerenses en las elecciones del año que viene: la apuesta forma parte de un plan de mediano plazo, que incluye como posibilidad su candidatura a gobernador en el 2007.
Pero los planes electorales aún se encuentran en borrador, y Sabbatella y los suyos aseguran que la energía está concentrada ahora en el armado de una nueva fuerza y los mecanismos adecuados para dotarla de una institucionalidad sólida. Mirando la trayectoria del Frente Amplio uruguayo (sus 30 años de trabajosa construcción antes de su primera posibilidad cierta de llegar a la presidencia), el intendente de Morón está convencido de la necesidad de construir un partido con una fuerte consistencia orgánica. Fue importante, en este sentido, la charla que mantuvo un mes atrás con Carlos “Chacho” Alvarez, que a modo de tardía autocrítica sostiene que uno de los grandes errores del Frepaso fue su bajísimo nivel de institucionalización.
En cuanto a la ubicación política, Sabbatella milita en ese sector heterogéneo y disperso conocido popularmente como centroizquierda. A diferencia de Aníbal Ibarra y el grupo de intendentes transversales, que en un primer momento se mostraron muy cerca de Kirchner, Sabbatella cree que es un error construir una opción política atada a un gobierno que -más allá de los matices y los tironeos– no deja de formar parte de un dispositivo que incluye al PJ. “No quiero ser la pata progre del tren fantasma”, aseguró en marzo, cuando lo convocaron al encuentro en Córdoba del que participaron Ibarra, Hermes Binner y Luis Juez. Ahora, cinco mesesdespués de aquella reunión, las posiciones parecen más cercanas (ver nota central).
Como parte de este planteo, Sabbatella sostiene que es necesario construir una fuerza progresista autónoma del Gobierno, con agenda propia, y tampoco coincide con la oposición empecinada de Elisa Carrió. A pesar de las diferencias, que decidió no hacer públicas para no embarullar aún más el panorama, el intendente cree que la unidad del espacio progresista es más que una necesidad. “Si nos hacen un cuestionario a Aníbal, Lilita, Binner y yo, vamos a estar de acuerdo en todo, salvo en la relación con el Gobierno. Es absurdo que no podamos estar juntos”, concluye.