Mié 13.10.2004

EL PAíS  › FUERTE RESPALDO DE KIRCHNER A
ARSLANIAN ANTE LA OFENSIVA DE BLUMBERG

“Seguí yendo al frente y metele con todo”

Con la justificación de firmar acuerdos con la provincia, el Presidente realizó un acto público con Solá y su ministro de Seguridad, con quien se abrazó y le sugirió que siga profundizando el cambio en la Bonaerense. Las sugerencias de la Casa Rosada.

› Por Raúl Kollmann

El presidente Néstor Kirchner bajó del escenario, se dirigió al ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, lo abrazó y le dijo: “Ya sabés que yo te doy todo mi apoyo; seguí yendo al frente y metele para adelante con todo lo que tengas que hacer. Y si es necesario seguir cortando, hacelo”. La escena cobró notoriedad ayer porque el visible respaldo presidencial le llega a Arslanian tras dos semanas de sorprendente –y sospechoso– recrudecimiento de los secuestros, sumado a la ofensiva que se desató contra el ministro por el desplazamiento de 37 policías bonaerenses de la Zona Norte y las furibundas críticas de Juan Carlos Blumberg. Más allá del respaldo contundente, tanto en la Casa Rosada como en la gobernación bonaerense le han pedido a Arslanian que baje el tono de la confrontación.
Allegados al ministro adelantaron que mantendrá un silencio expectante. Quienes lo conocen dicen que tal vez no le dure mucho, ya que Arslanian es de fuerte personalidad y cuando se siente atacado suele salirse de las casillas y devolver golpe por golpe.
El acto en el que participaron el presidente Kirchner, el gobernador Felipe Solá y el ministro Arslanian no tuvo nada que ver con cuestiones de seguridad: estaba destinado a firmar el acuerdo por el cual el gobierno nacional se comprometió a aportarle a la provincia de Buenos Aires 300 millones de pesos destinados a la caja de jubilaciones provincial (ver aparte). Sin embargo, tanto los funcionarios nacionales como los bonaerenses resaltaban anoche que el gesto de Kirchner no fue casual, sino que tuvo la intención de respaldar a Arslanian en público de manera que quede claro que avala la esencia de lo que hace el ministro. Lo mismo ocurrió en el encuentro que después del acto mantuvieron el Presidente y el gobernador Solá en la oficina del primer mandatario. La reunión duró 20 minutos y hubo respaldos al gobernador y al ministro. Estos apoyos –según afirman en la Casa Rosada– no distancian a Kirchner de Blumberg. El Presidente es hoy crítico de las últimas movidas del ingeniero, pero lo respeta: “Yo no sé si me hubiera podido bancar la tragedia que vivió él. De manera que acá siempre tendrá las puertas abiertas, más allá de las polémicas”, suele decir el primer mandatario. Sobre el escritorio de Kirchner hay una gran foto de Axel Blumberg.
El apoyo del Presidente al ministro bonaerense se basa en que lo considera la persona adecuada para uno de los cargos más difíciles del país. “Al Gordo (como le dicen a Arslanian) lo bancamos. Tiene la fuerza y la decisión que hay que tener, es una de las personas que más sabe de seguridad en la Argentina, tiene un plan y no para nunca de trabajar”, dicen en la Casa Rosada. Como lo ha dicho públicamente, el Presidente cree que una de las claves del combate contra el delito en el territorio provincial pasa por depurar y depurar a la Bonaerense. Más de una vez, Kirchner insistió con la idea de que existe mano de obra policial detrás de buena parte de los secuestros, algo que se verificó en el propio caso Blumberg –tres policías procesados– y la semana pasada con la detención en San Isidro del sargento primero Orlando Zardán, apresado con dinero –marcado judicialmente– proveniente de un secuestro. La frase que ayer Kirchner le dijo a Arslanian –“si es necesario seguir cortando, hacelo”– significa que si el ministro considera que hay que producir otros desplazamientos en la Bonaerense, debe hacerlos.
En ese terreno, el primer mandatario fue impulsor también del mayor recambio que se recuerde en la Policía Federal, empezando por el entonces jefe de la fuerza comisario Roberto Giacomino, a quien denunció penalmente.
En el marco del respaldo presidencial, se le han hecho llegar a Arslanian varias sugerencias, con las que también está de acuerdo Solá:
- No se puede estar de purga permanente y ruidosa. Esto significa que es inconveniente anunciar cada dos o tres semanas una purga, produciendo fuertes repercusiones dentro de la policía y en la sociedad. Arslanian cuenta con la Ley de Emergencia Policial, que le permite desplazar en forma sumaria a cualquier integrante de la Bonaerense; ahora se le insiste en que no utilice esa ley de forma tumultuosa. “No se puede estar dando cachetazos todo el tiempo. Hay que valorizar más a los policías que trabajan bien”, argumentan en la Casa Rosada.
- Sería bueno bajar los decibeles de las polémicas. En el gobierno nacional no dudan que Arslanian fue atacado en las últimas semanas y que salió a defenderse. “Es una especie de (Domingo) Cavallo: duro, feroz, que contesta a una imputación doblando la apuesta”, coinciden en la gobernación. Hasta sus propios colaboradores tienen esa visión del ministro. A Arslanian lo acusaron de llevar a su bolsillo fondos reservados, de comprar autos lujosos, de que su estudio mantenía un anterior contrato con el Banco Provincia. Nadie en la Casa Rosada cree en esas acusaciones. Además –explican los voceros del Gobierno–, “ni Blumberg ni nadie ha presentado una sola evidencia”. Aún así, todos los protagonistas coinciden en que lo más conveniente es bajar el tenor de las polémicas, tanto con los policías como con Blumberg. “No se le puede estar contestándole todos los días a Blumberg. Eso genera un desgaste enorme”, aconsejan al unísono alrededor de Kirchner y Solá. Es más, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, da el ejemplo: trabaja intensamente, pero en silencio, sostienen en la Rosada. Arslanian estaría de acuerdo con esa sugerencia y ya le dijo a sus colaboradores que por un tiempo se mantendrá callado. Nadie de su entorno apostaría a que eso dure mucho: “Es un supercalentón”, sintetizan.
- Hay que mantener la nueva estrategia frente a los secuestros, pero profundizándola: En la Casa Rosada y en el Ministerio de Seguridad creen que la actitud frente a los secuestros no puede consistir en esperar a que termine la negociación entre familiares y secuestradores. Por ello, en varios de los casos de las últimas semanas, las policías Federal y Bonaerense detuvieron al integrante de la banda que iba a cobrar el rescate. Así ocurrió en los secuestros de Roxana Yevara, Vladimiro Kosir o el múltiple secuestro de esta semana en San Martín. La estrategia se ha encontrado con algunos obstáculos, esencialmente porque hay fiscales que no aceptan dar órdenes de detención o allanamiento mientras la víctima del secuestro está cautiva. El caso más reciente es el de Baradero, en que el fiscal Orlando Bosca no quiso que los investigadores bonaerenses corten el pago. Lo mismo ocurrió con otro caso en San Isidro, en el que al día siguiente de la liberación del secuestrado, de apellido Rímolo, se logró la detención del policía Zardán, aunque otros cómplices siguen prófugos. En la Casa Rosada insisten en que tiene que haber un sistema mejor de cerrojos, sobre todo en la Panamericana, el Camino del Buen Ayre y el Acceso Oeste, para cercar una zona cuando se produce un secuestro y evitar incluso que la banda llegue hasta su aguantadero.
Más allá de estas recomendaciones, todos coinciden en que los secuestros son el mayor factor de desgaste político en este momento. Y también están de acuerdo en que se trata de un fenómeno que no será fácil erradicar. En el reciente caso de Gabriel Gaita, el empresario de Lanús, está casi toda la banda detenida y no se trata de hombres con antecedentes en asalto de bancos o de camiones blindados, sino de robos a mano armada, por ejemplo, a comercios. Algo parecido se vio en el secuestro de Vladimiro Kosir, en el de Roxana Yevara y también en el múltiple de San Martín de esta semana. En otros casos se trata de ex ladrones de autos, como sucedió con Blumberg. El secuestro les resulta un delito rentable. Más todavía después de la fuerte ofensiva que hubo contra los desarmaderos y que limitó mucho el robo de autos. El secuestro llevado a cabo por delincuentes de esascaracterísticas es posible combatirlo y bajar la cantidad, pero es casi imposible extinguirlo totalmente, de la misma manera que es imposible terminar con todos los ladrones. En ese tipo de bandas se refleja mucho la crisis social, en especial la brecha socioeconómica, al punto que la mayoría de los integrantes viven en barrios muy humildes.
Otra cosa son las grandes bandas, cuyos antecedentes están en el robo de bancos o camiones blindados y que suelen contar con algún integrante que vistió uniforme en los últimos años. Casos como el de Garnil, el de Ramaro y ahora el de Patricia Nine muestran una organización mucho más fuerte detrás y los secuestros se extienden por semanas. Desbaratar esas organizaciones y sus complicidades es uno de los principales desafíos.

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