EL PAíS
› LA INTIMA COLABORACION ENTRE CUBA Y VENEZUELA
Relaciones estratégicas
Venezuela suministra a Cuba 53.000 barriles de petróleo diarios a precios preferenciales, que cubren un tercio de sus necesidades energéticas. A su vez, La Habana trabaja de lleno en la revolución bolivariana, apoyando sus planes sociales con decenas de miles de médicos, maestros y profesionales. La alianza Caracas-La Habana es estratégica para ambos gobiernos. Aunque para Cuba, quizás, lo sea más porque le garantiza una cierta estabilidad económica, cuando la isla aún no se ha recuperado de la debacle de los ‘90. Según la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba, en 1995 las exportaciones a Venezuela no llegaban a dos millones de dólares y las importaciones eran de 237 millones de dólares. Hoy el intercambio es de más de 1000 millones de dólares y en ambas direcciones.
En cinco años, Venezuela se convirtió en el primer proveedor de Cuba, desplazando a otros socios tradicionales como España o Rusia. El petróleo es la piedra angular de este comercio. Por el acuerdo firmado en 2000, Caracas entrega cada día 53.000 barriles de crudo a precios preferenciales y con facilidades financieras, cantidad nada despreciable, pues la isla consume diariamente 150.000 barriles, de los cuales produce 75.000 –crudo de baja calidad– que se emplea en la generación de energía. Con los precios astronómicos del combustible en los mercados internacionales, el acuerdo, en vigor hasta 2006, tiene importancia estratégica.
Pero no se trata sólo del petróleo, las esferas de cooperación son amplias: educación y la salud, y negocios conjuntos, hasta el momento desarrollados con suma discreción. Sólo algunos han trascendido, como la instalación en Venezuela de varias fabricas de azúcar desmanteladas en la isla, y la puesta en marcha de otros dos ingenios con asesoría y técnicos cubanos, operaciones que, según el ex embajador de Venezuela en Cuba, Julio Montes, contarían con apoyo financiero brasileño.
Tras el frustrado golpe contra Chávez y su victoria en el referéndum revocatorio de agosto, las relaciones se incrementaron. En septiembre se realizó en La Habana la V Reunión de la Comisión Mixta entre ambos países, que aprobó 116 proyectos que amplían las áreas de colaboración a las telecomunicaciones, el turismo o la informática. Entre otras cosas, Cuba suministrará medicamentos genéricos y equipos médicos, pondrá en marcha un centro de producción de vacunas en Venezuela y proporcionará tecnología y equipos para montar varias “líneas procesadoras de leche de soja, que beneficiarán a 350.000 niños de escuelas bolivarianas”. “Indiscutiblemente, para Cuba las relaciones con Venezuela son vitales, pero para Chávez, no lo son menos”, opina un diplomático latinoamericano en La Habana. No le falta razón. Según el ministro de Salud de Venezuela, Roger Capella, cerca de 15.000 médicos, estomatólogos, optometristas y técnicos de salud cubanos participan –y son el soporte principal– de la ambiciosa ‘misión’ Barrio Adentro, que pretende garantizar la atención primaria a 17 de los 25 millones de venezolanos de menos recursos. Además, miles de profesores y maestros cubanos han participado en misiones de alfabetización y se cuentan por miles también los entrenadores deportivos en Venezuela. Por si fuera poco, la isla entera se ha convertido en universidad y hospital para Caracas.
En el último año y medio, más de 10.000 jóvenes venezolanos fueron a La Habana para realizar cursos de 45 días y formarse como “luchadores sociales”. A su regreso, los egresados del “Plan Esperanza” se integraron al Frente Francisco de Miranda, que desempeñó un papel fundamental en el registro de votantes –inscribieron a 900.000 personas– en vísperas del referéndum. Hoy, 900 venezolanos estudian en la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana y 13.000 enfermos venezolanos han sido atendidos en Cuba. Ahora se desarrolla el “Plan Milagro”, por el que ya han sido tratados más 5000 venezolanos con problemas de visión.