Una investigación de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense logró identificar a dieciséis ex integrantes del Servicio Penitenciario provincial que formaron parte de la patota represiva de La Cacha, el centro clandestino de detención que funcionó a metros de la cárcel de Olmos durante la dictadura.
El centro clandestino La Cacha operó en La Plata entre 1976 y 1979, y aunque la participación de miembros del servicio penitenciario en violaciones a los derechos humanos en ese lugar había sido denunciada en los testimonios de varios sobrevivientes ante la Conadep y en los Juicios por la Verdad, sólo habían sido identificados con nombre y apellido represores de las filas del Ejército, la Marina y la Policía Bonaerense, y apenas un hombre de esa institución conocido como el “Oso Acuña”.
Luego de varios meses de investigación, siguiendo una serie de informaciones anónimas que fueron aportadas por penitenciarios que “quebraron el código de silencio que se había impuesto durante la dictadura” –según explicó el titular de la Secretaría de Derechos Humanos, Remo Carlotto–, fueron individualizados dieciséis represores que formaron parte del grupo de tareas de ese centro clandestino. Sus apodos eran “Pájaro”, “Míster X” o “Míster Ed”, “Julio”, “Pato”, “Negro”, “el Negro Dani”, “El Marpla”, y sus nombres no fueron dados a conocer porque el caso está en manos del Juzgado Federal Nº 1 de La Plata, a cargo del juez Manuel Blanco.
La identificación de los represores surgió luego del cruce de informaciones con más de 400 legajos de servicios. Como el Sistema Penitenciario provincial se encuentra intervenido desde abril por el gobierno de Felipe Solá, esta tarea pudo realizarse sin “obstrucciones internas”, reconocieron desde la Secretaría.
“Creemos que con estos elementos se abre una posibilidad muy fuerte de avanzar sobre un ámbito cargado de sospechas pero que ha tenido pocos resultados concretos”, aseguró a Página/12 Carlo-tto, quien ayer presentó los resultados de la investigación en conferencia de prensa.