El dictador Jorge Rafael Videla permanece desde el lunes en una sala del Hospital Militar. Ese día sufrió un accidente cerebral, pero se repuso rápidamente. El último parte médico indica que se encuentra “vigilante, lúcido y orientado temporoespacialmente”.
El parte, firmado por el teniente coronel médico Carlos Iglesias, indica que el dictador que encabezó el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 “no presenta signos de foco neurológico”.
Videla, de 79 años, fue internado el lunes pasado después de haber sufrido un “accidente isquémico transitorio”, pero el mismo –según se señaló en el informe médico– “revirtió espontáneamente y no repitió hasta el momento”.
El dictador está preso en su domicilio desde 1998, cuando fue arrestado por su responsabilidad en el plan sistemático para apropiarse de hijos de desaparecidos durante la dictadura. Luego se agregó a su prontuario un procesamiento por las desapariciones, torturas y asesinatos llevados a cabo en el marco del Plan Cóndor, es decir, en la acción coordinada con las otras dictaduras del Cono Sur.
Videla había sido condenado en 1985 a cadena perpetua por la Cámara Federal que juzgó a las tres primeras juntas militares, pero el indulto de Carlos Menem le permitió gozar de una renovada libertad, que se terminó siete años después.
El lunes fue internado luego de sufrir problemas de irrigación sanguínea en el cerebro que le causaron una desorientación. Pero su estado es estable y el daño que padece no es grave. “Actualmente se le están realizando diversos estudios con los que luego se determinará el pronóstico de su salud”, señalaron voceros del Ejército, que también aclararon que el dictador se encuentra “estable y hemodinámicamente compensado”. Videla soportó el accidente cerebral con menos consecuencias que Emilio Eduardo Massera, su compañero en la junta militar que instaló el terrorismo de estado en el país. El marino salió de su ataque cerebral con más secuelas, pero también logró sobrevivir.