Un puñado de sus fieles cortó la calle para facilitarle el paso mientras un centenar de policías custodiaba, a su merced, el edificio de los tribunales federales. El despliegue estaba dedicado a Carlos Menem, que después de haber pasado nueve meses prófugo tenía que comprometerse por escrito a no escabullirse más de los requerimientos de la Justicia a cambio de ser eximido de prisión. La visita a dos juzgados fue un mero trámite en que el riojano aprovechó para pedir permiso para viajar a Chile para Año Nuevo y quedarse allí en enero. El juez Jorge Urso se lo dio, pero Norberto Oyarbide todavía no porque espera que dictamine el fiscal Carlos Stornelli.
Pese a que todo el año se negó a ser indagado y que se fue a instalar a Chile sin permiso judicial, que jamás cumplió con la obligación de reportarse todos los meses en un juzgado riojano y que por eso tuvo pedido de captura, Menem consiguió hace dos semanas que Oyarbide y Urso le dieran la posibilidad de volver a la Argentina sin riesgo de quedar detenido. Ayer se presentó ante ambos magistrados para firmar un acta comprometiéndose a que de ahora en más colaborará con la Justicia, irá a las citaciones y pedirá permiso cuando quiera viajar. Si viola alguna condición, serán ejecutados los bienes que un grupo de familiares y amigos le facilitó para cubrir la fianza de 3 millones de pesos que le exigió Oyarbide. También le revocarían la exención de prisión.
Un grupo de seguidores –bastante más insignificante que el operativo policial circundante– recibió a Menem en Tribunales con cantitos. Uniformados con remeras que decían “Menem volvé” se retiraron obedientes, en los mismos micros que los habían llevado hasta ahí, una vez que el ex presidente terminó su paseo de menos de una hora por el tercer y el cuarto piso del edificio de la avenida Comodoro Py. Oyarbide y Urso no fueron los únicos viejos conocidos –él los nombró jueces, aunque el segundo después lo tuvo preso por la venta de armas– a los que el riojano vio para empezar la semana. También estuvo con el ex secretario de la presidencia, Alberto Kohan, un incondicional, y mantuvo una reunión con colaboradores en el Hotel Presidente para analizar su candidatura a senador por la provincia de Buenos Aires (ver aparte).
Durante las audiencias de ayer, Menem notificó un nuevo domicilio en Anillaco y dijo que “no existe circunstancia alguna que le imponga ausentarse por más de 24 horas sin dar aviso al tribunal”. Pidió, a la vez, autorización para cruzar la cordillera para Año Nuevo y quedarse en Santiago hasta el 23 de enero. Urso se la concedió. Oyarbide decidió esperar la opinión del fiscal Stornelli, que probablemente resolverá hoy. Voceros menemistas no descartan, de todos modos, que pase fin de año en la Argentina para terminar de limar sus planes electorales y luego parta.
Ninguno de los dos jueces puso fecha aún para que Menem declare como sospechoso. Las nuevas citaciones serían a partir de febrero. Oyarbide ya lo procesó por omisión maliciosa en sus declaraciones juradas de una cuenta en Suiza, pero está pendiente un segundo interrogatorio por otros posibles bienes no reconocidos, entre ellos acciones en telefónicas, cuentas bancarias en La Rioja y un edificio en la provincia –llamado Presidente– cuyos planos de obra estarían a su nombre. Urso tiene en veremos indagarlo por supuestos sobreprecios en la construcción de las cárceles de Ezeiza y Marcos Paz. En las dos causas penales los delitos son excarcelables. Más riesgos corre en la causa por la venta ilegal de armas, ya que la Cámara en lo Penal Económico le ordenó al juez Julio Speroni que analice delitos más graves como asociación ilícita y contrabando agravado. En el expediente de la cuenta suiza se da una situación extraña: la semana pasada, los abogados de Menem dieron a conocer un informe de la Justicia de ese país que decía que no detectó movimientos bancarios en su presidencia. Sin embargo, no daba precisiones sobre cuentas ni fechas. Oyarbide reclamó más detalles a las autoridades helvéticas, aunque no orientó su pedido hacia Menem sino a que se rastreen posibles testaferros.