Carlos Menem se lo dijo a un canal de cable riojano: “Voy a competir el año próximo con Cristina Kirchner o Chiche Duhalde por la banca del Senado que se disputa en la provincia de Buenos Aires”. Ayer, en su entorno difundieron una supuesta reunión en el Hotel Presidente para evaluar la posibilidad. Pero no faltan quienes afirman que se trata de una bravuconada, una movida política provocativa, con intenciones de instalar la idea de que todo lo puede, incluso competir de visitante en el corazón del distrito de algunos de sus adversarios más acérrimos.
El primer problema de Menem sería legal. La Constitución dice en su artículo 55 que “son requisitos para ser elegido senador tener la edad de treinta años, ser natural de la provincia y tener dos años de residencia inmediata en ella”. Menem no reúne estas condiciones ya que nació en La Rioja, por lo que es natural de esa provincia.
Los argumentos de los menemistas es que el ex presidente fijó domicilio en Olivos durante diez años y que vivió un año más detenido en la quinta que Armando Gostanian tiene en Don Torcuato. Pero, aun si se admitieran esos domicilios, no cumplen con el requisito de dos años de residencia inmediata en el territorio bonaerense: es público y notorio que vivió en Chile durante casi todo 2004. En el terreno legal hay un antecedente cercano: por consideraciones similares fue vetada por la Justicia en su momento la candidatura de Luis Barrionuevo en Catamarca.
Más allá de la cuestión jurídica, hoy en día Menem afronta el hecho de que no tiene estructura en territorio bonaerense, salvo la que le podría proporcionar el único político no perteneciente al entorno del riojano que lo fue a recibir cuando llegó de Chile: Luis Patti. Dentro del PJ sostienen que Menem no cuenta ni con el 5 por ciento de los punteros justicialistas y apuestan a que hoy el riojano no lograría, ni de lejos, el 20,3 por ciento que obtuvo en la elección presidencial del año pasado.