Los popes de la Confederación General del Trabajo (CGT), con el camionero Hugo Moyano a la cabeza, le llevaron su apoyo a Juanjo Alvarez “porque lo espera una tarea muy delicada”, pero tomaron prudente distancia de Aníbal Ibarra. El secretario de Seguridad porteño agradeció el respaldo y afirmó que “trabajarán juntos en la diagramación de un sistema de emergencia sanitario en la ciudad que contemple la estructura de las obras sociales sindicales”. Los dirigentes gremiales aprovecharon la visita y también le reclamaron a Alvarez un mayor control del gobierno de la ciudad sobre el “trabajo en negro” y éste se comprometió a incrementar las inspecciones, especialmente en las actividades que los sindicalistas consideran más delicadas y riesgosas.
El respaldo sindical fue recibido con beneplácito por el flamante secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. Juan José Alvarez calificó con los escuetos términos de “muy buena” y “positiva” la reunión que ayer al mediodía compartió con los líderes de la CGT. Pero cerca del funcionario se contabilizaba la visita como “un importantísimo apoyo institucional a una tarea de una enorme complejidad y en un momento tan especial como este”, que además lleva implícito el sello del PJ.
Entre quienes llegaron hasta el cuarto piso de la sede del gobierno porteño para entrevistarse con Alvarez había sólo dos de los sindicalistas que conforman el triunvirato de la conducción cegetista: Moyano y José Luis Lingeri. Con ellos también participaron de la reunión Juan Manuel Palacios (UTA), Andrés Rodríguez (UPCN), Jorge Viviani (taxistas), Amadeo Genta (municipales porteños) y Julio Piumato (judiciales).
“En principio hemos venido a traer nuestro apoyo a Alvarez, un apoyo a la enorme responsabilidad que ha asumido. Teniendo en cuenta que es tan grave la situación, es necesario que todos aquellos que estemos en condiciones contribuyamos para que esto mejore”, dijo Moyano en rueda de prensa tras la reunión. Ante la insistencia de los periodistas sobre si el apoyo a Alvarez contemplaba la misma actitud para con el jefe de gobierno porteño, el líder camionero prefirió tomar distancia de Ibarra sin nombrarlo. “El apoyo se hace a la gestión que trate de evitar que esto (la tragedia de Cromañón) se vuelva a repetir nunca más”, dijo Moyano.
Lingeri salió a fortalecer la postura de Moyano: “La Justicia debe actuar para que no quede ningún tipo de duda. Esclarecer este incendio es lo que reclama la gente, no estamos hablando de un hecho menor, sino del hecho más importante después de lo que pasó en (los atentados) la AMIA y la embajada de Israel”. Pero el sindicalista de Obras Sanitarias enseguida aclaró que frente a la catástrofe “no puede haber ningún tipo de especulación política” y agregó que la CGT “no quiere sacar ningún rédito con el dolor de cientos de personas”.
Desde la Secretaría de Seguridad intentaron bajarle decibeles a la diferenciación que “los gordos” hicieron entre “Juanjo” e Ibarra. “Es muy difícil trazar una línea divisoria entre un funcionario y una gestión de gobierno”, argumentaron ante Página/12 para después justificar que la inquina con Ibarra obedece a “viejas reyertas políticas”.
Alvarez confirmó que comenzarán a trabajar, junto a la CGT, en un sistema de emergencia sanitario de la ciudad a la que se sumarán las obras sociales sindicales “que también están asistiendo a los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la tragedia” desatada en la disco de Once. Un tema que se encargaron de remarcar los gremialistas.
La reunión también derivó en reclamo sobre el que vienen insistiendo los sindicalistas: el trabajo en negro, y le indicaron a Alvarez “la falta de inspecciones y de acción de la Dirección de Trabajo” de la ciudad. El funcionario respondió que “saturará” los controles, especialmente en los lugares de trabajo que los gremialistas también estiman como más riesgosos. Para eso ya está planificada una entrevista de Alvarez con el dirigente gastronómico capitalino Dante Camaño: uno de los gremios con más reclamos sobre el tema.