Un número de teléfono único para emergencias en la ciudad de Buenos Aires, similar al que, en Madrid, centralizó las operaciones ante el atentado en Atocha; la posibilidad de que el público controle por Internet la tarea de cada inspector en materias de seguridad; la realización de inspecciones “casi permanentes” en locales de alto riesgo: éstos son algunos de los anuncios que efectuó ayer el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, en una conferencia de prensa que compartieron Aníbal Ibarra y Juan José Alvarez, flamante secretario de Seguridad. Los primeros cambios vinculados con la nueva gestión modifican el organigrama del gobierno porteño: en la Secretaría de Seguridad se inaugura una nueva subsecretaría, la de Emergencias, de la que dependerán Defensa Civil y el SAME. Al mismo tiempo, la Subsecretaría de Justicia y Trabajo dejará la órbita de Seguridad para depender directamente del jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra. Este último anunció que se dispondrá “ayuda económica para las víctimas y familiares” de la catástrofe de Cromañón.
“Una gran ciudad debe estar preparada para emergencias mediante una subsecretaría que coordine las funciones de la Dirección de Defensa Civil, del SAME, de bomberos, de la policía, y que ofrezca un número como, en Madrid, el 112”, sostuvo Alvarez y recordó que “cuando tuvo lugar el atentado en Atocha, la gente se referenciaba en ese número, y la coordinación de servicios dio resultado”. El número único para emergencias no implicaría suprimir el 101 policial: “Involucrará a la policía pero en función de la emergencia; no, por ejemplo, en denunciar la presencia de un vehículo sospechoso”. En cambio, la Subsecretaría de Justicia y Trabajo dejará de pertenecer a Seguridad y dependerá directamente de Ibarra.
–¿Qué recursos propone para establecer un sistema de inspecciones sustentable, más allá de las que se efectúan en estos días? –preguntó Página/12 a Juan José Alvarez.
–Hay que trabajar fuertemente para nominalizar las inspecciones: establecer sobre cada inspector, con su nombre y apellido, un control estricto, no sólo institucional sino social. A esto apunta el Proyecto Cristal, que plantea publicar los resultados de las inspecciones, con nombre y apellido de cada agente, en Internet –contestó Alvarez–. Vamos a “digitalizar” las inspecciones, en el sentido de que cada una quede grabada en un archivo permanente del que no se pueda “arrancar hojas”. Los inspectores dispondrán de impresoras portátiles para que hagan copias de las fotos que obtengan y las hagan firmar por el responsable del local inspeccionado: “Por lo que aquí se ve, se dispuso la clausura”; o bien “la habilitación responde a esto que se ve en la foto”.
Alvarez anticipó también “un sistema de inspección especial más asiduo, y en algunos casos casi permanente, para los lugares con riesgo potencial importante, por la actividad que desarrollan o la cantidad de gente que concurre. Es el caso de estaciones de servicio grandes o de determinados boliches. Un boliche donde cada fin de semana concurre gran cantidad de chicos debiera tener un control similar al de los estadios de fútbol cuando se juegan partidos”.
El secretario de Seguridad estimó que “la fuerte presión social generada por el desastre de Cromañón va a ayudar a ordenar la tarea de los inspectores, que se saben muy vigilados por la sociedad”.
–Sin embargo –observó Página/12–, es previsible que en unos meses el tema vaya perdiendo intensidad en la opinión pública.
–En menos que unos meses –admitió Alvarez– y eso puede ser un problema: yo garantizo que las inspecciones van a seguir con el mismo ritmo pero, cuando ya no estén cada día en los medios, existirá el riesgo de que la gente descrea de que se sigan haciendo. El éxito de mi gestión no reside en las clausuras de estos días, sino en que se pueda montar una rutina de inspecciones que funcione por sí misma. Para esto –agregó– será importante recurrir a métodos de entrecruzamiento de información con otrasbases de datos del Estado, como la AFIP (Impositiva) y el Renar (registro de armas).
Alvarez recordó que “en 1999 se intentó una gran reforma en las inspecciones de la ciudad de Buenos Aires, vinculada con temas de corrupción, y no fue la única: no es con medidas espasmódicas como puede ir saneándose una administración pública. Se trata de establecer un mecanismo que genere controles y estimamos que implantando sistemas de control con sanciones claras y con fuerte exposición pública, sobre todo en los lugares más importantes, el riesgo de corrupción disminuye mucho”, afirmó el nuevo secretario de Seguridad.
Ya fueron designados el subsecretario de Seguridad –Diego Gorgal– y el de Control Comunal –Pedro Fioretti–. El titular de la nueva Subsecretaría de Emergencias sería designado este fin de semana. Alvarez pidió las renuncias de todos los directores de área, algunos de los cuales serán confirmados y otros reemplazados en los próximos días. En cuanto a la Subsecretaría de Justicia y Trabajo, su nuevo titular será designado por Aníbal Ibarra en la próxima semana.
Ibarra recordó que el año pasado se hicieron “16.000 inspecciones y 1200 clausuras”, y anunció que “se dispondrá ayuda económica para los damnificados directos y los familiares de las víctimas fatales” de la tragedia de Cromañón, quienes podrán informarse en el 0800-999-29832 (Ayuda).