Sáb 15.01.2005

EL PAíS

El ataque de Furlan a la Argentina metió ruido en la relación bilateral

Los dichos del ministro de Industria de Brasil contra la Argentina y la política cambiaria de su propio país provocaron disgusto en ambos gobiernos. “Devaneos sin sentido”, calificaron aquí desde Economía.

El furibundo ataque del ministro de Industria y Comercio Exterior de Brasil, Luiz Furlan, contra una amplia franja del mismo gobierno del que forma parte y contra la Argentina no podía pasar inadvertido. Los principales medios del país vecino destacaron que tanto el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, como el titular de Hacienda, Antonio Palocci, hicieron oír su molestia puertas adentro, aunque se negaron a hacer declaraciones públicas acerca de los dichos del funcionario contra el Mercosur y en favor de las negociaciones por el ALCA. Desde Buenos Aires, diversas fuentes oficiales descalificaron las opiniones de Furlan. “Son devaneos sin sentido que terminan mal”, se comentó en el Palacio de Hacienda, mientras que entre quienes participan de las negociaciones bilaterales se señaló que la actitud de Furlan “ya está incidiendo en la postura de Brasil”, en el sentido de que está trabando la posibilidad de un acuerdo para la aplicación de salvaguardas en productos sensibles.
Furlan había criticado que su gobierno no le prestara suficiente atención a lograr avances en las negociaciones sobre el ALCA y, en cambio, priorizara “cerrar acuerdos limitados con el Grupo Andino o con mercados poco expresivos” como el Mercosur. Pero también cuestionó la política monetaria y cambiaria oficial que, a su criterio, perjudica la industria brasileña.
Pese a que esas críticas fueron aplaudidas por industriales y exportadores brasileños, desde el gobierno fueron interpretadas como un nuevo desafío del funcionario en contra de la administración central. “¿Qué sentido tiene que se pelee al mismo tiempo con tantos flancos del gobierno, salvo que esté pensando en irse?”, se interrogó un allegado a los más altos niveles de gobierno en Brasil.
Una alta fuente del Ministerio de Economía recordó que “en la Argentina también tuvimos en los ’90 quienes querían ser socios de los ricos y alejarse de Brasil y del Mercosur”, y recomendó “no darles mucha importancia a esas posturas” porque “se derrumban solas”. “Afortunadamente, el presidente Lula y buena parte de su gobierno tienen otra posición”, refirió la fuente oficial. Desde otros ámbitos oficiales se interpretó que “esto es una interna en Brasil, en donde hay una lucha por el poder de quién domina la política comercial”. En este sentido, sostuvieron que la actitud de Furlan “ya está incidiendo” en la negociación con la Argentina por la aplicación de salvaguardas. “Esto incide para que no haya movimiento en la posición de Brasil.”
Los propios medios de San Pablo, estrechamente ligado al poder industrial de esa región, reflejaron ayer la difícil posición en la que quedó Furlan. “Lo que más incomodó fue el ataque de Furlan a la conducción de la política cambiaria y el hecho de titularse portavoz de los empresarios”, señaló el diario O Estado. Sobre el mismo punto, Folha de S. Paulo informó que, en un encuentro reservado tras conocerse las polémicas declaraciones del ministro de Industria, Antonio Palocci debió convencer a Lula da Silva de mantener la política de no intervención en el mercado cambiario que, según pretendía Furlan, debía salir a sostener el dólar, tal como sucede en la Argentina.
Simultáneamente, se publicó un estudio de la Confederación Nacional de la Industria en la que señala a la Argentina como el país del Mercosur que más ha violado el arancel externo común (tarifa única para importaciones de extrazona). El informe difundido por la Confederación Nacional de la Industria acerca de las violaciones de la Argentina al arancel externo común pareció responder puntualmente a las acusaciones de Furlan publicadas el día anterior. Este había manifestado que “las reglas del Mercosur deben ser revisadas, cada día aumentan las transgresiones. Eso tiene que tener límites, no podemos continuar pagando la cuenta de grupos que, dentro del Mercosur, no invierten, no se modernizan y bloquean todo”.
En su informe, los economistas de la CNI señalan que “la Argentina es campeona” en violaciones a la tarifa común del Mercosur para importaciones desde terceros países, con incumplimientos en 2546 productos. Le siguen Paraguay, con 2196 incumplimientos; Brasil, con 1506 y Uruguay, con 1414. Según los analistas de la CNI, “más importante que los aspectos comerciales son la imprevisibilidad, la falta de respeto a las reglas y la ausencia de mecanismos negociadores, lo que parece estar minando el apoyo de los empresarios al Mercosur”.
El propio estudio reconoce que “aunque las contingencias bilaterales y las violaciones al Arancel Externo Común puedan afectar las expectativas de expansión de las exportaciones brasileñas, todavía no muestran impacto comercial significativo”. Apunta que la participación de los productos brasileños en las importaciones argentinas ha crecido en forma sostenida desde 1997, en particular en los productos que generaron mayor grado de controversias comerciales. Entre 1997 y 1999, según el estudio, Brasil controlaba el 44,9 por ciento de las importaciones argentinas en una gama de productos que incluye papel, calzados, sanitarios de cerámica, siderúrgicos, equipos de aire acondicionados, televisores, azúcar, automóviles, trigo, cocinas, lavadoras y heladeras. Esa participación llegó al 68 por ciento entre 2001 y 2003 y subió a 79,3 por ciento en el primer trimestre de 2004. “Ese crecimiento de la cuota de mercado revela que las barreras comerciales impuestas por el país vecino no han perjudicado las exportaciones brasileñas”, concluye el informe.

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